
Misil
Estados Unidos quiere un nuevo misil que pueda ser disparado desde un dron
El ejército de Estados Unidos se prepara para la guerra del futuro con un nuevo misil 'dispara y olvida' para drones, una pequeña arma inteligente diseñada para operar en los entornos más hostiles sin GPS

La guerra en Ucrania está sirviendo de crudo laboratorio para las tácticas militares del futuro, y una de sus lecciones más claras es la vulnerabilidad de la tecnología ante la guerra electrónica. Los sistemas de interferencia de radiofrecuencia, conocidos como jamming, se han convertido en una amenaza constante que deja ciegos y desarmados a drones y municiones guiadas. En este nuevo campo de batalla electrónico, la dependencia del GPS o de un enlace de datos con un operador puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso de una misión. Esta vulnerabilidad se ha vuelto aún más crítica ante el desarrollo de nuevas capacidades espaciales, como el reciente despliegue de 'satélites asesinos' por parte de Rusia, que amenazan directamente la infraestructura orbital de la que dependen estas tecnologías.
Ante este escenario, el Mando de Operaciones Especiales de Estados Unidos ha puesto en marcha una iniciativa para desarrollar una solución radical: un misil diminuto, guiado por inteligencia artificial, diseñado para golpear con precisión en entornos donde las comunicaciones son imposibles. El objetivo es dotar a sus fuerzas de un arma completamente autónoma que, una vez disparada desde un dron, sea inmune a cualquier intento de interferencia por parte del enemigo. La creación de esta munición especializada responde directamente a la nueva doctrina del Pentágono, que busca aumentar masivamente su poderío militar con la adquisición de más drones y sistemas no tripulados.
Se trata, en esencia, del concepto «dispara y olvida» llevado a su máxima expresión. A diferencia de la mayoría de proyectiles actuales, este nuevo sistema no necesitará ninguna conexión por satélite ni comunicación con su base para localizar y alcanzar su objetivo, tal y como ha desvelado el medio especializado Defense News. Su capacidad para operar sin guía externa alguna lo convierte en una herramienta de enorme valor para las contiendas tecnológicas que definirán los conflictos venideros.
Un arma autónoma para un nuevo campo de batalla
De hecho, las especificaciones del proyecto, bautizado como Sistema de Entrega Simbiótico UAS (SCBDS), son tan exigentes como su concepto. El sistema completo, que incluye el misil y su mecanismo de lanzamiento, no podrá superar los 2,27 kilogramos de peso, con una carga útil de apenas 900 gramos. A pesar de sus reducidas dimensiones, se le requiere un alcance superior a cuatro kilómetros y una velocidad mínima de 100 kilómetros por hora, guiándose mediante una combinación de visión por computador y navegación inercial para asegurar un impacto con un margen de error de cinco metros. Estas características están diseñadas para su integración en plataformas aéreas de última generación, como el futurista y sigiloso dron presentado recientemente por Lockheed Martin, que operan en entornos de alto riesgo.
Asimismo, el plan de desarrollo contempla su despliegue desde drones de tamaño mediano, catalogados como Grupo 2 o 3, para proporcionar a las fuerzas especiales una capacidad de ataque quirúrgico y discreto. Pero la innovación no se detiene en lo militar. Los responsables del programa ya vislumbran aplicaciones civiles para esta tecnología, que podría ser de gran utilidad en tareas como la inspección de infraestructuras críticas, como puentes o tendidos eléctricos, donde la precisión sin dependencia de señales externas abriría un nuevo abanico de posibilidades.
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