Carrera armamentística

Corea del Norte continúa su ofensiva armamentística en vísperas de la cumbre ASEAN

El régimen de Kim Jong Un lanza un nuevo misil balístico de corto alcance hacia el mar de Japón

Los surcoreanos observan el enésimo lanzamiento de un misil desde Corea del Norte
Los surcoreanos observan el enésimo lanzamiento de un misil desde Corea del NorteAhn Young-joonAgencia AP

Tras amenazar con tomar medidas contundentes en respuesta a las recientes maniobras militares de Estados Unidos y Corea del Sur, Corea del Norte continuó el miércoles con su frenético ritmo de pruebas armamentísticas, lanzando un nuevo misil balístico de corto alcance frente a la costa oriental del país.

La última hazaña de Kim Jong Un se produjo en el marco del creciente temor a un nuevo ensayo nuclear norcoreano, un tema que sin duda acechará esta semana la reunión de líderes del Sureste Asiático, a la que asistirá entre otros el Presidente de EE UU, Joe Biden. Los mandatarios de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se encontrarán en Camboya de jueves a domingo, arrancando motores para un bombardeo diplomático en la región, que también incluye el G20 de la próxima semana, en Bali, y una cumbre de la APEC, en Bangkok.

El régimen de Kim se ha embarcado en numerosas pruebas de misiles este año, superando con creces los lanzamientos del pasado. En las últimas semanas, los norcoreanos han disparado además un misil balístico intercontinental, han provocado alertas de emergencia en Japón y Corea del Sur y han realizado pruebas a horas intempestivas con nocturnidad y alevosía.

Lanzamiento de misiles desde Corea del Norte
Lanzamiento de misiles desde Corea del NorteTania Nieto

El despliegue del miércoles se produjo después de las docenas de misiles disparadas la semana pasada, en una airada reacción a los ejercicios conjuntos de las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Corea del Sur, bautizados como “Tormenta Vigilante”. Estos concluyeron el pasado sábado y participaron unos 240 aviones de guerra, incluidos bombarderos supersónicos B-1B y avanzados cazas F-35. Pyongyang lo calificó de “simulacro de invasión”.

Asimismo, el despegue del último misil se produjo en el momento en que Estados Unidos -el principal aliado militar de Corea del Sur- realizaba el recuento de votos en las elecciones de mitad de mandato del país, que determinarán si el Partido Demócrata de Biden mantiene el control de la Cámara de Representantes y del Senado o pierde uno o ambos frente al Partido Republicano.

Anteriormente, el mismo miércoles, Corea del Sur aseguró haber identificado restos de un lanzamiento anterior de misiles norcoreanos como parte de un misil tierra-aire SA-5 de la era soviética. Un barco de la Armada surcoreana utilizó una sonda submarina para recuperar el proyectil, el primero que cayó cerca de aguas surcoreanas. El Ministerio de Defensa señaló que se trataba de un trozo de cohete de casi tres metros de largo. Los militares rusos utilizaron un misil similar para realizar ataques terrestres durante la invasión de Ucrania.

En el curso de esta semana y hasta el jueves, el ejército surcoreano ha dirigido a su vez los ejercicios anuales de puesto de mando, con el fin de mejorar la gestión de crisis y las capacidades operativas para hacer frente a la creciente amenaza de sus vecinos del norte.

El ejército norcoreano afirmó el pasado lunes que sus recientes lances se ejecutaron como simulacros para atacar “sin piedad” objetivos clave de Seúl y Washington, como bases aéreas y sistemas de mando de operaciones. Indicó que estos ensayos abarcaron misiles balísticos cargados con ojivas de dispersión y ojivas de infiltración subterráneas destinadas a atacar bases aéreas enemigas, misiles tierra-aire diseñados para “aniquilar” aviones enemigos a diferentes altitudes y distancias, y misiles de crucero estratégicos que se precipitaron frente a la costa sureste surcoreana.

Las conversaciones nucleares entre Washington y Pyongyang llevan estancadas desde 2019, por los desacuerdos sobre el abandono de las sanciones lideradas por Estados Unidos contra el Norte a cambio de que este adopte medidas de desarme. Hasta ahora, Kim ha rechazado las ofertas estadounidenses para negociar, insistiendo en que primero Washington debe abandonar su política “hostil”, un término que utiliza mayormente como referencia a las sanciones y a los simulacros militares conjuntos.

El Norte también se ha alineado con Rusia en relación con la guerra de Ucrania, al tiempo que ha culpado a EEUU de la crisis, afirmando que la “política hegemónica” occidental ha obligado a Moscú a emprender acciones militares para proteger sus intereses en materia de seguridad. No obstante, los norteños han negado las filtraciones estadounidenses de que han enviado grandes suministros de proyectiles de artillería y otras municiones a Vladimir Putin para apoyar sus esfuerzos bélicos, en medio de lo que los funcionarios estadounidenses describen como “grave escasez de suministros” en Rusia.

Esta crisis de los misiles ha trazado a su vez una línea divisoria entre los estadounidenses y los chinos, ya que los primeros acusan a los segundos de encubrir las “repetidas violaciones” de los norcoreanos.