Terrorismo
Un software contribuirá a evitar los atentados contra grandes concentraciones humanas
El SEPT permitirá, en función de cada evento, definir las medidas de seguridad más aconsejables
Los objetivos “blandos”, llamados así por los yihadistas al referirse a grandes concentraciones humanas en las que pueden provocar auténticas masacres, constituyen un auténtico quebradero de cabeza para las Fuerzas de Seguridad encargadas de evitar los atentados.
A las medidas habituales, como colocar barreras que impidan la llegada de vehículos a las zonas de concentración; instalación de controles selectivos; filtros de personas, etcétera, se une ahora un software de soporte de decisiones conocido como Herramientas de Planificación de Eventos Especiales (SEPT, por sus siglas en inglés).
La Dirección de Ciencia y Tecnología (S&T) de los Estados Unidos trabaja de forma continua para mejorar el aseguramiento de esos objetivos. Se trata de identificar amenazas potenciales ocultas en vehículos, en personas y en sus pertenencias, mientras mantienen la privacidad personal y no causan una perturbación excesiva en eventos o lugares, informa HStoday. El software ha sido diseeñado para eventos de nivel de riesgo de tres a cinco
Los organizadores de eventos a los que vayan a asistir gran número de ciudadanos enviarán todos detalles a la Oficina de Coordinación de Operaciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que realizará el análisis para determinar la calificación del evento.
El paquete de software SEPT se ha desarrollado en asociación con el Centro de Investigación y Desarrollo de Ingenieros (ERDC) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU. y consta de aplicaciones de mitigación de riesgos independientes e integradas “que ayudarán a los funcionarios de seguridad pública a hacer que los eventos a gran escala sean lo más seguros posible”.
Una de esas aplicaciones es la herramienta de gestión de riesgos (RMT), que permite a los usuarios evaluar las posibles vulnerabilidades de los eventos y las consecuencias civiles posteriores. Los funcionarios identifican primero qué activos (es decir, el lugar o el estacionamiento más cercano) son críticos y, por lo tanto, merecen una evaluación y mitigación de riesgos.
Luego, definen las amenazas seleccionando las potenciales, como un tirador activo o un coche bomba; y eligen la probabilidad de que ocurra dicho ataque (mínima, baja, media, alta, muy alta). A continuación, los usuarios deben definir la vulnerabilidad (qué tan accesible es el lugar para un atacante u otro peligro) y las consecuencias de cada amenaza.
El sistema genera una puntuación de riesgo junto con un gráfico que muestra claramente la probabilidad de amenaza en función de la vulnerabilidad y sus consecuencias.
Asimismo, indica las medidas a adoptar para reducir el riesgo y diseña un gráfico, que se actualiza automáticamente, para mostrar cómo se puede reducir la probabilidad del ataque y la vulnerabilidad del evento.
Otra capacidad del SEPT “permite una amplia visualización de escenarios a través de varios modos, incluidos satélite, vista de la calle y entorno. Los usuarios pueden agregar contramedidas. El sistema crea un modelo 3D y, de manera similar, realiza funciones de análisis de riesgos basadas en las informaciones aportadas por el usuario”.
Por ejemplo, es posible ver cómo se podría reducir el impacto de la detonación de un coche bomba en una carretera principal cerca de un lugar de evento mediante la introducción de una barrera de hormigón, así como con qué anticipación había que colocar esa barrera y dónde debería estar. El usuario también puede agregar distancias de separación y seleccionar las posibles consecuencias para los ciudadanos en caso de que se produzca la detonación.
“No es necesario ser un ingeniero capacitado en fragmentación por explosión y otros efectos de armas para obtener un resultado útil de esta herramienta muy simple pero robusta”, dijo uno de los responsables del proyecto.
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