Golpe de Estado

Mohamed Bazoum: ¿quién es el presidente depuesto en Níger?

El presidente nigerino reconocido por la comunidad internacional reaparece una semana después del golpe de Estado

El jefe de la junta miltiar de Chad, Mahamat Idriss Déby, y el presidente depuesto de Níger, Mohamed Bazoum PRESIDENCIA DE CHAD 30/07/2023
El jefe de la junta miltiar de Chad, Mahamat Idriss Déby, y el presidente depuesto de Níger, Mohamed BazoumPRESIDENCIA DE CHADEuropa Press

Una semana después del anuncio del golpe de Estado, el presidente nigerino Mohamed Bazoum sigue resistiéndose a abandonar el poder que le dieron las urnas en febrero de 2021. A pesar de haber permanecido retenido varios días por los protagonistas de la asonada, Bazoum no ha dudado en expresarse con nitidez y valentía a favor del proceso democrático en curso en Níger –el primero desde 1960– hasta su interrupción abrupta el pasado 26 de julio y contra los propios golpistas.

En un mensaje publicado en la red social X –la antigua Twitter–, Bazoum, primer presidente elegido democráticamente en su país, aseguraba el jueves, un día después de anunciarse el golpe, que «se van a salvaguardar los logros obtenidos con tanto esfuerzo». «Todos los nigerinos amantes de la democracia y la libertad lo desearán», zanjaba.

Este lunes trascendían las primeras imágenes de Bazoum desde que fuera retenido por los golpistas en la noche del pasado martes, y el mandatario depuesto –si nada lo impide– reapareció sonriente para entrevistarse con el líder del consejo militar de transición de Chad, Mahamat Idriss Déby –quien se ha postulado como mediador entre la nueva autoridad golpista y Bazoum–, en Niamey.

Bazoum, nacido hace 63 años en la región de Diffa, en el sureste del país, y representante de la minoría árabe nigerina, estudió filosofía en Senegal; entre otros cargos políticos, como el de presidente de la ejecutiva del Partido Nigeriano para la Democracia y el Socialismo –del que es fundador–, se desempeñó como ministro del Interior y de Asuntos Exteriores en dos ocasiones entre la década de los 90 del siglo pasado y la segunda del actual.

Al menos nominalmente, Bazoum cuenta tras el golpe de Estado con el apoyo de todas las grandes instituciones multilaterales, desde Naciones Unidas hasta la Unión Africana, pasando por la CEDEAO, además de las principales potencias, con Estados Unidos y Francia a la cabeza. El Departamento de Estado de EE UU revelaba el mismo miércoles la llamada telefónica de apoyo de Antony Blinken a Mohamed Bazoum.

Estrecho colaborador de Occidente en la lucha contra el terrorismo y la migración irregular en el Sahel y África occidental, París había convertido al Níger presidido por Mohamed Bazoum en el centro de su estrategia regional a raíz del doble revés sufrido en Malí y Burkina Faso.

No es la primera vez que el presidente sufre un golpe de Estado. El 31 de marzo de 2021, unos días antes de su juramento como jefe del Estado tras su victoria en las elecciones presidenciales de febrero, un grupo de militares abrió fuego en el palacio presidencial con intención de tomar el poder. Uno de los hombres clave entonces a la hora de frustrar la tentativa golpista de 2021 fue el general Tchiani, hoy autoproclamado presidente del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria, la denominación de la junta golpista.

Omar Tchiani fue, por ello, condecorado y confirmado en su puesto al frente de la Guardia Presidencial, que venía desempeñando desde 2011. Con todo, en los últimos tiempos pudo haber dejado de contar con el favor del presidente Bazoum, que, según ciertas hipótesis, tenía entre sus planes inmediatos relevarlo de su puesto como líder de una unidad integrada por unos 2.000 soldados.

A pesar de que el que fuera hasta ahora y desde 2011 líder de la Guardia Presidencial esgrimió la «degradación permanente de la seguridad» para justificar la asonada, la realidad es que la hoja de servicios de Bazoum en la lucha contra el terrorismo y la migración irregular en uno de los países más pobres del mundo es más que favorable para los intereses europeos en materia de seguridad.

Según datos del semanario británico The Economist, más de 10.000 personas murieron entre Mali, Burkina Faso y Níger como consecuencia de la acción armada de grupos yihadistas, con las filiales regionales del Estado Islámico y Al Qaeda a la cabeza, pero menos de la décima parte de las pérdidas humanas se produjeron en el país tristemente protagonista esta última semana por la asonada.