Pacto

La socialdemócrata Frederiksen gobernará Dinamarca con liberales y moderados

El aumento del gasto en Defensa y la reducción de emisiones serán las prioridades de la primera Gran Coalición danesa en más de 40 años

La socialdemócrata Mette Frederksen, flanquead por el liberal Jakob Ellemann-Jensen, y el moderado Lars Lokke Rasmussen
La socialdemócrata Mette Frederksen, flanquead por el liberal Jakob Ellemann-Jensen, y el moderado Lars Lokke RasmussenMads Claus RasmussenAgencia EFE

Con su victoria en las elecciones anticipadas del 1 de noviembre, la socialdemócrata Mette Frederiksen podría haber optado por seguir gobernando Dinamarca en alianza con el resto de partidos de izquierdas como había hecho desde que llegó al poder en 2019. Sin embargo, la primera ministra danesa prefirió cumplir su promesa de campaña y buscar un acuerdo transversal con otras fuerzas centristas para afrontar los retos que afronta el país nórdico en medio de la invasión rusa de Ucrania.

Tras un mes y medio de intensas negociaciones con el restos de partidos representados en el “Folketing” (Parlamento), Frederiksen pudo comunicar a la reina Margarita el martes por la noche un histórico acuerdo de coalición con su principales rivales políticos, los liberales, y el Partido Moderado creado por el ex primer ministro liberal Lars Lokke Rasmussen. Con la excepción de los Gobiernos de concentración nacional durante la Segunda Guerra Mundial y una breve experiencia entre 1978 y 1979, nunca socialdemócratas y liberales han compartido el poder.

“Estas son las tres partes que han acordado unirse y asumir la responsabilidad”, afirmó la primera ministra. “Hace casi seis semanas me dieron a la tarea de investigar si sería posible formar un Gobierno amplio en Dinamarca. Y esta noche le informé a su majestad la reina que sí (lo formaría)”, anunció.

Socialdemócratas -la primera fuerza del Parlamento con 50 de los 179 diputados-, liberales con 23 y moderados con 16 suman 89 escaños, uno menos de la mayoría absoluta. Sin embargo, el Partido Social Liberal, que se mantuvo en las negociaciones hasta el último momento, ha garantizado su apoyo al nuevo tripartito que rompe la tradicional división entre el “bloque rojo” (izquierda) y el “bloque azul” (derecha). Con todo, Frerirksen se muestra abierta a buscar apoyos de otras fuerzas: “Vamos a buscar activamente si podemos hacer mayorías más amplias que la que tenemos”.

El nuevo Gobierno tendría “muchos compromisos, pero sobre todo, muchas ambiciones”, aseguró este miércoles la líder socialdémocrata junto al liberal Jakob Ellemann-Jensen y el moderado Rasmussen en una comparecencia ante la prensa para desgranarar el acuerdo de Gobierno, cuya composión se hará pública hoy.

Las prioridades del nuevo Gobierno danés serán aumentar el gasto en Defensaa hasta el 2% del PIB en 2030, tres años antes de lo previsto. Para completar la fuerte inversión necesaria para reforzar la defensa nacional, se cancelará uno de los festivos anuales, el Día de la Oración, que se celebra cautro semanas después de Semana Santa. El tripartito también promete una ambiciosa agenda medioambiental para lograr que Dinamarca sea neutral en emisiones de dióxido de carbona en 2045, cinco años antes de lo previsto.

Para fomentar el empleo, el Gobierno planea una rebaja fiscal de 5.000 millones de coronas danesas (unos 670 millones de euros). La reforma impositiva acordada prevé una subida del impuesto sobre las rentas de la clase media, una rebaja para las altas y un recargo importante para las rentas anuales de más de 2,5 millones de coronas danesas (335.000 euros) Asimimos, se invertirán 400 millones de euros para mejorar el sueldo de los empleados públicos.

En materia migratoria, los tres partidos se han comprometido a flexibilizar la reagrupación familiar tras veinte años de políticas migratorias restrictivas impuestas tanto por liberales como por socialdemócratas para hacer frente a la ultraderecha, hoy débil y fragmentada en tres partidos que sumaron el 14,4% en las recientes elecciones.

“¿Qué caracteriza a este Gobierno? Mayor cooperación, eso es lo que queremos tener juntos en términos políticos. También será una comunidad de trabajo”, explicó Frederiksen antes de matizar que “el hecho de que diferentes partidos se unan al Gobierno no significa que estén de acuerdo en todo”.

Sin embargo, para quien fue más difícil vender a la opinión pública el acuerdo de coalición fue para el liberal Ellemann-Jensen, quien no se cannsó de insistir durante la campaña electoral en que nunca pactaría con lo socialdemócratas. La debacle electoral del 1 de noviembre convenció a los liberales de que su única forma de volver al poder era como socio de sus históricos rivales. “¿Debo dejar que mi orgullo se interponga en el camino... de hacer lo correcto para Dinamarca?”, respondío en su defensa el líde liberal.

Tras las elecciones danesas, Suecia figura como el único país nórdico gobernado por la derecha y sotenido por la ultraderecha. En Finlandia, Noruega y Dinamarca, los socialdemócratas mantienen su hegemonía al frente de diversas coaliciones. La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, será la próxima en someterse al examen de las urnas con las elecciones prevsitas para abrir del próximo año.