Chechenia

Kadirov trata de acallar los rumores sobre su enfermedad terminal con un vídeo en el gym

Vestido con un chándal azul y unas Nike, el líder checheno desafía la información de Novaya Gazeta sobre su necrosis pancreática

El líder checheno Kadyrov
El líder checheno Ramzam KadirovMikhail MetzelAgencia AP

Estiramientos, un breve calentamiento, algo de movilidad y directamente press de banca. Ramzan Kadirov ha querido sepultar los rumores sobre su enfermedad terminal con la publicación de un vídeo grabado en el gimnasio en compañía de su temible –y barbuda– guardia pretoriana. El contenido podría estar a la altura de cualquier influencer de la industria del fitness, si no fuera porque, en lugar de monetizarlo, el líder checheno pretende con ello disipar las dudas sobre su continuidad en esta vida o, como mínimo, al frente de la República del Cáucaso que gobierna con puño de hierro desde 2007. Con el permiso, eso sí, del Kremlin.

Novaya Gazeta filtró el lunes que Kadirov padece necrosis pancreática, una enfermedad grave que le habría sido diagnosticada en enero de 2019. Por esas mismas fechas, el líder checheno cedió de forma temporal el bastón de mando a su primer ministro, Muslim Juchiev, alegando una gripe. Según el medio independiente ruso, con sede en Letonia, su salud empezó a deteriorarse «rápidamente» a partir de la primavera de 2022, meses después de que Vladimir Putin pusiera en marcha la invasión rusa de Ucrania, en la que participan –aunque sin especial protagonismo– los kadírovtsi, su sanguinario ejército privado.

No sería, sin embargo, hasta el pasado mes de septiembre cuando algunos canales de Telegram difundieron que Kadirov había entrado en coma. Según las informaciones de la prensa rusa en el exilio, el líder checheno ingresó entonces en el Hospital Clínico Central con una insuficiencia respiratoria aguda, «que desarrolló como resultado de una sobredosis del tranquilizante Dormicum», un medicamento utilizado «para calmar a los pacientes antes de una intervención quirúrgica».

Su preocupante hoja clínica ha obligado al Kremlin a preparar el relevo para mantener el orden en una República hoy sometida pero que, décadas atrás, sufrió dos guerras devastadoras que enfrentaron a las fuerzas rusas con los rebeldes chechenos. Según Novaya Gazeta, el principal candidato de Moscú para suceder a Kadirov es Apti Alaudinov, el comandante de la unidad de fuerzas especiales Ajmat, una unidad que combate en Ucrania y dio cabida a algunos de los mercenarios del Grupo Wagner tras el motín en agosto del pasado año del desaparecido Yevgueni Prigozhin.

Los expertos consideran a Alaudinov, condecorado con la medalla de Héroe de Rusia por su implicación en la guerra de Ucrania, un confidente de Putin. De hecho, la víspera de la publicación del artículo de Novaya Gazeta sobre la salud de Kadirov, Alaudinov asumió un cargo en el Ministerio de Defensa ruso, un movimiento poco habitual.

Minutos después de la exclusiva del medio ruso, el equipo de comunicación del líder checheno difundió como «prueba de vida» un vídeo en el que aparecía rodeado por altos mandos militares de la República caucásica. En las imágenes, Kadirov no mueve un músculo, aparte de los labios, que apenas se separan para pronunciar algunas palabras apenas inteligibles.

Por eso, su equipo de comunicación ha querido redoblar la apuesta este martes publicando un nuevo vídeo de su entrenamiento, acompañado de una canción que podría no cumplir las estrictas normas chechenas sobre ritmos musicales. A principios de abril, las autoridades de la República anunciaron la prohibición de la música que consideren demasiado rápida o lenta. Las composiciones musicales, vocales y coreográficas a un tempo que oscile entre 80 y 116 pulsaciones por minuto pasaron a ser ilegales, según el ministro de Cultura checheno, Musa Dadayev.