Salud

Confirmado por Harvard: ¿leche entera o desnatada?

Un nuevo consenso científico cuestiona una de las recomendaciones más extendidas durante décadas: la supuesta superioridad de los lácteos desnatados frente a los enteros para cuidar la salud del corazón podría no ser tal

La jarra para espumar leche viene incluida junto a la cafetera
Los especialistas insisten en que las opciones más beneficiosas para la salud a largo plazo siguen siendo las grasas de origen vegetal insaturadasNinja

La leche entera ha sido durante años la oveja negra en la nevera de muchas familias, desterrada por su supuesta amenaza para la salud del corazón. Sin embargo, un creciente cuerpo de evidencia científica está desmontando este mito, sugiriendo que la guerra contra los lácteos no desnatados podría haber sido una batalla equivocada. Los estudios más recientes apuntan a que no existen pruebas sólidas que vinculen su consumo con un mayor riesgo cardiovascular, poniendo en jaque décadas de recomendaciones nutricionales que hoy parecen desfasadas.

De hecho, al poner bajo la lupa los efectos de los lácteos enteros frente a sus versiones desnatadas, los análisis no han encontrado diferencias notables en los factores clave de riesgo, como los niveles de colesterol o la presión arterial. Esta ausencia de un vínculo directo debilita el principal argumento que durante generaciones ha pesado sobre la grasa natural de la leche, el yogur o el queso, y que ahora obliga a los expertos a reconsiderar sus posturas.

En este contexto, el foco del debate sanitario parece estar virando hacia un enemigo mucho más claro: los alimentos ultraprocesados. El verdadero peligro no residiría tanto en la grasa láctea como en la forma en que la industria alimentaria compensa su ausencia en los productos "light", a menudo añadiendo un exceso de azúcares o almidones refinados. De hecho, los efectos negativos del consumo de azúcar van más allá del riesgo metabólico, y es conocido el impacto que tiene el azúcar en el envejecimiento de la piel.

Claves para un consumo inteligente sin caer en viejos mitos

Por otro lado, esta reevaluación no debe interpretarse como una carta blanca para un consumo ilimitado de grasas saturadas. Los especialistas insisten en que las opciones más beneficiosas para la salud a largo plazo siguen siendo las grasas de origen vegetal insaturadas, como las presentes en el aceite de oliva, el de colza o el de soja, pilares de una dieta equilibrada.

Asimismo, dentro del propio grupo de los lácteos, se aconseja dar preferencia a las versiones fermentadas. Productos como el yogur natural o el queso son alternativas preferibles por sus propiedades probióticas, que aportan beneficios adicionales a la salud intestinal. En cualquier caso, los expertos matizan que el impacto de una única ración diaria de lácteos enteros sobre la salud cardiovascular es, en realidad, mínimo.

En última instancia, la elección entre un tipo de leche u otro no afecta al aporte de nutrientes esenciales, ya que todas las variedades conservan las mismas vitaminas y minerales. La recomendación general se orienta hacia un patrón alimentario global en el que se prioricen las fuentes de proteínas vegetales, como las legumbres, los frutos secos o la soja, por encima de un consumo excesivo de productos de origen animal.