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Un ex militar australiano explica por qué comprar submarinos de propulsión nuclear a EEUU es “un gran error”

Australia se ha comprometido a adquirir ocho barcos de este tipo para contrarrestar el avance de China en la región

El submarino de EEUU USS West Virginia de propulsión nuclear
El submarino de EEUU USS West Virginia de propulsión nuclearWikipediaWikipedia

El acuerdo entre el gobierno de Australia y Estados Unidos para la compra de ocho submarinos de propulsión nuclear con el argumento de que serán más efectivos para contrarrestar las capacidades del Ejército Popular de Liberación de China ha levantado ampollas en Australia. No todos los expertos de este país comulgan con el pactoAUKUS, que permitirá la transferencia de tecnología militar sensible estadounidense hacia la industria armamentística australiana para construir en los próximos años este tipo de submarinos, los mismos que opera la US Navy.

El ex oficial de inteligencia del ejército australiano Clinton Fernandes, profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Canberra, asegura que los submarinos de propulsión convencional se ajustarían mejor a las necesidades de seguridad de Australia que los submarinos de propulsión nuclear,cuya tecnología se comprará a Estados Unidos por una cantidad de dinero astronómica. Este tipo de submarinos, operados por EEUU y Reino Unido, llevan reactores que utilizan uranio enriquecido al 93,5 por ciento como combustible. Gracias al acuerdo AUKUS, Australia se convertirá en el primer país sin armas nucleares en adquirir submarinos de propulsión nuclear.

En un artículo publicado en el Sydney Morning Herald, Fernandes sostiene que “los submarinos de propulsión independiente del aire (AIP) son una tecnología probada y permiten a los barcos operar sin acceso al aire exterior. Navegan tan profundo como los submarinos de propulsión nuclear y pueden acechar en una zona durante meses. Convierten la energía química en energía eléctrica con gran eficiencia y pueden durar hasta tres semanas sin tener que salir a la superficie para recargar sus baterías”. Australia opera actualmente seis submarinos de la clase Collins, puestos en servicio entre 1996 y 2003, que funcionan con motores diésel y baterías.

El experto asegura que las celdas de combustible de hidrógeno y sus motores Stirling “son mucho más silenciosos que los submarinos de propulsión nuclear, que tienen grandes engranajes entre las turbinas de vapor y las hélices, y también deben mantener en funcionamiento las bombas de refrigeración del reactor”. Añade que los submarinos AIP son más ligeros y más eficaces en operaciones de aguas poco profundas. Además, son mucho más baratos que los de propulsión nuclear, “lo que significa que se pueden comprar en más cantidades”.

Cabe recordar que Australia había alcanzado con Franciaen 2016 un compromiso comercial después anulado que suponía la compra de 12 submarinos convencionales propulsados por diésel a la multinacional francesa Naval por valor de 31.500 millones de euros. Sin embargo, en un extraño volantazo, Australia negoció en secreto con Estados Unidos y Reino Unido el acuerdo Aukus, una maniobra calificada por Francia como una “puñalada por la espalda” a París.

En el artículo, el profesor Clinton Fernandes, autor del libro “Subimperial Power: Australia in the International Arena”, explica que otros países como Japón, Corea del Sur y Singapur utilizan submarinos de propulsión independientes del aire, al igual que Noruega, Suecia, Alemania, España, Portugal e Italia. “También lo hace Israel, un estado con capacidad nuclear”, puntualiza.

Fernandes critica la decisión que adoptó el anterior gobierno australiano presidido por Scott Morrison, al que acusa de poner “una trampa explosiva en la autosuficiencia defensiva de este país”. El experto va más allá y dice: “Algunos submarinos se ubicarán en Australia, con banderas y personal australianos, pero son esencialmente barcos estadounidenses operados según los intereses de EEUU. Les estamos pagando para instalar parte de su flota actual y futura en Australia”.

En la misma línea apuntó el ex senador australiano Rex Patrick al decir que su país podría tener 20 submarinos modernos listos para usar construidos en Australia y mejorados por la industria australiana por un precio de 30.000 millones de dólares. En cambio, dijo, los ocho submarinos de propulsión nuclear pueden costar hasta 171.000 millones de dólares. Patrick indicó que ese ahorro liberaría fondos para fortalecer la flota de transporte nacional, la comprar de misiles de largo alcance y otros sistemas de artillería, helicópteros y aviones de combate. Este ex senador y militar retirado augura que “el proyecto del submarino nuclear de AUKUS desangrará a las Fuerzas de Defensa de Australia”.