Juegos de guerra

Rusia exhibe poderío militar en plena la escalada con Ucrania

El Ejército ruso inicia maniobras de envergadura en Crimea y en dos regiones al sur del país mientras espera la respuesta de EE UU y la OTAN a sus propuestas sobre la arquitectura de la seguridad en Europa

La tensa espera de Rusia continúa mientras Washington sigue sin dar señales de la anunciada respuesta. Las garantías exigidas por Moscú a la OTAN para que la Alianza no se amplíe por países vecinos, como Ucrania o Georgia, han supuesto un punto de no retorno en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, además de una amenaza de guerra en Europa tan real como poco deseada. El Kremlin también incluyó en su lista de peticiones el cese de cualquier cooperación militar entre la Alianza Atlántica y los países que conformaron en su momento la Unión Soviética, además de la retirada de armamento y tropas que la OTAN mantiene desplegadas en el este de Europa hasta dejar el mapa militar del viejo continente tal y como era en 1997. Mientras se produce la respuesta, que Washington ha prometido que entregaría por escrito, el planeta hace cábalas sobre cómo será la reacción de Rusia en el caso de que esta no sea la esperada por el régimen de Moscú.

Para ponerle más intriga, Estados Unidos ha anunciado que preparará un gran contingente de 8.500 militares en «máxima alerta» para un eventual despliegue en la zona de conflicto, entre Ucrania y Rusia, lo que ha disparado las críticas de Moscú, que no ocultó ayer su inquietud. Así lo declaró el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, al afirmar que su país observa «con gran preocupación estas acciones de EE UU» y denunció una vez más la política de desinformación puesta en marcha por sus adversarios, con el único objetivo de «agravar la situación», aunque matizó que dicho anuncio no tendrá ningún impacto en las negociaciones, ya que estas han concluido. «Antes de entender cómo vamos a continuar hay que recibir el texto (de respuesta), que esperamos esta semana», apostilló Peskov. EE UU y la OTAN han advertido de que el derecho a veto que solicita Moscú es inadmisible, pero sí se han mostrado dispuestos a negociar el despliegue de armas y las maniobras.

Posibles escenarios

Los posibles escenarios ante una más que posible respuesta negativa de Washington son tan variados como imprevisibles, con hipótesis que contemplan desde un reconocimiento por parte de Rusia a la soberanía de los territorios separatistas del Este de Ucrania a una ofensiva militar del Kremlin para seguir ampliando las zonas prorrusas en su país vecino, algo que siempre ha descartado Moscú, categórico en su afirmación de no atacar Ucrania. El posible reconocimiento de la independencia de las zonas en conflicto desde 2014 fue una propuesta lanzada por el Partido Comunista que podría debatirse en la Duma de Moscú en febrero.

Hay más teorías, como la que señala que Rusia podría estrechar sus lazos militares con países de América Latina enviando tropas e instalando armas en Venezuela o Cuba, algo que ya se había planteado en su momento, pero que el viceministro de Exteriores ruso, Sergei Riabkov evitó confirmar el pasado día 13, cuando fue preguntado por ello.

Juegos de guerra

Lo cierto es que el gigante euroasiático no se ha quedado de brazos cruzados y ayer mismo anunció el comienzo de unos importantes ejercicios aéreos en la península de Crimea y las regiones de Rostov del Don y Krasnodar, muy cercanas a territorio ucraniano. En dichas maniobras participan más de 60 aviones de combate, entre los que se encuentran cazas Su-27SM y Su-30SM2, y cazabombarderos SU-34. Además, tendrán lugar lanzamientos de misiles contra blancos situados a la «mayor distancia posible», en la región militar Sur, una de las cinco en que está dividida Rusia. Asimismo, los aviones enviados probarán acciones de defensa de objetivos sensibles a ataques del exterior, como aeropuertos civiles y militares, para los que ya han sido puestos en alerta más de 6.000 efectivos. Las otras maniobras de importancia están teniendo lugar en el oeste del país, más concretamente en el enclave que une a Rusia con Bielorrusia, Ucrania y los países Bálticos. El ministerio de Defensa ruso ha difundido un vídeo oficial en el que explica los pormenores de estos ejercicios e informa de que estos se prolongarán hasta el sábado, 29 de enero.

El Pentágono ya ha advertido de que no ve señales de desescalada por parte de Rusia. El presidente Biden ha puesto en alerta a 8.500 soldados que podrían desplegarse en Europa y la cifra podría elevarse en los próximos días. Pero las medidas con las que trabaja la Administración norteamericana no terminan aquí. Funcionarios advirtieron ayer al «Wall Street Journal» que están trabajando en «potentes» controles y sanciones a las exportaciones a Rusia en sectores clave como el de la defensa. También trabajan junto con los aliados en la construcción de alternativas al suministro del gas a Europa si Vladimir Putin decide cerrar el grifo.