Elecciones

Elecciones en el Congo: un presidente, un veterano, el hijo de un griego y un Premio Nobel de la Paz

De los 22 candidatos presidenciales, apenas dos se muestran con posibilidades de una victoria

Election officials put up voters lists outside a voting station during the presidential elections in Kinshasa, Democratic Republic of Congo, Wednesday, Dec. 20, 2023. Congo headed to the polls Wednesday to vote for president as authorities scrambled to finalise preparations in an election facing steep logistical and security challenges. (AP Photo/Mosa'ab Elshamy)
Un hombre cuelga las listas de votantes en un centro electoral en República Democrática del CongoASSOCIATED PRESSAgencia AP

Este miércoles se celebrarán elecciones en República Democrática del Congo, aunque sigue sin ser seguro. Hasta que no haya depositado el último congoleño la última papeleta, hasta que no hayan pasado los días necesarios para que se anuncie el ganador, hasta que el ganador no sea investido y cumpla sus cinco años de presidencia y vuelvan a convocarse elecciones, los comicios no terminan del todo en República Democrática del Congo.

La tensión política actual entre algunos de los candidatos, sumado a la guerra en Kivu y a la precariedad económica corren el peligro de influir en los comicios, ya sea el mismo día de las votaciones o en los días/meses siguientes. De los 22 candidatos a la presidencia, hay cuatro que puedan considerarse de peso, y sólo dos mantienen serias posibilidades de ganar. Un presidente, un veterano, el hijo de un griego y un Premio Nobel de la Paz.

El presidente

Félix Tshisekedi (60 años) es hijo del histórico político congoleño Étienne Tshisekedi, que fue primer ministro en varias ocasiones durante la última etapa de la dictadura de Mobutu, y su apellido ya forma parte de la Historia del país. También es el candidato favorito. Desde que ganó las últimas elecciones en 2018 bajo acusaciones de fraude electoral, y sujeto a una oposición que no perdona, ha optado por aproximar paulatinamente al país hacia Rusia, China y Emiratos Árabes Unidos, a quienes ofrece materia prima a cambio de seguridad e infraestructura. Por otro lado, este verano aseveró duramente a Macron su política africana y llegó a pedir que la MONUSCO iniciara su retirada en diciembre de este año, mostrando una posición que sigue las líneas del panafricanismo actual y que busca nuevos socios gracias a la globalización del mercado.

Respecto a la guerra de Kivu, muestra una actitud que cabalga entre las negociaciones y los mítines en donde asegura que no se sentará en una mesa con el M23. Para esta campaña ha prometido que reformará el ejército congoleño y que integrará en la fuerza de reserva a las milicias de autodefensa local creadas a raíz de la crisis. Con un ojo puesto en el fin de la guerra, a sabiendas de que cinco años pueden hacerse muy largos, quiere evitar la proliferación de grupos armados no gubernamentales en cuanto el M23 desaparezca.

El veterano

En todo proceso electoral africano que se precie, siempre habrá un candidato eterno, un ganador que nunca lo fue. Un hombre de más de sesenta años que se ha presentado un número de veces a la presidencia, sin éxito, por una razón u otra. Es el caso de los candidatos de la UNITA en Angola, Raila Odinga en Kenia, Attiku Abubakar en Nigeria o Martin Fayulu (67 años) en RDC. Este ex ejecutivo del petróleo que se ha embarcado en una cruzada personal contra los agentes de presión en su país, con especial saña contra la clase política y las petroleras, asegura a quien quiera escucharle que él ganó las elecciones de 2018. Católico, adinerado, líder del partido Ecidé, no se considera que tenga verdaderas opciones de ganar. Algunos de sus seguidores lamentan que no forme una coalición con otros candidatos opositores, para hacer Gobierno frente a Tshisekedi.

El hijo del griego

Esta es la cuestión que persigue a Moise Katumbi (58 años) en su carrera por la presidencia. Hijo de una congoleña y de un judío griego, con decisión e ideas frescas, se ha convertido en el mayor peligro para la reelección de Tshisekedi, que procura desestimar a su adversario poniendo en duda su origen congoleño. En las conversaciones de los patios sale a la luz el término congolité para referirse a ser verdaderamente congoleño (casi se diría que se trata de un concepto racista en cuestión a la “pureza” de la sangre del candidato), y si Katumbi tiene esa congolité. El portavoz del Gobierno dijo en una rueda de prensa que “fue el Presidente [Tshisekedi] quién entregó a Moise Katumbi su pasaporte” y posteriormente repitió que la postura del gobierno es que Katumbi nació realmente en Zambia.

La violencia electoral se ha centrado mayoritariamente contra sus seguidores. Uno de ellos fue asesinado a finales de noviembre en Kindu, mientras este mes de diciembre se han registrado sucesivos ataques en varios de sus mitines. Pero la cuestión de la congolité no debe tapar otros aspectos del candidato.

Es dueño del equipo de fútbol Tout Puissant Mazembe, fue gobernador de Katanga entre 2007 y 2015 y tiene fuertes lazos con la Iglesia Católica en el país. Es un hombre poderoso en República Democrática del Congo, dueño de minas y de éxitos empresariales, nombrado personalidad africana de 2015 por la revista Jeune Afrique. Los vínculos de Katanga con Occidente y la ascendencia paterna de Katumbi, el galardón de Jeune Afrique, además de sus esfuerzos por introducirse en el panorama político de Estados Unidos (en 2021 comenzó a pagar 40.000 euros mensuales a una firma de lobbying para reunirse con el Congreso estadounidense y la administración Biden, además de colaborar con think tanks y grupos mediáticos), le convierten en el candidato más propicio a colaborar con Occidente.

El Premio Nobel de la Paz

Denis Mukwege (68 años) es un buen hombre y ginecólogo de profesión. En 2018 ganó el famoso galardón gracias a sus esfuerzos a la hora de proteger a las mujeres de los conflictos en RDC. Tiene un hospital en la ciudad de Bukave y ha atendido personalmente a cientos de mujeres afectadas por la violencia sexual que trae la guerra.

En un mundo ideal, ganaría él. Su nombre ha tenido un fuerte tirón en la comunidad internacional pero no perece que alcance a convencer a la mayoría congoleña, que tienen claro lo que buscan: un buen gobernante. Un veterano del ejército congoleño lo exponía de esta manera en la ciudad de Goma: “No hay dudas de que Mukwege es un médico muy bueno, pero no por ser buen médico tú eres un buen presidente. La política y la medicina no son lo mismo”. Entre sus propuestas entran la negociación con el M23 para poner fin al conflicto, la protección de las mujeres y de los niños en el contexto social congoleño, desea que se inicie una investigación que juzgue a los responsables de conflictos previos y reitera su motivación de desarrollar el país. Los otros candidatos le acusan de que sus propuestas sobre el desarrollo son demasiado vagas para tomarse en serio.