Política

Corea del Norte

Corea del Norte entra en la guerra comercial entre EE UU y China

El viaje del dirigente norcoreano coincide con la última ronda de diálogo entre Pekín y Washington.

Varios peatones siguen la visita de Kim Jong Un a China en una pantalla de una céntrica calle de Seúl, capital de Corea del Sur
Varios peatones siguen la visita de Kim Jong Un a China en una pantalla de una céntrica calle de Seúl, capital de Corea del Surlarazon

El viaje del dirigente norcoreano coincide con la última ronda de diálogo entre Pekín y Washington.

- El lunes, decenas de vehículos de seguridad y funcionarios del Gobierno chino bloquearon las carreteras que rodean la estación de tren de la ciudad de Dandong, localidad que linda con la frontera de Corea del Norte. En esos mismos instantes, los huéspedes de los hoteles que se alojaban en las habitaciones con vistas a la línea divisoria no pudieron acceder a sus aposentos. La razón de tanto misterio, desvelada después por la agencia de noticias Kyodo, era simple: tratar de evitar que los allí presentes vieran la llegada al gigante asiático de un tren procedente de la mismísima Pyongyang, un convoy en el que viajaba el líder supremo del régimen Juche, Kim Jong Un.

Pero pese a todos los tejemanejes para ocultar la mayor, la noticia corrió como la pólvora y los medios surcoreanos se hicieron eco rápidamente: Kim había salido del país por quinta vez desde que comenzara su mandato en 2011. En esta ocasión, para visitar a su homólogo chino, Xi Jinping. Así lo confirmaron ayer los gobiernos comunistas de ambos países. El jefe de Estado norcoreano llegaba a Pekín el día de su cumpleaños en la que ya es la cuarta visita oficial a China desde comienzos de 2018, una muestra más de la camaradería entre ambos líderes, grandes aliados e importantes socios comerciales.

La agencia norcoreana KCNA informó a sus ciudadanos de una visita que durará hasta mañana y que se produce «por invitación de Xi Jinping». Este hecho sorprendió a los analistas, ya que el reino Ermitaño no informa de este tipo de eventos hasta que concluyen y su líder está de vuelta en el país, lo que puso de relieve la bien estudiada estrategia diplomática de Kim. Precisamente, esta entrevista se produce a las puertas de una segunda cumbre entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, para la que Washington y Pyongyang estarían negociando los últimos detalles y la logística.

Ese sería el primer objetivo de la visita de Kim, propiciada gracias a la normalización de relaciones entre Pekín y Pyongyang el año pasado. Informar personalmente a su aliado del avance de las negociaciones para la realización de dicha cumbre, razón por la cual le habría acompañado Kim Yong Chol, el general del Ejército que lidera las conversaciones con EE UU. La segunda meta: mostrarse ante el mundo y, en especial ante la nación norteamericana, como un país con contactos diplomáticos fuertes que no necesita de otras potencias. Así lo explicó a Reuters Harry J. Kazianis, director del Centro para el Interés Nacional de Washington: «Kim está ansioso por recordarle a la Administración Trump que tiene opciones diplomáticas y económicas, más allá de lo que Washington y Seúl puedan ofrecer».

Además, el nuevo encuentro otorga una nueva baza para el Gobierno de Xi, que anda sumido desde el año pasado en una guerra comercial con EE UU. Ayer, coincidiendo con la visita, estaba previsto que terminara la última ronda de negociaciones entre ambos países para tratar de salir de la constante y mutua imposición de aranceles que desde hace meses amenaza con generar graves consecuencias para los países implicados y sus socios comerciales. Por eso, la visita sorpresa de Kim también se interpretó como una advertencia para Washington, ya que si las dos potencias no logran alcanzar un acuerdo comercial, China podría complicar la búsqueda de otros objetivos por parte de la Administración Trump, como la eliminación de las armas nucleares de Corea del Norte. El año pasado, Kim acercó posturas con EE UU tras asegurar que paralizaría su programa nuclear. La promesa llevó a primera cumbre entre ambos líderes y al compromiso de la desnuclearización.