Francia
La pareja de Attal y el rescate de Dati apuntalan un Gobierno con más peso de la derecha en Francia
La exministra de Justicia con Sarkozy viene de ocupar un puesto clave en el organigrama de Los Republicanos como presidenta del Consejo Nacional
El nombramiento de Gabriel Attal como nuevo primer ministro abre una nueva página en el segundo mandato de Emmanuel Macron que, sin embargo, seguirá apostando por la continuidad de los pesos pesados de sus anteriores Gobiernos. La designación de Attal había despertado ciertos recelos entre esos ministros que se perfilan para la carrera de la sucesión de Macron en 2027 y que no verán alteradas sus opciones en cuanto a la jerarquía de Gobierno significa, pues conservan sus puestos en lo que parece un juego de equilibrios del presidente: renovación y juventud para impulsar su quinquenio en la parte más visible pero continuidad en esos altos cargos del Ejecutivo.
Así las cosas en la tarde de este jueves han sido confirmados Gérald Darmanin en Interior, Bruno Le Maire en Economía, Duppont-Moretti en Justicia y Sebatien Lecornu en Defensa. Un póker de ases que representan personalidades de peso con las que Attal tendrá que lidiar, según muchos analistas. De hecho, las relaciones entre el nuevo primer ministro y algunos de ellos, como Darmanin, no eran especialmente óptimas. Quizás por ello, y bajo el mando de Macron, el primer acto de Attal al frente del Gobierno fue acompañar a Darmanin a una comisaría a las afueras de París el pasado miércoles. Los gestos cuentan, y en este caso son muy representativos de la concordia que pide el jefe de los dos, Macron. La firmeza en el plano de la seguridad será una carta imprescindible, así lo entienden en el Elíseo, para afrontar a Le Pen en los comicios europeos de junio y Macron apuesta por engrasar ese tándem Attal-Darmanin.
De los 14 ministros, ocho vienen de la derecha. Lo cual otorga un mayor peso a posiciones conservadoras. «Un viraje a la derecha», titulaba France 2 en su edición informativa nocturna.
Si la continuidad de pesos pesados integrados en el Gobierno del primer ministro más joven de la historia de la V República ha sido el criterio dominante, la composición del nuevo Consejo de Ministros ha traído una sorpresa notable con nombre propio que también viene de la derecha: Rachida Dati. La exministra de Sarkozy entra como nueva titular de Cultura del gabinete de Attal y con ello Macron consigue hacer un guiño a Los Republicanos, tan necesarios en su aritmética parlamentaria ante la fragilidad macronista, y hacerlo además con nombre de mujer ante el continuismo de tantos varones.
Sin embargo, su nombramiento ya está causando polémica. No solo entre voces críticas del mundo de la cultura, sino también en numerosos fragmentos de hemeroteca rescatados en las últimas horas en los que la propia Dati ha criticado con fuerza al macronismo. «En Marcha es un grupo de traidores de izquierdas y de derechas», decía la propia Dati en una entrevista en France Inter en 2021. Para poner un poco más de gasolina, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, deseaba con mucha sorna «courage» al mundo de la Cultura tras conocerse la nominación.
La otra sorpresa es el nombramiento de Stephane Sejourné, eurodiputado del grupo de Macron, al frente de Exteriores. Sobre todo porque se trata, en el ámbito de la vida personal, de la pareja de Attal. Ambos se conocieron cuando formaban parte del embrión de En Marcha, el movimiento político que llevó a Macron al Elíseo en 2017. Sejourné sonaba con fuerza como cabeza de cartel para las elecciones europeas de junio y es sin duda el otro nombre que el macronismo impulsa con fuerza. Ambos, Attal y Sejourné forman lo que en Francia se denomina popularmente como una «pareja de poder», tantas veces replicadas en la historia reciente del país.
El otro nombre que sale premiado y reforzado en el nuevo gobierno es el de Amélie Oudéa-Castéra, hasta ahora ministra de Deportes y cara visible de cara a los Juegos Olímpicos de verano que suma la cartera de Educación y se convierte en una especie de superministra.
Este viernes se celebrará el primer Consejo de Ministros, que normalmente tiene lugar los miércoles pero había sido aplazado por la remodelación en esta ocasión. El Elíseo ha anunciado que Macron realizará una intervención por televisión a principios de la próxima semana para explicar los cambios y el nombramiento de Attal como nuevo primer ministro.
Macron confía en que la marcha de Elisabeth Borne y la llegada de Attal dé un impulso a un mandato que parecía atascarse a tres años de las próximas presidenciales. Sin mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, el margen de maniobra del presidente es reducido. Después de formar Gobierno, Attal tendrá como misión articular mayorías para sacar adelante una agenda política que se le atraganta a Macron a causa de dicha fragilidad parlamentaria.
En el trasfondo del nombramiento, hay un factor más: la lucha soterrada por suceder a Macron, quien, tras dos mandatos, no puede volver a presentarse en 2027. Al elegir a Attal, el presidente lo consagra como un político de primera fila sobre el que Macron tiene control. Ahora bien, corre también el riesgo de quemarse antes que el resto en una batalla que se jugará concluidos los Juegos Olímpicos.
La oposición centra sus críticas estos días en la cuestionable autonomía que Attal va a tener respecto de Macron y en un balance forjado en sus buenas dotes de comunicación. «Soy un soldado e iré allá dónde sea útil», decía el propio Attal a la emisora France Info en 2021. Más recientemente, en una entrevista publicada el año pasado en Le Parisien, Attal confesaba que le «debía todo» a Macron.
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