Corea del Norte expulsa al soldado de EE UU retenido desde julio

Corea del Norte anunció su decisión de expulsar al soldado del Ejército estadounidense Travis King, que cruzó a territorio norcoreano desde Corea del Sur el pasado mes de julio, y al parecer fue trasladado a China para permanecer bajo custodia estadounidense, según la agencia Associated Press. La medida se produce después de que haya concluido una investigación sobre el incidente, según el medio de comunicación estatal norcoreano KCNA. La decisión de Pyongyang plantea una cuestión compleja, con posibles ramificaciones geopolíticas y de seguridad, y ahora queda por ver cómo este destierro afectará a las ya frágiles relaciones bilaterales entre los países implicados.

El soldado ya está bajo custodia de Estados Unidos tras haber sido deportado de Corea del Norte, según informó horas después la Casa Blanca sin dar más detalles sobre el estado de King. «Puedo confirmar que se encuentra bajo custodia de Estados Unidos», dijo este miércoles un alto cargo de la Administración de Joe Biden en una llamada con periodistas.

Este soldado raso asignado a las fuerzas estadounidenses en Corea cruzó la línea de demarcación militar sin permiso hacia el Norte durante una visita a la Zona de Seguridad Conjunta dentro de la DMZ. En esta frontera abundan las fortificaciones, pero sólo un muro bajo de hormigón separa a los vecinos en la Zona de Seguridad Conjunta, de acceso más sencillo pese a la presencia militar. King se enfrentaba a cargos por agresión en Corea del Sur y debía ser apartado del Ejército un día antes del incidente, para luego regresar a EE UU y enfrentarse a medidas disciplinarias.

King declaró que había huido al Reino Ermitaño «porque albergaba malos sentimientos contra los abusos inhumanos y la discriminación racial dentro del Ejército estadounidense». También alegó estar «desilusionado» con la «desigual sociedad estadounidense». Si realmente llegó a afirmar todo esto, no se puede verificar.

El aparente intento de deserción de King no fue su primer roce con los problemas. Unos meses antes del extraño arrebato, se declaró culpable de los cargos de agresión y destrucción de propiedad pública relacionados con dos incidentes violentos ocurridos en Seúl en otoño de 2022, incluido uno en el que causó daños a un coche patrulla de la Policía. La desconcertada familia de King señaló que es posible que su conducta estuviera relacionada con la muerte de su primo de siete años, que falleció el invierno pasado a causa de un raro trastorno genético.

Sin embargo, sus allegados se preguntan qué se le pasaría por la cabeza al enfrentarse a un país con un largo historial de retención de estadounidenses y su posterior uso como moneda de cambio. Además, sus allegados lo describen como un hombre solitario y tranquilo que no bebía ni fumaba y al que le gustaba leer la Biblia.

La situación actual podría tensar las ya de por sí delicadas relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte, especialmente si el proceso de expulsión no es suficientemente transparente o si se pone en peligro la salud y el bienestar del propio King.

No está claro adónde será enviado a partir de ahora el recluta de 23 años, ni cuándo será liberado con exactitud. El Estado rebelde mantiene unas relaciones diplomáticas casi inexistentes con sus vecinos, con las notables excepciones de Rusia y China, sus únicos aliados internacionales. Tampoco se han dado a conocer por el momento otros detalles sobre el estado de salud de King, a quien no se ha vuelto a ver desde el pasado mes de julio.

Las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte han aumentado a medida que Pyongyang ha seguido adelante con las pruebas de misiles balísticos de largo alcance capaces de producir armas nucleares, y a medida que su líder, King Jong Un, ha parecido cortejar el favor del presidente ruso, Vladimir Putin, a quien visitó en Moscú recientemente. La Casa Blanca considera que ambos países están a punto de cerrar un acuerdo secreto sobre armas destinadas a la invasión rusa de Ucrania.