Muerte de Prigozhin
Putin sostiene que la detonación de una granada en el interior de la aeronave provocó el accidente en el que murió Prigozhin
El presidente ruso desliza que los miembros de Wagner que viajaban en el avión habían consumido alcohol y drogas
La causa del accidente aéreo a las afueras de Moscú en el que murieron en agosto el líder de Wagner, Yevgueni Prigozhin, y otras nueve personas fue la detonación de una granada de mano en el interior de la aeronave. Esa es la versión de Vladimir Putin. «El jefe de la Comisión de Investigación me informó el otro día de que se habían encontrado fragmentos de granadas de mano en los cuerpos de los fallecidos en el accidente aéreo. No hubo impacto externo en el avión. Se trata de un hecho probado: los resultados de un examen pericial realizado por el Comité de Investigación de la Federación Rusa», confesó el presidente ruso durante su intervención en el Club de Debate Valdái, celebrado el jueves en la localidad de Sochi, a orillas del mar Negro.
Es la segunda vez que Putin se pronuncia sobre la muerte de Prigozhin. Lo hizo por primera vez pasadas 24 horas del accidente aéreo en el que también murió el número dos del grupo de mercenarios, el comandante Dmitri Utkin. Dijo Putin del oligarca que «era un hombre de destino difícil» y que «cometió graves errores en su vida». El más evidente, protagonizar una rebelión armada contra la cúpula militar rusa. El mayor desafío a su liderazgo en 23 años. Desde entonces, las autoridades rusas han intentado borrar a la fuerza las huellas de Prigozhin y desprestigiar su imagen a ojos de la opinión pública.
Insistió Putin en que el jet privado no sufrió ningún impacto externo, como difundió el entorno de Wagner minutos después del accidente. Deslizó en su lugar que el avión acabó estrellado porque los integrantes del grupo de mercenarios habían consumido estupefacientes. Incidió en esta hipótesis pese a reconocer que la investigación no ha llegado a realizar un análisis toxicológico de las víctimas. «En mi opinión, era necesario realizar tal examen, pero no se llevó a cabo», dijo. Y remató diciendo que el FSB encontró 10.000 millones de «dinero en efectivo», sin especificar si eran rublos u otra moneda, y 5 kilos de cocaína en la oficina privada de Prigozhin en San Petersburgo.
En el foro, Putin volvió a repetir el mantra de que en Rusia no operan empresas militares privadas porque no existe una ley que las regule. Según el presidente ruso, tampoco hay consenso entre las élites sobre si estas compañías son o no necesarias para garantizar la seguridad nacional. Pero incurrió en una contradicción minutos después al confesar que miles de combatientes del grupo de mercenarios Wagner habían firmado contratos con las Fuerzas Armadas rusas.
Dedicó Putin un espacio para hablar sobre la invasión de Ucrania. Dijo que no se trataba de un «conflicto territorial»: «Rusia es el país más grande del mundo, con el territorio más extenso. No tenemos ningún interés en conquistar nuevos territorios». La cuestión, según el presidente ruso, va más allá: «Estamos hablando de los principios en los que se basará el nuevo orden mundial».
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