Ruptura en el Partido Conservador

El giro al centro de Sunak abre una guerra civil en sus filas

La exministra del Interior, Suella Braverman, acusa al primer ministro británico de ser un líder «débil» un día después de su cese

September 5, 2023, London, United Kingdom: Suella Braverman leaves a cabinet meeting in Downing Street, London. Last week, Prime Minister Rishi Sunak carried out a mini reshuffle of his cabinet ahead of a general election expected next year. (Foto de ARCHIVO) 05/09/2023
Braverman acusa a Sunak de incumplir políticas migratorias prometidas durante la votación a primer ministroEuropa Press/Contacto/Tejas SandEuropa Press

Tras perder el referéndum del Brexit, David Cameron –que hizo campaña por la permanencia por la Unión Europea– presentó su dimisión como primer ministro asegurando que no sería «correcto» intentar ser el capitán del barco que dirija a Reino Unido «hacia su próximo destino». Pero siete años después ha regresado a Downing Street convertido en responsable de la diplomacia británica.

Lord Cameron –porque para repescarle ha sido necesario meterle en la Cámara Alta no electa, ya que no tenía escaño en los Comunes– ha sido el principal protagonista de la primera reunión del nuevo gabinete del premierRishi Sunak tras una reestructuración de equipo que no ha dejado indiferente a nadie.

Se antoja complicado que el nuevo Gobierno vaya a poder dar un vuelco a las urnas de cara a las próximas elecciones previstas para el próximo año, donde la oposición laborista saca 20 puntos de ventaja. Pero de lo que no hay duda es de que Sunak ha logrado el efecto sorpresa, aunque eso no siempre tiene una connotación positiva.

«Nuestro propósito no es nada menos que impulsar las decisiones a largo plazo que van a cambiar a mejor este país», aseguró el líder tory, quien presidía la larga mesa ovalada del «Cabinet Room», en Downing Street. «Sé que este es un equipo fuerte y unido, que será capaz de lograr ese cambio para todos los ciudadanos», afirmaba eufórico.

No obstante, es difícil hablar de cambio cuando la gran apuesta ha sido la de rescatar a una figura del pasado, quien no goza además de especial popularidad al convocar un referéndum que llevó a Westminster a una de sus etapas más caóticas de la historia presente.

«Es un regreso al pasado. A un mundo en el que el Brexit puede haber ocurrido legalmente, pero sigue fuera del marco mental de aquellos que nos gobiernan», describía el Telegraph, biblia para los tories. Por otra parte, otra de las lecturas que dejaba la primera foto de familia del nuevo gabinete era la ausencia de mujeres en las principales carteras, algo que no pasaba desde 2010. La mayoría de los integrantes son hombres y ricos.

Cuando queda un año para la cita con las urnas, Sunak regresa al conservadurismo centrado, elitista y neoliberal. Pero eso no casa con las ideas que mantienen ahora la mayoría de los afiliados del Partido Conservador. Y mucho menos concuerda con el electorado del Muro Rojo del Norte de Inglaterra, el mismo que abandonó al laborismo en 2019 por el Brexit y la mano dura contra la inmigración que prometió el populista Boris Johnson.

La maniobra del premier ha dividido, aún más, a las filas tories. Prueba de la guerra civil que atraviesa la formación fue la carta incendiaria que ha publicado en la tarde del martes Suella Braverman, representante del ala dura, tras haber sido destituida como titular de Interior. La exministra acusó a Sunak de traicionar su «promesa a la nación». «Alguien tiene que ser honesto: tu plan no funciona. Hemos sufrido derrotas electorales récord (en comicios parciales), sus iniciativas para cambiar de dirección han fallado y se nos está acabando el tiempo», escribe en una misiva con la que claramente se posiciona para el liderazgo del partido.

Sunak llegó al poder el 25 de octubre de 2022 sin pasar por las urnas al sustituir, con el eventual consenso de los diputados conservadores, a su colega dimisionaria Liz Truss, quien le había derrotado previamente en unas elecciones internas. En su carta, Braverman señala que, «pese a haber sido rechazado por la mayoría de los miembros del partido durante las elecciones (primarias) por el liderazgo y, por tanto, de no tener un mandato personal para ser primer ministro», aceptó apoyarle por «las firmes garantías» que le dio sobre ciertas «políticas clave».

Según la parlamentaria, éstas fueron, entre otras, «reducir la migración legal»; excluir la Convención europea de derechos humanos de la legislación británica para detener la inmigración ilegal; eliminar las leyes comunitaria que continúan en la legislación británica y «emitir directrices legales inequívocas para las escuelas que protejan el sexo biológico».

La diputada sostiene que ya advirtió a Sunak de que si no quería abandonar la Convención Europea de Derechos Humanos, debía bloquearla en la legislación británica para que prosperara su polémico plan de enviar a refugiados a Ruanda, sobre cuya legalidad se pronuncia este miércoles el Tribunal Supremo como parte de la larga batalla legal que emprende el Ejecutivo. «Usted ha fracasado manifiesta y repetidamente en cumplir con cada una de estas políticas clave. O bien su estilo distintivo de gobierno le impide hacerlo o, como seguramente debo concluir ahora, nunca tuvo la intención de cumplir sus promesas», afirma.

Braverman subraya que estas políticas no son sus «caprichos» sino lo que, según ella, el pueblo británico votó al elegir a los conservadores por mayoría en 2019 y al apoyar el Brexit en el referéndum de 2016.

También lamenta que el primer ministro no haya escuchado sus peticiones de «considerar una legislación para prohibir las marchas del odio», en alusión a las manifestaciones propalestinas, que según ella propagan el antisemitismo. En respuesta, Sunak agradeció su labor a la exministra y ha destacado que el lunes nombró a un nuevo gabinete ministerial «unido y fuerte», que se medirá en base «a los hechos y no a las palabras», de acuerdo con su portavoz.