Bolsonarismo

Los seguidores de Bolsonaro arropan al expresidente en las calles de São Paulo ante las acusaciones de golpismo

El exmandatario, cercado por la Justicia, denuncia una «persecución» y niega su implicación en el intento de golpe de Estado en un acto multitudinario en la emblemática Avenida Paulista

Former President Jair Bolsonaro waves a flag as he addresses supporters, accompanied by his wife Michelle, in Sao Paulo., Brazil, Sunday, Feb. 25, 2024. Bolsonaro and some of his former top aides are under investigation into allegations they attempted plotted a coup to remove his successor, Luis Inacio Lula da Silva. (AP Photo/Andre Penner)
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acompañado por su esposa Michelle, portando una bandera israelí en el acto multitudinario de sus seguidores en São PauloASSOCIATED PRESSAgencia AP

Una multitud se congregó este domingo en São Paulo convocada por el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que busca sobreponerse a las acusaciones de golpismo y sacar músculo como líder de la oposición. Miles de bolsonaristas vestidos de verde y amarillo, muchos con la camiseta de «la canarinha», la selección nacional de fútbol, comenzaron a llegar desde la mañana a la emblemática Avenida Paulista de la megalópolis, donde el ultraderechista convocó la marcha multitudinaria.

El exmandatario tomó la palabra durante la movilización, en la que sus partidarios esperaban reunir como mínimo a medio millón de personas. Sería una manifestación «pacífica» y «en defensa del Estado de derecho democrático», había asegurado Bolsonaro en varios videos publicados en redes sociales para movilizar a sus seguidores.

La convocatoria responde a la operación policial «Tempus Veritatis» (la hora de la verdad, en latín) del pasado 8 de febrero, autorizada por la Corte Suprema, en la que retuvieron su pasaporte y le prohibieron salir del país y mantener contacto con otros investigados de la trama golpista. El exmandatario dijo que pretende defenderse de «todas las acusaciones» en su contra, incluidas las sospechas de haber participado en un plan de golpe de Estado para mantenerse en el poder, tras su derrota electoral frente a Luiz Inácio Lula da Silva en octubre de 2022.

La Policía cree que por las manos de Bolsonaro pasaron borradores de decretos para anular el resultado de las elecciones de 2022, que ganó Lula por un estrecho margen, dentro de un plan para mantenerle en el poder y que llegó a sopesar la detención del juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes, y hasta del presidente del Congreso Nacional, Rodrigo Pacheco.

Bolsonaro reconoció en la concentración multitudinaria la existencia de esos decretos, pero negó que detallaran la hoja de ruta para revertir el resultado electoral y que pudieran ser constitutivos de un golpe de Estado. «¿Qué es un golpe de Estado? Es un tanque en la calle, una pistola, una conspiración. Nada de eso se ha hecho en Brasil», dijo a sus seguidores. «Ahora el golpe es porque hay un proyecto de decreto de estado de defensa. ¿Un golpe usando la Constitución? Tengan paciencia».

Simpatizantes del expresidente brasileño Jair Bolsonaro se manifiestan en la Avenida Paulista
Simpatizantes del expresidente brasileño Jair Bolsonaro se manifiestan en la Avenida PaulistaSebastiao MoreiraAgencia EFE

La intentona tuvo un último capítulo una semana después de las elecciones, cuando miles de bolsonaristas invadieron y destrozaron las sedes de la Presidencia, el Parlamento y el Supremo, la plaza de los Tres Poderes en Brasilia, para forzar una intervención militar que derrocase al dirigente progresista. Una escena que recordó al asalto al Capitolio de Estados Unidos del 6 enero de 2021 y para la que Bolsonaro pide amnistiar a los detenidos. «Busco la pacificación para borrar el pasado», remarcó en su intervención.

El jueves, el ex jefe de Estado declaró en comisaría junto a una veintena de antiguos colaboradores, entre ellos tres generales de la reserva que fueron sus ministros (Walter Braga Netto, Paulo Sérgio Nogueira y Augusto Heleno) y el almirante Almir Garnier, excomandante de la Marina. Bolsonaro, que se considera a sí mismo víctima de una «persecución», guardó silencio el jueves al ser interrogado por la policía.

Entre la multitud reunida este domingo en São Paulo estaba Wilson Aseka, que viajó unos 700 kilómetros desde el vecino estado de Minas Gerais. «Bolsonaro es una persona honesta, víctima de una persecución», trasladó a la agencia France-Press el constructor de 63 años con una bandera de Brasil colgada al cuello. «Es importante apoyarlo, porque él representa a Dios, patria y familia», añadió, repitiendo el lema del exmandatario.

En el resto de su discurso, totalmente improvisado, Bolsonaro cargó contra el Tribunal Superior Electoral (TSE) por ser inelegible, criticó al Supremo Tribunal Federal (STF) por condenar a los que participaron en el asalto a los Tres Poderes del 8 de enero de 2023, agradeció a los presentes, recordó el apuñalamiento que sufrió en 2018 e hizo un balance de su Gobierno. Criticó también a Lula, pero sin mencionarlo. En las encuestas, Bolsonaro se mantiene como líder de la oposición, aunque no puede presentarse a ninguna elección, al haber sido inhabilitado hasta 2030 precisamente por criticar sin pruebas las urnas electrónicas.

Aliados en la marcha

El gobernador del Estado de São Paulo y exministro de Bolsonaro, Tarcisio de Freitas, así como el alcalde de la megalópolis, Ricardo Nunes, participaron en la marcha. Uno de los abogados de Bolsonaro, Fabio Wajngarten, indicó el jueves que esperaba entre «500.000 y 700.000» manifestantes, así como más de un centenar de diputados. «El día 25, yo voy. Por Brasil. ¡Será gigante!», escribió en X la diputada federal bolsonarista Bia Kicis.

«Si hay una gran adhesión, [Bolsonaro] podrá decir que el pueblo está con él», indica a la AFP André Rosa, politólogo de la Universidad de Brasilia. De lo contrario, perderá «legitimidad», agrega. La manifestación también fue promovida por el pastor Silas Malafaia, muy influyente entre los millones de evangélicos de Brasil, electorado clave para Bolsonaro y la oposición conservadora.

Brazil Bolsonaro
Brazil BolsonaroASSOCIATED PRESSAgencia AP

El expresidente pidió a sus seguidores que marchen con el verde y amarillo –los colores de la bandera de Brasil que buscó apropiarse durante su mandato–, pero que no lleven pancartas ni banderolas. La mayoría de los manifestantes que asisten a la convocatoria cumplen con la consigna, muchos vestidos con camisetas de la selección de fútbol y banderas verdeamarelas. Bolsonaro también solicitó que no haya manifestaciones en otras ciudades del país.

Banderas de Israel

En la concentración ondearon banderas israelíes entre seguidores conservadores que llamaron en redes sociales a apoyar al Estado hebreo, tras las polémicas declaraciones de Lula en que comparó la campaña militar en Gaza con el Holocausto. Edivan Batista Borges, un vendedor de seguros de 43 años, llevaba una insignia del Estado hebreo colgada en la espalda. «Queremos demostrar que el pueblo brasileño no está de acuerdo con lo que dijo Lula sobre Israel», dijo a la agencia France-Press.

El propio Bolsonaro sostuvo al comienzo de su intervención una bandera israelí, que se podían adquirir en los puestos callejeros. El expresidente estuvo acompañado de su esposa y ex primera dama, Michelle Bolsonaro, quien organizó un rezo en el acto para bendecir al pueblo de Israel. No mencionó a Lula, pero dijo que Brasil está siendo mal gestionado y ha sido ocupado por el «mal».