Ejercicio

No es por la medalla: el motivo oculto que desata la nueva fiebre por el esfuerzo físico

El deporte aficionado vive una revolución en Estados Unidos. Correr por el parque ya no basta: miles de personas, enganchadas a los datos de sus 'wearables', buscan ahora batir sus propias marcas en competiciones cada vez más exigentes

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El modelo que demuestra que Under Armour compite de tú a tú con las grandes marcas de runningGoogleGoogle

En un mundo cada vez más digital y automatizado, el ser humano busca reafirmarse a través de lo más primario: el esfuerzo físico. Correr hasta la extenuación o levantar un peso que parecía inalcanzable se ha convertido en una vía de escape y, sobre todo, en una reafirmación de la propia humanidad. Ya no se trata solo de mantenerse en forma, sino de encontrar un anclaje a nuestra esencia en una sociedad que a menudo nos desdibuja.

De hecho, esta nueva corriente se aleja de la simple obsesión por la medalla o el trofeo. El verdadero premio, para la mayoría de los participantes, es una inversión consciente en el bienestar a largo plazo. Lo conciben como la búsqueda activa de la longevidad, donde el cuidado del propio cuerpo y la superación de los límites autoimpuestos constituyen la victoria final, mucho más valiosa que cualquier clasificación.

Por otro lado, la camaradería que se forja en los clubes de corredores y en las líneas de salida es un motor igualmente poderoso, tal y como han publicado en la revista Women's Health. Para muchos jóvenes de las generaciones milenial y Z, estas disciplinas ofrecen un propósito y una sensación de logro que a menudo se les escapa en el ámbito laboral, proporcionándoles una recompensa personal mucho más tangible e inmediata.

La tecnología como catalizador del esfuerzo

En este sentido, los dispositivos wearables han jugado un papel fundamental en este cambio de mentalidad. Relojes y pulseras inteligentes han transformado el entrenamiento en una suerte de videojuego personal. La gamificación del esfuerzo físico, donde cada caloría quemada, kilómetro recorrido o pulsación registrada cuenta para superar un nuevo nivel, es un imán potentísimo. En Estados Unidos, por ejemplo, casi un tercio de la población ya empleaba uno de estos aparatos en 2023 para monitorizar su salud.

Todo ello se traduce en cifras que hablan por sí solas y que demuestran la envergadura del fenómeno. Las grandes pruebas populares viven una edad de oro. El Maratón de Boston recibió recientemente el mayor número de solicitudes de su historia, mientras que el de Nueva York se consolidó como el más grande del mundo, con un espectacular aumento del 22 % en las inscripciones para su edición de 2025.