Biógrafo real

Robert Hardman: «El peor día para Isabel II fue cuando encontró un borracho al lado de su cama intentando cortase las venas»

El biógrafo real asegura que la reina de Inglaterra era pro europea pero tuvo que asumir el Brexit

Robert Hardman, biógrafo de la Reina Isabel II
Robert Hardman, biógrafo de la Reina Isabel IIJesús G. FeriaLa Razón

Lleva un cuarto de siglo siguiendo a la familia real británica lo que le ha convertido en uno de sus mayores expertos. Publica «Isabel II: Vida de una reina, 1926-2022», la «biografía definitiva» de la Reina de Inglaterra. Dice que los fastos fúnebres fueron los «adecuados» ya que era la primera monarca británica en morir en Escocia y por eso se tuvo que dar un ángulo totalmente diferente a las formalidades de la despedida.

¿Qué le dijo la reina de Inglaterra el primer día que le conoció?

Fue en 1994, y estaba cubriendo una visita oficial por el Caribe y me preguntó que qué tal, que cómo lo llevaba y luego nos pusimos a hablar de criquet porque el equipo inglés estaba por esa zona de gira y tuvimos una conversación porque era reina también de Jamaica y tenía un conflicto sobre qué equipo apoyar. Yo solo recuerdo que estaba muy nervioso y a los pocos días me invitaron a otra recepción real.

De los 70 años de reinado ¿cuál fue el momento más duro de Isabel II?

La mañana de 1992 cuando se despertó y había un hombre borracho, descalzo y drogado al lado de su cama que estaba intentando cortarse las venas con un pedazo de cristal. Había entrado al Palacio sin ser detectado y ella estaba dando al botón de seguridad y nadie venía. Imagínate despertarte con un extraño, borracho, al lado de la cama. Al cabo de unas horas, ya por la mañana, estaba en un desfile que tenía que imponer unas medallas a unas personas y nadie sabía lo que había pasado. Eso, a nivel personal, fue el momento más difícil. Luego, como monarca, entre 1992, cuando empezaron a ir mal los escándalos financieros y los problemas en los matrimonios de sus hijos hasta la muerte de Diana en 1997, pues eso fue lo más duro.

A nivel político, ¿la reina estaba más cómoda como europea o como «brexiter»?

Ella era pro europea, la única persona que estaba ahí durante toda la historia de la UE, antes de que existiera y fue parte del proceso que llevó a Gran Bretaña a la Unión. Para ella no fue fácil porque cuando se incorporó Reino Unido a la Unión otros territorios como Australia, por ejemplo, no estaban satisfechos. Pero ella estaba a favor de la Unión Europea. En términos generales ella era pro europea. Yo no creo que apoyara el Brexit, [como se dijo]. No obstante, la reina no puede votar, tiene sus propias opiniones que mantiene en privado. Dicho esto, ella entendía que tenía que apoyar la política del gobierno electo de cada momento. Durante el tiempo en que Gran Bretaña estaba a favor de la UE ella estaba a favor de eso, hasta que se salió con el último gobierno de Boris Johnson.

En este contexto convulso, ¿Cree que Carlos III mantendrá las jefaturas de Estado y el reconocimiento de la Commonwealth, o veremos un efecto dominó?

Muy buena pregunta. Yo creo que la Commonwealth son 56 naciones, la mayoría de ellas son repúblicas, es decir; no es el jefe del Estado Carlos. Hay 4 o 15, incluyendo al Reino Unido donde es el jefe del Estado, pero en esas está Australia, Nueva Zelanda, Canadá, creo que van a continuar como máxima autoridad estatal. Sí que habrá algunos cambios, pero no creo que tengan que ver con la figura de Carlos, sino que tiene que haber cambios políticos y sociales, cambios en la identidad nacional. También durante el reinado de Isabel II hubo crisis en las que los países como Canadá en los 60 amagaron con cambiar el modelo de Estado o Australia en los 90, que planteó un referéndum, pero no lo celebraron. Es un proceso lento, pero sí que creo que habrá una renovación, que será parte del progreso y siempre que se haga de una manera democrática contará con la aprobación de Carlos III.

¿Qué pensaban de ella los líderes europeos? Porque tenía a Obama fascinado...

Obama estaba encantado y fascinado con ella y también Michell. Una vez, vinieron a un banquete en 2011 y estaban encantados y, cuando la reina oyó que estaban de visita privada les invitó a tomar el té. También tenía muy buena relación con el matrimonio Reagan, con los Bush... y con Obama, en una gira de despedida, la organizó coincidiendo con el 90 cumpleaños de la reina. Fue la primera persona que no era miembro de la Familia Real que la pudo felicitar. Tuvo un problema con la seguridad de Palacio porque los trajeron en helicóptero y dijo que ella llevaría el Land Rover para verle y el servicio dijo que no, pero la oficina de la Reina dijo que sí, que manejaría ella. Obama dijo que si querían conducir los reyes de Inglaterra se subía con ellos y se subieron todos en el vehículo. Fue graciosa la imagen.

¿Cuál fue el momento más duro de Isabel II?

La mañana de 1992 cuando se despertó y había un hombre borracho, descalzo y drogado al lado de su cama que estaba intentando cortarse las venas con un pedazo de cristal. Había entrado al Palacio sin ser detectado y ella estaba dando al botón de seguridad y nadie venía. Imagínate despertarte con un extraño, borracho, al lado de la cama. Al cabo de unas horas, ya por la mañana, estaba en un desfile que tenía que imponer unas medallas a unas personas y nadie sabía lo que había pasado. Eso, a nivel personal, fue el momento más difícil. Luego, como monarca, entre 1992, cuando empezaron a ir mal los escándalos financieros y los problemas en los matrimonios de sus hijos hasta la muerte de Diana, pues eso fue lo más duro.

¿El príncipe Andrés era su favorito?

Yo pienso que no tenía un favorito. Sí que era especial para ella, pero otros eran especiales por otras razones; Ana podría ser su hija favorita también por otras razones.

¿Cómo afrontó los escándalos del príncipe Andrés?

Él dijo que era inocente, ella le creyó. Creo que ella pensaba que había tomado malas decisiones en cuanto a los amigos que había elegido, pero no pensaba que fuera una persona retorcida, pensaba que no había hecho nada malo. Simplemente había elegido malos amigos.

La reina consiguió unir a todo Reino Unido, y todos la amaban. ¿Cuál fue su secreto?

Ella cambió con los tiempos, se adaptó y lo hizo de una manera discreta, sin hacer mucho ruido. Pero, pasito a pasito, de manera gradual, pero no mediante un rediseño. Ella evitó los grandes titulares, pero fue imponiendo una evolución constante, siempre escuchando a la gente y liderando con el ejemplo. No le decía a la gente lo que había que hacer, sino que mostraba cómo hacía las cosas y así ella imponía un ejemplo.

¿Carlos III conseguirá lo mismo que ella?

Su reinado va a ser más breve, necesariamente. Nunca habíamos tenido un nuevo rey que fuera tan mayor, pero él ya ha mostrado que es seguro de sí mismo, sólido, por supuesto hay problemas y va a haber más problemas, pero él, al igual que su madre, tiene un talante calmado. En 1994, cuando estaba imponiendo unos premios en el parlamento de Sídney, en Australia y de repente apareció una persona disparando con una pistola y él se quedó totalmente tranquilo y se llevaron a ese hombre. La historia es que esa arma era de mentira, pero él se quedó tan tranquilo y la reina también era así. Si naces ya en esa posición real y si tienes un guardaespaldas toda tu vida, ves las cosas de otra manera.

¿Por qué nunca abdicó Isabel II como sí hicieron el resto de familias reales europeas?

-España, Holanda, Bélgica, el Papa, Japón... Ella no lo hizo por dos razones. La primera; porque le gustaba su trabajo y estaba muy contenta con ello, pero, también, es que a diferencia de otros países la coronación en Inglaterra es un acontecimiento religioso, haces un juramento de que harás ese trabajo y, en los orígenes de la coronación inglesa están en la Biblia. Ella era profundamente religiosa, tenía mucha fe y creo que veía su juramento de coronación como algo para toda la vida y por no llegó a abdicar.

¿Se sintió culpable por cómo trataron a Diana de Gales?

No es culpable, sí que se sentía triste y porque no salió bien el matrimonio y, por supuesto por su muerte. Pero yo creo que ella siempre intentó hacer lo correcto, aunque a veces se daba cuenta de que algunas cosas se podían haber hecho de otra manera. Si lees sus discursos en Dublín, en 2015, así lo reflejó y dijo: “Hay cosas que podríamos haber hecho de otra manera”. Pero no creo que sintiera culpa, sino que se arrepintiera.

¿Cómo era su relación con Meghan Markle?

Bueno, ella conocía muy bien a Diana desde que era una niña, la había tratado desde que tenía 4 años y a Meghan casi no la conocía; la había visto solo un par de veces antes de la boda y un par de veces después de la boda y ya está. Entonces, no es una relación bien construida y bien desarrollada. A Enrique le quería muchísimo e, incluso, cuando abandonó la familia real él la llamaba y ella por supuesto le respondía al teléfono. Él la adoraba y ella a él. Pero Meghan era solo la persona que quería a su nieto.

¿Ella veía a Camila Parker como su “sucesora”? -porque los consortes en Inglaterra no ostentan el título de reina-

Es diferente porque Camila es una reina consorte y ella era una reina reinante, la que estaba al mando, igual que Carlos. Ella es como un papel de apoyo, como el Felipe, el Duque de Edimburgo. Con el tiempo se dio cuenta de que la importancia que tenía Camila para el rey, para Carlos. Por ello, si Carlos iba a ser rey tenía que tener una vida feliz en casa y, entonces, su mujer tiene que sentirse valorada, como la mujer de un rey, por tanto, tiene que ser “reina consorte”.

Isabel II tenía sentido del humor? ¿Era una reina moderna?

Sí, sí, además tenía mucho. Tenía un sentido del humor muy seco. Ella hacía imitaciones en privado, le gustaba hacer bromas, era muy sonriente y se divertía mucho cuando las cosas no iban según el guion. Una vez tenían un consejo de gobierno con países latinos y todo era muy solmene y sonó un teléfono móvil y un ministro intentaba buscar el sonido, todo nervioso y le dijo eso de: “¡Espero que no fuera importante!”.

¿Era real la leyenda de la Ginebra como secreto de “juventud”?

Sí, era verdad. Una vez vi al hombre que se lo preparaba. Tenía que tener un número de cubitos determinados, y estaba hecho en un vaso que tenía un medidor y no recuerdo exactamente era una parte de Ginebra, dos partes de Dubonnet y luego tenías que poner el limón con el hielo encima, de una manera muy particular. Lo bebió hasta casi el final cuando estaba con la medicación, que no era compatible con el alcohol y, entonces, tuvo que dejar de tomarlo.

¿Qué pensaba ella de España?

Ella estaba muy feliz cuando se instauró la monarquía en España. Estaba muy preocupada sobre la seguridad de Juan Carlos porque, como cuento en el libro, habían llegado informes de la diplomacia británica en Madrid de que el Rey estaba en un gran peligro y pensaban que iba a ser asesinado. Ella quería que funcionara la monarquía, que funcionaba la monarquía en el mundo moderno como un papel de proteger la democracia y quería que funcionara en España y ayudar a Juan Carlos en lo posible. Estuvo encantada cuando, en el 23-F él apareció y defendió la democracia, porque era lo que ella quería.

¿Sabe cómo asumió la decadencia de Don Juan Carlos en la última etapa?

No, de esto no tengo ni idea. No sé lo que pensaba.