Defensa

Europa se lanza a rearmarse ante la amenaza rusa y el abandono de EE UU

La necesidad de aumentar el gasto en Defensa provoca las primeras diferencias entre los países del Sur y el Este de la UE, mientras se revitaliza el eje francoalemán

Hetta (Finland), 05/03/2024.- Finnish hunter soldiers during training together with Swedish units in Hetta, northern Finland, 05 March 2024. The exercise is part of Nordic Response, which is a Norwegian national exercise that is carried out in northern Sweden, Norway and Finland with associated airspace and waters. According to the NATO, military staff from 13 NATO Allies and Partners will be participating in exercise Nordic Response 2024, part of the Steadfast Defender exercise series, in No...
Maniobras militares conjuntas de los ejércitos de Suecia y Finlandia en Hetta (Finlandia) en marzo de 2024Anders WiklundAgencia EFE

El proceso de integración europea nació de los escombros de dos guerras mundiales. El club comunitario se convirtió en un proyecto de reconciliación, en el que la posibilidad de una contienda entre países europeos estaba completamente descartada.

Después del fin de la Guerra Fría tras la caída del comunismo, se estableció el principio conocido como dividendo de la paz: el fin de la amenaza soviética permitía reducir drásticamente el gasto en Defensa y destinar este dinero a otras partidas, como, por ejemplo, la expansión del Estado de bienestar. A su vez, Estados Unidos seguía manteniendo un interés prioritario en asegurar la estabilidad de la UE a través de la OTAN. Fue el momento en el que la expresión, «el fin de la historia», acuñada por el politólogo Francis Fukuyama, hizo fortuna. Parecía que las guerras eran cosa del pasado y que el orden liberal y las democracias acabarían extendiéndose por todo el mundo de manera inexorable.

Pero el oasis en el desierto ha llegado a su fin. Este espíritu de ingenuidad de los años noventa y la primera década de los 2000 fue aprovechado por los enemigos del club comunitario. Ahora es el momento de despertar.

«Sé que mi mensaje de hoy ha sido duro. He pintado un mundo plagado de peligros. Pero somos más fuertes de lo que pensamos. Y no estamos solos en esto», aseguró la presidente de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, el pasado 18 de marzo antes de añadir que «la incomodidad de estas palabras palidece ante el dolor de la guerra».

Gasto militar OTAN
Gasto militar OTANTania NietoLA RAZÓN

Según los vaticinios de la presidenta del Ejecutivo comunitario, en la segunda mitad de esta década se va a configurar un nuevo orden mundial y eso obliga a la UE a rearmarse de cara a 2030. «Para estar preparados para 2030, tenemos que movernos ya. Y ahí es donde entra en juego la UE», explica Von der Leyen.

Un mensaje que está sacudiendo al club comunitario en su conjunto y abriendo una preocupante brecha entre los países del Este y del Sur de la UE que no ven la actual amenaza de seguridad de la misma manera. El secretario general de la Alianza, Mark Rutte, advirtió la pasada semana de que todos los europeos están en el mismo barco y de ahí la necesidad de aumentar el gasto en Defensa. «Un misil ruso tarda solo diez minutos más en llegar a Madrid que a Varsovia», ha esgrimido. De hecho, la Alianza quiere que los países que aún no llegan al 2% de su PIB en Defensa lo hagan antes del verano. Un esfuerzo colosal para España e Italia. El debate sobre el rearme europeo está marcando la agenda nacional y creando importantes fricciones dentro del club.

ALEMANIA

El país perdedor de la II Guerra Mundial y con la austeridad en su ADN ha dado un giro copernicano. Berlín parece haber superado sus fantasmas históricos para abrazar la idea de un rearme a gran escala. La revolución fiscal ha comenzado. Antes de que Fiedrich Merz se convierta en nuevo canciller, el Parlamento alemán ha decidido levantar el freno de la deuda con el que quiere financiar un paquete de 500.000 millones de euros en infraestructuras, luchar contra el cambio climático y dinamización de la economía. Además, el gasto en defensa que supere el 1% del PIB podrá financiarse mediante préstamos sin restricciones. Esto supone que el gasto militar podría alcanzar el 3% en 2025. Alemania ya no tiene miedo de ser una potencia geopolítica de primer nivel.

FRANCIA

París siempre había apostado por la autonomía estratégica europea durante el primer mandato de Donald Trump frente a una reticente Alemania. Las tesis francesas – también las de promover el Made in Europe– en la industria de defensa han salido vencedoras. El gran problema es que este debate coincide con el fuerte endeudamiento del país. Por eso, el Gobierno ha propuesto un nuevo plan que los ciudadanos se conviertan en inversores directos en el rearme de su ejército. El banco público francés de inversiones abrirá un nuevo fondo de hasta 450 millones de euros. Francia destina actualmente el 2% de su PIB al sector de la Defensa, pero el objetivo es aumentarlo hasta el 3,5%. Una propósito que choca con los objetivo de embridar

el déficit público. Además, París ha puesto a disposición del resto de los países europeos su paraguas nuclear. Tras la salida de Reino Unido del club comunitario, es la única potencia con armas atómicas.

REINO UNIDO

La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha ocasionado un nuevo espíritu de entendimiento entre Londres y sus antiguos socios, tras el trauma del Brexit. Ahora mismo el gasto en Defensa como porcentaje del PIB es del 2,3% y el primer ministro, Keir Stamer, ya anunció en febrero el adelanto del objetivo del 2,5% en 2027, cuando la meta inicial era 2029. Para poder disponer de este dinero extra, Reino Unido sacrificará otras partidas como la ayuda humanitaria, la asistencia a discapacidad o una mejor generosidad en las ayudas a las personas desempleadas. Unos compromisos difíciles para un Gobierno de tinte laborista que había hecho de la mejora de la sanidad y la educación una de sus principales bazas electorales.

ITALIA

El Gobierno de Giorgia Meloni se encuentra entre varios fuegos. Por una parte, recela de los intentos europeos de independizarse de Estados Unidos respecto a la Defensa y, por otra, su viceprimer ministro, Matteo Salvini, siempre ha mostrado sus simpatías hacía Rusia. Italia, al igual que España, es uno de los países que no cumplen la meta del 2% de gasto en Defensa que debía haberse alcanzado en el año 2024. Su alta deuda también le hace reticente a aumentar esta partida. De hecho, Italia apuesta por incentivar al sector privados a invertir en programas de defensa. Junto con España, es uno de los países a la que la expresión de «rearme» le da sarpullidos, en referencia al plan de Von der Leyen de 800.000 millones de euros.

POLONIA

Cuanto más cerca de Rusia, más gasto. Polonia es el país campeón en el gasto de Defensa no solo respecto a sus socios europeos, sino también de todos los socios de la OTAN. Le sigue Estonia y Estados Unidos. Se espera que este año llegue al 4,7% de PIB, muy cerca del 5% que defiende Trump y que ni siquiera Washington cumple. Además, el país aloja una base antimisiles estadounidense y ha sido uno de los que más ha ayudado a Ucrania.

SUECIA

Los países nórdicos han dado un vuelco a su tradicional postura de neutralidad. Suecia y Finlandia han sido los dos últimos países en ingresar en la OTAN. No ha sido un mero gesto cosmético para estar al amparo de la cláusula de defensa colectiva de la Alianza, sino que también están dispuestos a aportar. El Gobierno sueco anunció esta pasada semana que aumentará su gasto en defensa en 300.000 millones de coronas durante los próximos diez años. La financiación estará sufragada con préstamos. Actualmente, el gasto en Defensa del país se sitúa en el 2,4% y el objetivo es llegar al 3,5% del PIB en 2030.

ESPAÑA

Ahora mismo, nuestro país es el último en gasto de la OTAN (1,3%) de su PIB en 2024, muy lejos del 2% exigido para esa fecha. Los planes iniciales del Gobierno consisten en llegar a la meta del 2% en 2029, con cinco años de retraso. Ante las presiones externas, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha prometido acelerar esta hoja de ruta, pero sin nuevos números sobre la mesa y sin el apoyo de sus socios de gobierno. El Ejecutivo asegura que el incremento del gasto no supondrá ninguna disminución de las partidas sociales. España es uno de los países, al igual que Italia, que está luchando para una contabilización más amplia del concepto de defensa, de forma que cuente el dinero que se destinado a la ciberseguridad o a la gestión de las fronteras como parte de esas partidas.