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Guerra en Europa

Ucrania resiste en el este bajo la presión rusa y sin esperanzas de tregua

Rusia ha tomado la delantera al escalar el uso de drones kamikaze de fibra óptica, inmunes a las defensas radioelectrónicas

Mientras las ciudades ucranianas sufren una escalada de ataques con drones y misiles por parte de Rusia, las tropas invasoras mantienen una fuerte presión en el frente. Las fuerzas defensoras ucranianas sostienen la línea del frente, pero los continuos asaltos rusos han permitido al ejército invasor avanzar en varias zonas, incluidas aldeas cercanas a la frontera en la región de Sumi y áreas próximas a Pokrovsk y Toretsk, en la región de Donetsk.

Tras permitir a algunos de sus soldados descansar y reagruparse en febrero, Rusia ha incrementado sus ataques diarios en un 41%, según la plataforma analítica ucraniana DeepState. Durante varios días de la semana pasada, el número de ataques rusos superó los 200 diarios.

“El sector más complicado sigue siendo Pokrovsk, donde se concentra la mayoría de los ataques. Allí, el enemigo busca consolidar sus avances”, indican los analistas, quienes destacan que la presión rusa dificulta las reformas en curso del ejército ucraniano, que trabaja para implementar las mejores prácticas de sus unidades más eficaces.

Pokrovsk, que albergaba a unas 60.000 personas antes de la invasión, es una de las pequeñas ciudades de Donetsk que representan un obstáculo significativo para los planes rusos de controlar completamente la región. Con menos de 2.000 habitantes ahora y la mayoría de sus edificios dañados por los bombardeos, la ciudad resiste gracias al esfuerzo heroico del ejército ucraniano. Pese a estar superadas en número, las fuerzas ucranianas han frustrado los ataques frontales y los intentos rusos de envolver la ciudad mediante una serie de contraataques exitosos.

Sin embargo, la presión rusa dio frutos a unos 25 km al este de Pokrovsk, donde las tropas invasoras lograron controlar al menos 10 kilómetros de la carretera que conecta esta ciudad con Kostiantynivka, otro bastión ucraniano. Según analistas militares, Kostiantynivka es un centro clave de ferrocarriles y carreteras para las fuerzas ucranianas en la zona. Advierten que Rusia probablemente intentará capturar la ciudad, enfocándose en cortar sus rutas de suministro esenciales.

Para lograrlo, Rusia depende en gran medida de drones y bombas de aviación guiadas. En la carrera por la innovación tecnológica, Rusia ha tomado la delantera al escalar el uso de drones kamikaze de fibra óptica. Estos drones, cuya señal se transmite al operador en tierra a través de un cable conectado a ellos, son inmunes a las defensas radioelectrónicas. Atacan sin descanso a los defensores ucranianos, haciendo que la entrega de municiones, soldados y suministros médicos al frente sea extremadamente peligrosa.

Como resultado, los campos de Donbás se asemejan a redes de araña por los cables de estos drones. Ucrania está respondiendo con urgencia, instalando postes a lo largo de las carreteras clave y desplegando redes para proteger los vehículos de los ataques aéreos.

Al mismo tiempo, pequeños grupos de infantería rusa, de tres o cuatro soldados, mantienen una presión constante en el frente oriental, avanzando sobre los cuerpos de sus compañeros caídos, según relata un soldado ucraniano desde la región de Járkov.

Rusia ataca a través de la frontera en las regiones de Járkov y Sumi, en el noreste de Ucrania. En Sumi, las fuerzas rusas han ocupado cuatro aldeas y buscan cortar la línea de suministro entre la capital regional y las tropas ucranianas que operan en la región rusa de Kursk, donde continúan llevando a cabo ataques en algunos puntos.

A pesar de estos avances, Rusia carece de fuerzas para lograr un gran avance en el frente, según Oleksiy Melnyk, analista de seguridad internacional del Centro Razumkov de Kyiv. Con casi un millón de soldados muertos o heridos, la estrategia militar rusa es insostenible, subraya.

Los pequeños pero constantes avances rusos buscan desmoralizar a la población ucraniana y convencer a sus aliados extranjeros de que la resistencia es inútil. Sin embargo, Ucrania sigue decidida a luchar, aunque Melnyk advierte que el apoyo de los aliados europeos y, especialmente, de Estados Unidos, a menudo llega tarde y en cantidades insuficientes.

Según Kiev, Rusia aún planea capturar por completo las cuatro regiones que reclama como propias, pero que solo controla parcialmente: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón. Las pérdidas acumuladas han obligado a Moscú a reducir sus ambiciones de crear una “zona de amortiguación” en Sumi, Járkov y Chernígov, limitándola a una profundidad de 5 a 10 kilómetros en lugar de los 30 previstos, según dijo Oleg Ivashchenko, jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania, en una reciente entrevista.

Rusia todavía cree que puede lograr sus objetivos en el campo de batalla, lo que hace poco probable que acepte una oferta de alto el fuego en los próximos meses, dicen los analistas.