
Nepal
Así es el ritual que convierte a una niña en “diosa viviente” en Nepal
Aryatara Shakya, de dos años y medio, ha sido proclamada Kumari en Katmandú tras superar pruebas ancestrales que la consagran como encarnación de la diosa Taleju

La ciudad de Katmandú ha sido testigo de un ritual milenario con la investidura de Aryatara Shakya como nueva “diosa viviente” de Nepal. Con apenas dos años y medio, la niña ha sido seleccionada como Kumari, figura sagrada que encarna la pureza espiritual y la protección divina en una tradición que une el hinduismo y el budismo.
La ceremonia, cargada de solemnidad, marca el inicio de una vida extraordinaria para Aryatara, quien ha superado rigurosas pruebas físicas, astrológicas y espirituales. La Kumari representa la encarnación de la diosa hindú Taleju, y su presencia es considerada portadora de bendiciones y buena fortuna.
El proceso de selección es meticuloso. Participan sacerdotes, astrólogos reales y líderes religiosos, que evalúan criterios tan específicos como tener pestañas como las de una vaca, cuello de caracol, voz de pato y muslos de ciervo. La prueba más exigente es la de valentía: la niña debe mantener la calma frente a rituales con sacrificios y danzas simbólicas, sin mostrar miedo ni llanto.
Tras su proclamación, Aryatara será trasladada al Kumari Ghar, un antiguo palacio en el corazón de Katmandú, donde vivirá apartada del mundo exterior. Sus gestos serán interpretados como señales divinas: un llanto puede anunciar enfermedad, un temblor, prisión. Aunque sus contactos familiares serán limitados, la tradición ha evolucionado: hoy las Kumaris tienen acceso a educación, internet y tutorías personalizadas, en un intento por equilibrar el respeto cultural con los derechos de la infancia.
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