Guerra

El asedio ruso obliga a Ucrania a retirarse de Avdiivka "para evitar el cerco y preservar la vida de los soldados"

Las tropas rusas avanzan en el frente y consiguen su principal victoria desde la toma de Bajmut en mayo de 2023

Tras años de acalorada defensa, Ucrania cede a Rusia el control de Avdiivka, una ciudad de 30.000 habitantes antes de la guerra, ahora en ruinas. Su comandante en jefe, Oleksandr Syrskyi, ordena la retirada de los soldados ucranianos que se enfrentaban a un oponente más numeroso y mejor armado. «Para evitar el cerco y preservar la vida y la salud de los militares, decidí retirar nuestras unidades de la ciudad y pasar a la defensa en posiciones más favorables», informó Syrskyi. Los soldados ucranianos «hicieron todo lo posible para destruir las mejores unidades militares rusas e infligieron pérdidas significativas al enemigo», aseguró Syrskyi.

La decisión se tomó tras varios días de intensa angustia con los que el país siguió las noticias sobre la batalla «infernal» en la ciudad que ha sido el principal objetivo del ataque ruso en los últimos cuatro meses. Entre 15.000 y 20.000 soldados rusos han muerto en el intento de preparar un regalo para la reelección de Vladimir Putin, que quería demostrar que su campaña contra Ucrania está dando por lo menos algunos frutos, entre el estancamiento en el frente y perdidas dolorosas de su flota en el mar Negro. A pesar de las bajas, la presión rusa no hizo más que aumentar, con la situación volviéndose «crítica» para los defensores en los últimos días.

«En una situación en la que el enemigo avanza sobre los cadáveres de sus propios soldados con una ventaja de proyectiles de artilleria de diez a uno, bajo bombardeos constantes, esta es la única solución correcta», subrayó el general Oleksandr Tarnavskyi, responsable de la defensa.

Con el envío de proyectiles de artillería y otras municiones bloqueado por los republicanos en el Congreso de EE UU, varios voluntarios ayudaron a entregar pequeños drones «suicidas» a los soldados ucranianos. Los utilizaban por cientos, en lugar de los proyectiles casi ausentes, para intentar detener a la infantería rusa y vehículos. «La tarea fue difícil precisamente debido al balance de fuerzas y a la cantidad infinita de recursos que tiene el enemigo», subrayó Oleksandr Borodin, portavoz de la famosa 3ª Brigada de Asalto, que fue enviada a Avdiivka hace varios días para ayudar a los defensores a retirarse de sus posiciones.

Su audaz incursión casi aniquiló al menos a dos brigadas rusas, matando o hiriendo a 4.200 soldados rusos, según el oficial. Sin embargo, la situación era aún más complicada que en Bajmut hace un año, cuando la ciudad fue atacada por mercenarios Wagner.

Las fuerzas rusas atacaron Avdiivka desde el este, sur y norte. Hace unos días alcanzaron la principal arteria logística hacia la ciudad en el oeste, que obstaculizo el suministro de munición a los defensores ucranianos. Los rusos lanzaban hasta 100 enormes bombas de aviación al día, mientras que su artillería y sus lanzacohetes múltiples también funcionaban durante todo el tiempo, informó el oficial. La infantería rusa y sus tanques avanzaban sin pausa mientras las bombas de fósforo provocaron incendios, con «el smog venenoso» extendiéndose por la planta de coque, donde tuvieron su base los defensores.

Los vídeos publicados por los soldados muestran una imagen apocalíptica en la que ningún edificio permanece intacto y los sonidos de disparos y explosiones no cesan. «En una situación difícil en el campo de batalla, cuando de la fortificación sólo quedan ruinas y un montón de ladrillos rotos, la prioridad para nosotros es salvar las vidas de los soldados», aseguró el general Tarnavskyi quien reveló que «algunos» soldados fueron capturados durante la retirada.

«Minimizar las pérdidas» era la señal que los comandantes del ejército recibieron, subrayó Volodimir Zelenski durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, señalando que Rusia no se detendrá «hasta que destruyan por completo todos los seres vivos que hay allí». Según el presidente ucraniano, Rusia ha perdido siete veces más soldados en la ciudad capturada que Ucrania.

«Es una tragedia [para Ucrania] perder incluso a una persona. Pero hay que entender lo que pasó en este pequeño pueblo», subrayó Zelenski al llamar la atención sobre el precio pagado por Rusia para conquistar finalmente la ciudad de 29 kilómetros. «Avdiivka en realidad no representa ninguna importancia táctica, y mucho menos estratégica, para los rusos», asegura el analista militar Oleksandr Kovalenko. Avdiivka cumplió su papel de «picadora de carne» de las fuerzas rusas.

Al mismo tiempo, Ucrania ha aprendido algunas lecciones de su defensa de Avdiivka, afirmó el ministro de Defensa, Rustem Umerov. «Necesitamos sistemas modernos de defensa aérea para que el enemigo no pueda utilizar bombas de aviación. Necesitamos armas de largo alcance para destruir los depósitos de municiones del enemigo. Necesitamos proyectiles de artillería», subrayó el ministro, señalando también que es importante reforzar aún más las fortificaciones para salvar las vidas de los soldados ucranianos.

Según los analistas militares, Rusia seguirá presionando en el este de Ucrania, donde Charsiv Yar y Kupiansk están especialmente amenazados, para aprovechar los retrasos en la entrega de armas y municiones vitales por parte de Estados Unidos y otros socios occidentales de Ucrania. Un gran grupo de fuerzas también está reunido en el sur de Zaporiyia, donde podría intentar recuperar el terreno perdido durante la contraofensiva ucraniana de verano.

Según el comandante Oleksandr Syrskyi, Ucrania espera infligir tantas pérdidas al enemigo como sea posible para agotar el potencial ofensivo ruso. Sin embargo, es importante que los flujos de ayuda militar de los socios del país vuelvan a cobrar fuerza, subrayan los líderes ucranianos.