Cargando...

US Army

El US Army está preocupado por los drones: quiere apostar por esta revolucionaria tecnología para bloquearlos

La industria de defensa de Estados Unidos impulsa su capacidad armamentística con la alianza entre Raytheon y Anduril para desarrollar un nuevo motor de cohete que promete un alcance y rendimiento sin precedentes en su arsenal

El US Army está preocupado por los drones: quiere apostar por esta revolucionaria tecnología para bloquearlos USAF

El Pentágono ha puesto en marcha una ambiciosa estrategia para revitalizar su base industrial de defensa, un movimiento que busca reducir la dependencia de cadenas de suministro extranjeras en sectores vitales para su seguridad nacional. El objetivo es claro: asegurar que Estados Unidos no solo diseñe, sino que también pueda fabricar en su propio territorio el armamento del futuro. En este contexto se enmarca la colaboración entre un gigante consolidado como Raytheon y Anduril, una firma tecnológica más joven e innovadora, para desarrollar una nueva generación de motores para misiles. Este esfuerzo es crucial para el desarrollo de nuevas capacidades ofensivas, como el que podría ser el nuevo misil hipersónico de Estados Unidos, diseñado para superar las defensas enemigas más avanzadas.

De hecho, esta alianza ya ha arrojado sus primeros frutos. Ambas compañías han culminado con éxito la prueba estática de un avanzado motor de cohete sólido, un hito clave dentro del contrato que mantienen con el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea estadounidense. Este ensayo no es un mero avance técnico, sino la demostración palpable de que la apuesta de la Administración Trump por dinamizar su ecosistema industrial de defensa está comenzando a materializarse.

En este sentido, la clave del éxito reside en un diseño disruptivo conocido como «Grano Altamente Cargado» (HLG), una tecnología que permite albergar un volumen de propelente muy superior en el mismo espacio que un motor convencional. El resultado directo, tal y como han publicado en Interesting Engineering, es un notable aumento del alcance y del rendimiento general del misil, factores cruciales para mantener la superioridad militar en los escenarios de combate que se perfilan en el futuro. Esta carrera tecnológica se da en un momento en que adversarios como China están logrando avances significativos, y sus ataques hipersónicos son cada vez más peligrosos y difíciles de interceptar.

Una inversión millonaria para asegurar la producción nacional

Asimismo, el proyecto va mucho más allá del laboratorio de pruebas. La iniciativa cuenta con un respaldo industrial de gran envergadura, reflejado en la reciente inauguración de una planta de producción a gran escala en Misisipi por parte de Anduril. La puesta en marcha de estas instalaciones ha supuesto una inversión privada que supera los 75 millones de dólares, una cifra que evidencia el compromiso por expandir la capacidad productiva del país en este campo. Esta expansión de la base industrial es vital para no cometer los mismos errores que otros actores globales, ya que se ha reportado que Rusia tiene un problema con la producción de sus misiles, limitando su capacidad en conflictos prolongados.

Por todo ello, esta colaboración tiene un doble valor estratégico para Washington. Por un lado, representa un salto cualitativo en la tecnología de propulsión que potenciará su futuro arsenal. Por otro, y quizá más importante, constituye un pilar fundamental en su esfuerzo por garantizar la soberanía en un sector clave, asegurando así que las capacidades de defensa de la nación no dependan de terceros países.