Elecciones presidenciales
Duelo Trump-De Santis: lucha de titanes en el Partido Republicano
Tras el anuncio, ahora sí, del gobernador de Florida, arranca una ardua batalla en el seno de las fuerzas conservadoras. DeSantis necesita una victoria temprana para impulsar su candidatura
El peligro que tiene alimentar (o cebar, como decimos en el argot periodístico) el anuncio de una información es que las expectativas del público pueden llegar a niveles insospechados, y luego hay que estar a la altura para salir triunfantes. Por eso, los problemas técnicos que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, enfrentó esta semana en el lanzamiento de su candidatura presidencial para 2024 a través de Twitter no han sido un gran comienzo en su viaje hacia la Casa Blanca. El republicano llevaba semanas esperando el mejor momento para acaparar la atención del país, y lo ha logrado, pero no como esperaba debido a una gran multitud de fallos técnicos en su evento tuitero. Ahora muchos se preguntan si esto es un preludio de lo que será su precampaña a la candidatura republicana o si por el contrario DeSantis es el hombre que derrotará al hasta ahora intocable políticamente Donald Trump, también favorito en todas las encuestas.
A su favor juega que es la mejor opción para las fuerzas anti Trump dentro del Partido Republicano, una tendencia que ha ido creciendo en la sombra los últimos meses al mismo ritmo que se conocían los problemas legales del expresidente. Ahora que DeSantis ha entrado oficialmente en la carrera presidencial, habrá que ver si sus números levantan el vuelo y se acercan a los del magnate, quien, por cierto, fue su gran mentor. «Trump tiene ventaja en las primarias republicanas», explica a LA RAZÓN Brett Burnham, exfuncionario de la Casa Blanca que trabajó con Joe Biden cuando este era vicepresidente durante el mandato de Barack Obama, «sin embargo, estamos bastante lejos todavía y hay muchos factores que podrían cambiar. DeSantis parece que ha perdido bastante apoyo, y veo más posible que otro candidato republicano como Nikki Haley o Mike Pence (compañero de «ticket» de Trump durante su presidencia) atraiga el voto de los republicanos que quieren cualquier otra opción que no sea Trump».
Seguramente esto quedará más claro después de la entrevista en horario de máxima audiencia que la cadena de televisión CNN realizará al exvicepresidente estadounidense el próximo 7 de junio. «Los demócratas estarían muy contentos de tener a Trump como candidato republicano. DeSantis sería una opción más difícil porque no tiene la imagen complicada de Trump», explica el exfuncionario. También serían contrincantes complicados para los demócratas «Tim Scott, Nikki Haley o Mike Pence porque podrían atraer el apoyo de los independientes».
Desde el Comité Nacional Republicano no se pronuncian sobre un favorito y tienen claro que lo importante es que «nuestro partido presenta diferentes opciones, tendencias, liderazgos para darle a nuestros partidarios la alternativa de escoger el que mejor les parezca», explica a LA RAZÓN Jaime Florez, director hispano de comunicaciones del Comité Nacional Republicano. «A diferencia del Partido Demócrata, donde la opción es solo una, y no es necesariamente la mejor, dado que se trata de un presidente con muy bajos índices de aprobación». Florez hace hincapié en que su obligación «es mantenernos imparciales al tiempo que organizamos la estructura del proceso de elecciones primarias, alentando a nuestros votantes a que se registren oportunamente como republicanos, para que puedan votar en las primarias en cada uno de los estados. Estamos impulsando también una amplia campaña de integridad electoral, con miles de observadores y testigos electorales por todo el país, debidamente entrenados y preparados para garantizar que las elecciones serán claras y transparentes».
DeSantis necesita más apoyo de su partido (Trump cuenta con cuatro veces más respaldos de miembros del Congreso que durante el ciclo de las primarias en 2016), y ganar Iowa o Nueva Hampshire, lo que históricamente ha impulsado la elección del candidato que se lleva allí los votos. Son dos estados decisivos en los que el republicano de Florida está mostrando buenos resultados en las encuestas, a pesar de ir por detrás de Trump. Pero tiene que jugar sus cartas con cuidado. No puede atacar directamente al expresidente porque todavía hay una gran parte de la población que lo apoya, pero ya ha dejado claro entre sus donantes que su contrincante «no puede ganar». Además, también tiene a su favor la edad, 44 años frente a los 76 de Trump. Entre los obstáculos que enfrenta están la falta de carisma, «una persona sin humor» a quien «le cuesta entablar relaciones con otros», apuntaba el columnista de «The Washington Post» Paul Waldman.
Sus radicales decisiones son arma de doble filo y la exportación nacional de su modelo conservador ha echado para atrás a algunos y ha enamorada a otros, sin medias tintas. DeSantis se ha enfrentado al gigante Disney por la polémica ley «No digas gay», ha prohibido hablar de orientación sexual en las escuelas, ha creado la ley más dura del país contra la inmigración ilegal y ha restringido el aborto y limitado las operaciones de reasignación sexual. También ha expandido la pena de muerte y el derecho a portar armas, y su último anuncio esta semana ha sido prometer que priorizará el perdón de las «víctimas» de «objetivos políticos», lo que incluye a los acusados por los ataques en el Capitolio el 6 de enero, entre ellos el fundador de Oath Keepers, que acaba de recibir una sentencia de 18 años de prisión por el asalto.
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