Terrorismo

El Estado Islámico publica fotografías de miembros de Al Qaeda que ha logrado abatir

Las dos bandas se disputan en varios territorios, entre ellos Mali, la primacía del yihadismo mundial

Fotografías de supuestos terroristas de Al Qaeda que, según el Estado Islámico, han logrado abatir en Mali
Fotografías de supuestos terroristas de Al Qaeda que, según el Estado Islámico, han logrado abatir en Malijmz

Que Al Qaeda y el Estado Islámico (Daesh, Isis) se odian a muerte es algo conocido, como que uno de sus particulares “campos de batalla” es el Sahel y, en concreto, Mali. Isis acaba de publicar en sus redes sociales un “reportaje fotográfico” con 16 instantáneas, en el que da cuenta del “ataque de los soldados del Califato a las bases de la milicia de Al-Qaeda cerca de la ciudad de Aghzragne, en la región de Menaka, al noreste de Malí”.

Esta vez, los terroristas de Isis no se han conformado con publicar vehículos destrozados o armas que se incautaron, sino que inserta fotografías de supuestos miembros de Al Qaeda a los que lograron abatir.

Las bandas yihadistas, además de los asesinatos y destrozos materiales que causan por su actividad criminal, libran una particular batalla mediática con el fin de extender el terror y captar nuevos adeptos para la organización.

Si alguien pensaba que tras la muerte, en sendos ataques militares USA, de los cabecillas que protagonizaron la escisión que dio lugar a Daesh, Ayman Al Zawahiri y Abu Bark Baghdadi, existía una posibilidad de reunificación, la realidad de todos los días parece desmentir tal hipótesis.

Si el Consejo de la Shura ha elegido ya al sucesor de Zawahiri –se han citado varios nombres—lo mantiene nen secreto. De este modo, seguiría la estrategia del Estado Islámico de no dar ningún dato, grabaciones de voz y menos de vídeo, de sus jefes, con el fin de no facilitar la labor de los servicios de inteligencia que trabajan para su localización.

Mientras, como ocurre en el Sahel y en otras partes del mundo, las dos bandas más peligrosas se disputan la hegemonía del yihadismo y la primacía para lograr un “califato mundial”, en que todos los seres humanos tendrían que pasar, por las buenas o por las malas, por la dictadura de su sharia, la interpreta más rigorista del Islam.

En el intento de demostrar su fuerza, la franquicia de Daesh para Afganistán y Pakistán, el ISPK, se muestra como una de las más activas contra los intereses talibanes y las minorías étnicas, como los chiitas. Al Qaeda ha montado de nuevo sus bases bajo el amparo de los nuevos gobernantes de Kabul. No es casualidad que Ayman al Zawahiri, cuando fue alcanzado por los proyectiles lanzados desde un dron USA, residiera en una casa propiedad de propiedad del líder talibán Sirajuddin Haqqani, uno de los cabecillas de la temida red del mismo nombre, que disponía --no hay noticias de que lo haya disuelto—de un batallón de terroristas suicidas.

Esta circunstancia hace que los ataques de Isis tengan como objetivo demostrar a nivel mundial que el amparo que los talibanes dan a Al Qaeda no ofrece ningún tipo de seguridad global y que están dispuestos a convertir el territorio afgano en un campo de minas. Atacan a los talibanes pero, a la vez, es una forma de acosar a la banda yihadista rival.