La necesidad de un líder realista

l ¿Hasta dónde es capaz de llegar el Ejército egipcio?

–Está claro que no dudará en aniquilar del mapa a los Hermanos Musulmanes, ya que un entendimiento entre ambos es prácticamente imposible. Es una situación similar a la que se vivió en Argelia, donde unos consideran que tienen legitimidad popular y otros el respaldo de las urnas. Sin duda, es una situación crítica y esto a quien más perjudicará es al pueblo egipcio.

l ¿Puede este conflicto conducir a una guerra civil?

–Ambos bandos son irreconciliables, por lo que si se tienen en cuenta los elementos que ahora están sobre la mesa, a primera vista, podría decirse que sí.

l ¿Qué otra salida tienen los Hermanos Musulmanes, además de manifestarse?

–Lo primero, deben tener un líder que sea más realista y abierto con la capacidad de entablar un diálogo pacífico con los militares. De la manera en la que están actuando. lo único que están consiguiendo es desestabilizar al mundo musulmán.

l ¿En este clima de enfrentamiento se podrá realizar la reforma que plantea el Ejército?

–Debería ser así. Sobre todo en lo que a la nueva Constitución se refiere. Aunque el que la nueva Carta Magna sea aceptada por todo el pueblo depende de que sea más integradora y respetuosa con todas las comunidades. No como la de Mursi. Las reformas deben repartir el poder entre todas las regiones y facciones políticas.

l ¿Es posible alcanzar una democracia real en Egipto?

–No es imposible, pero sí difícil. La democracia ha sido confiscada por los islamistas. Si no se consigue un Estado laico en el que se disocie religión de temas políticos, nunca se llegará a una democracia real.