Contra la bancarrota

El Congreso de EE UU vota este miércoles el acuerdo que eleva el techo de deuda

Demócratas y republicanos confían en poder sacar adelante antes del 5 de junio el acuerdo bipartidista que despeja la catástrofe financiera

President Joe Biden speaks during a ceremony honoring the Council of Chief State School Officers' 2023 Teachers of the Year in the Rose Garden of the White House.
El presidente de EE UU Joe Biden confía en sacar adelante el acuerdo de deudaAndrew HarnikAgencia AP

La aprobación del Congreso para ampliar el techo de la deuda de Estados Unidos está cada vez más cerca, aunque a estas alturas cualquier escenario es todavía posible. Demócratas y republicanos se veían obligados a negociar, durante semanas, hasta alcanzar un acuerdo bipartidista como la única vía posible para aprobar leyes y sacar adelante reformas en el Capitolio, desde que en noviembre de 2022 los conservadores retomaran la mayoría de la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas.

Los negociadores de ambas formaciones políticas llegaron finalmente a un acuerdo este domingo para suspender el límite de endeudamiento de 31,4 billones de dólares. Si esta semana se aprueba el texto legislativo acordado, el Gobierno federal podrá evitar a tiempo la “catástrofe” anticipada y pedir prestado dinero al Departamento del Tesoro sin un nuevo techo de la deuda fijado.

Es decir, el Gobierno demócrata contará con tantos fondos como necesite para pagar las cuentas de gastos y podrá hacerlo hasta después de las presidenciales de noviembre de 2024, ya que la ampliación del techo de la deuda está prevista con fecha límite de enero de 2025.

El texto legislativo de 99 páginas para ampliar el límite de la deuda de la nación revela nuevos detalles que contemplan dos años de topes de gastos, algunos requisitos de trabajos adicionales y también recortes a largo plazo en el presupuesto de la Administración.

La decisión central del acuerdo sigue girando en torno a la suspensión de dos años del techo de la deuda, que limita la cantidad que el Gobierno puede pedir prestada para afrontar los gastos de sus obligaciones. A cambio, los republicanos exigen una serie de concesiones políticas a los demócratas, tales como los límites al aumento del gasto federal discrecional salvo en Defensa, así como también nuevos requisitos de trabajo para ciertos destinatario de cupones de alimentos, a través del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria y que reciben ayuda del Programa de Asistencia Temporal para Familias Necesitadas.

Otra de las prioridades de la agenda de Biden se ha cumplido para los demócratas: incluir 80.000 millones de dólares para contratar a miles de empleados públicos en los esfuerzos de la agencia tributaria para tomar medidas contra la evasión fiscal de las grandes fortunas, así como modernizar su anticuada tecnología en la histórica Ley de Reducción de la Inflación, aprobada el año pasado.

En cuanto a los préstamos estudiantiles, el proyecto de ley pone fin de manera oficial a la congelación de pagos y, además, restringe la capacidad de restablecer dicha moratoria. El acuerdo incluye también nuevas medidas para que los proyectos de energía puedan aprobarse de manera más rápida y efectiva mediante la creación de una agencia líder que supervise las revisiones y exija, a la vez, que éstas se completen en el plazo de uno a dos años máximo.

La Casa Blanca estima que, a partir de la reducción de gasto discrecional, el acuerdo bipartidista generará un billón de dólares en ahorros durante el transcurso de una década.

Pero, antes de las votaciones de ambas Cámaras, el Comité de las Reglas de la Cámara de Representantes deberá pasar el primero de todos los filtros al ser el responsable de considerar el proyecto de ley en primera instancia. Trámite que tenía previsto dar comienzo este martes por la tarde, hora local.

La votación del proyecto de ley, cuyo texto completo de 99 páginas ya está publicado en la página web del Congreso, dará comienzo ya este miércoles en la Cámara de Representantes y posteriormente en el Senado, antes de pasar a manos del presidente de Estados Unidos para ratificarlo con su firma desde la Casa Blanca.

Tanto Joe Biden como el speaker Kevin McCarthy pronostican que contarán con el apoyo necesario entre sus filas para aprobar la legislación antes del plazo límite del 5 de junio, a pesar de que algunos de ellos ya han adelantado su rechazo a la propuesta.

Rebelión trumpista

Es el caso de la republicana Nancy Mace, que tiene previsto oponerse al acuerdo bipartidista. “Washington está roto. Los republicanos fueron engañados por un presidente que no puede encontrar sus pantalones. Voy a votar NO a la debacle del techo de la deuda porque jugar el juego de (Washington) DC no vale la pena vender a nuestros hijos y nietos”, publicó la congresista por Carolina del Sur en sus redes sociales.

Su compañera de partido Stephanie Bice reconoció que las idas y venidas de Biden y McCarthy y el resto de los negociadores de ambas formaciones han sido “una verdadera negociación y reflejo de un gobierno dividido”, reconoció la congresista republicana a los periodistas del Capitolio.

En el trámite de la votación previa del Comité - compuesto por 13 miembros, tres de los cuales son conservadores de línea dura - tampoco será unánime. Dos de los legisladores han adelantado que votarán en contra del proyecto de ley, mientras que un tercero ha dicho que no quiere utilizar su posición para bloquearlo.

“Creo que es importante tener en cuenta que el proyecto de ley de límite de deuda en sí mismo no gasta dinero, pero permite el gasto deficitario en los proyectos de ley de asignaciones que el Congreso aprobará en septiembre”, señaló Thomas Massie, congresista republicano por Kentucky, dando a entender que no apoyará el acuerdo.

Aunque ahora la cuestión es saber cuándo se completará todo el trámite. “No hay razón para que no se haga antes del 5 de junio”, adelantó Joe Biden este lunes antes de abordar el Marine One a su salida de la Casa Blanca. Fecha en la que el Departamento del Tesoro pronostica que se quedará sin fondos para hacer frente a los gastos del gobierno federal.