OTAN

Biden presiona a Erdogan para desbloquear la adhesión de Suecia a la OTAN

El presidente de EE UU reitera en la Casa Blanca al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, su apoyo a un rápido ingreso en la Alianza Atlántica

President Joe Biden meets with Swedish Prime Minister Ulf Kristersson in the Oval Office of the White House, Wednesday, July 5, 2023, in Washington. (AP Photo/Evan Vucci)
Joe Biden recibe en la Casa Blanca al primer ministro sueco, Ulf KristerssonASSOCIATED PRESSAgencia AP

Estados Unidos ofreció este miércoles un nuevo espaldarazo a Suecia a pocos días de la cumbre que la Alianza Atlántica celebrará el 11 y 12 de julio en Vilna (Lituania). El presidente Joe Biden recibió en la Casa Blanca al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, en una muestra de solidaridad por parte del socio con la billetera más grande de la OTAN a esa solicitud de adhesión que busca Estocolmo, y que sigue estancada por cuenta del veto del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. «La esperanza es que antes o durante la reunión en Vilnius podamos confirmar que Suecia se convertirá en miembro de la OTAN», aseguró Kristersson antes de su reunión en la Casa Blanca.

«Apoyamos totalmente la entrada de Suecia en la OTAN», subrayó, por su parte, Biden. "La conclusión es simple: Suecia va a hacer más fuerte nuestra alianza”, añadía el presidente de EE UU.

El encuentro en el Despacho Oval tuvo como propósito también discutir la invasión rusa de Ucrania, asuntos relacionados con China y el cambio climático. "Estamos dando un paso adelante para proteger nuestros valores democráticos compartidos, incluyendo la provisión de seguridad y asistencia militar” en Ucrania, indicó Biden.

Sin embargo, es evidente que para las partes la reunión es vista como la cereza en el pastel de unidad para presionar a Ankara a suavizar su postura sobre Estocolmo.

Esa presión a Ankara podría venir acompañada, por ejemplo, de una eventual resolución sobre la venta de cazas F-16 a Turquía, una compra necesaria para Erdogan en medio del fortalecimiento de su flota aérea. Washington se ha resistido debido a los coqueteos de Turquía con Rusia en términos de cooperación militar y al récord de violaciones a los derechos humanos en ese país, dos temas que hacen a legisladores tanto republicanos como demócratas dudar de cerrar el negocio con Erdogan. Durante meses han conversado de este tema con altos funcionarios turcos tanto el secretario de Estado, Antony Blinken, como el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.

Entre Turquía y Suecia la tensión volvió a subir en los últimos días cuando el presidente turco condenó la quema de un ejemplar del Corán la semana pasada frente a un mezquita en Estocolmo. Entonces, la Policía sueca permitió la protesta frente a una mezquita en el centro de la capital, citando la libertad de expresión después de que un tribunal anulara una prohibición de una quema similar de Corán, considerado el libro sagrado del islam, la religión de mayor práctica en Turquía.

Es sólo el más reciente capítulo de un largo recorrido de tensiones que se mantienen entre ambos países, pero que Turquía ha aprovechado desde que Suecia y su vecina Finlandia pusieron fin a su política de no alineación militar después de que Rusia invadiera Ucrania el 24 de febrero de 2022. Debido a esto ambos países nórdicos solicitaron la membresía en la OTAN, buscando protección bajo el paraguas de seguridad de la organización militar.

Finlandia, que comparte una frontera de más de 1.300 kilómetros con Rusia, se unió a la OTAN en abril. Pero Suecia, que ha evitado las alianzas militares durante más de 200 años, ha visto retrasada su ascensión debido a Turquía y Hungría, los únicos miembros que hasta la fecha no han ratificado su tratado de adhesión. Esto porque la OTAN requiere la aprobación unánime de todos los miembros para admitir a un nuevo Estado miembro.

El presidente Erdogan se ha resistido, y su Gobierno acusa a Suecia de ser demasiado indulgente hacia grupos que, según él, representan una amenaza para la seguridad, incluyendo organizaciones kurdas como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y personas asociadas con el intento de golpe de Estado en Turquía en 2016. De hecho, las autoridades turcas solicitan a Suecia la extradición de al menos 100 individuos con estas características. Tanto políticos suecos como turcos piensan que ceder un poco en sus posiciones va directamente en contra de los valores que cada uno defiende. Suecia con su apuesta por las libertades y Turquía por la necesidad de mostrarse fuerte frente al bloque occidental.

En un intento por desbloquear esa adhesión, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, convocó hoy en Bruselas a altos funcionarios de Turquía, Suecia y Finlandia.En términos generales, la OTAN había esperado que el camino hacia la adhesión de Suecia se allanara antes de la Cumbre de Vilna. El ingreso de Suecia sería un momento simbólicamente poderoso y la última indicación de cómo la guerra de Ucrania está llevando a los países a unirse a la Alianza. Esas esperanzas se han visto reducidas. En parte porque también Hungría tiene que ratificar la solicitud sueca y el Parlamento de Budapest concluirá este viernes sus sesiones hasta después del receso estival sin dar luz verde a las aspiraciones suecas de unirse a la Alianza Atlántica.