Política

Sevilla

La suciedad de la corrupción deja a Díaz sin posible socio

Ni PP, ni Cs ni Adelante Andalucía pactarían con un PSOE cercado y que vaticina un bloqueo

Susana Díaz, en un desayuno informativo celebrado ayer (Foto: Manolo Olmedo)
Susana Díaz, en un desayuno informativo celebrado ayer (Foto: Manolo Olmedo)larazon

En 2012 la corrupción no castigó electoralmente al PSOE como se presagiaba. En el momento de mayor ebullición de los escándalos políticos en Andalucía, no se produjo el desalojo socialista de San Telmo. En un escenario con aristas de todos los colores, la campaña de 2015 pasó casi de puntillas por la degradación de la Administración autonómica. La renovación del arco parlamentario con la entrada de los nuevos partidos centró el debate. Se habló de regeneración, sí, pero sin ahondar en el meollo de la cuestión que hoy está sobre la mesa: el sistema clientelar que los jueces sospechan que fue utilizado desde el Gobierno andaluz durante años para eternizarse en el poder. La campaña que concluye el 2 de diciembre con la cita a los andaluces en las urnas vuelve a estar marcada por la corrupción y por la irrebatible actividad en los juzgados. Nadie quiere verse salpicado y la primera consecuencia de este adelanto electoral es que Susana Díaz se ha quedado hoy –el 3D ya se verá– aislada.

La secretaria general de los socialistas andaluces se empeña en repetir que no se ha hallado una mancha de corrupción en su Gobierno y que la oposición la ataca –en realidad son los jueces– con casos de hace una década. La realidad es que su PSOE andaluz acumula tanta suciedad que la presidenta de la Junta de Andalucía se ha quedado sola.

Confirmado en las pasadas elecciones, y ratificado en cada sondeo, el fin de la mayorías absolutas, la necesidad de tender puentes se convierte en un verdadero handicap para la cabeza de la presumible lista más votada (una vez más, pese a rondar las cuatro décadas).

«Hablar bien de Andalucía» como quiere Díaz, cuando son los tribunales los que día tras día ponen la lupa en la comunidad andaluza, resulta complicado. Igual que hacerlo de una región empobrecida y en el furgón de cola de la Unión Europea pese a los incentivos recibidos. Ciudadanos reitera que no apoyará al PSOE «se dé el resultado que se dé». Dijo ayer Arrimadas que con Díaz no es posible la «regeneración democrática» y que la presidenta ha convocado elecciones «para evitar colaborar con la justicia en los casos de corrupción».

El PP se autoproclama la «única garantía de un cambio definitivo». La consigna ahora es eludir hablar sobre «pactos postelectorales» y «salir a ganar». «El PP no va a pactar con el PSOE que representa 40 años de empobrecimiento» en Andalucía, recordó Juanma Moreno desde Linares, una de las poblaciones con mayor índice de paro de España.

Los últimos sondeos colocan a PP y Cs al borde de los 55 escaños obligatorios para formar Gobierno, lo que hace albergar ciertas esperanzas en el sector conservador.

A PSOE no le queda otra que continuar su campaña «en positivo» para escapar del cerco judicial. Pero como advierte Juan Marín, candidato a la presidencia de Cs, «quienes ensucian son los corruptos». Éstos sólo pueden estar en la única fuerza que ha gobernando Andalucía en cuatro décadas.

Susana Díaz, en los desayunos informativos de Europa Press, replicaba a la formación naranja, dispuesta esta vez a repetir elecciones antes que darle otra vez su apoyo. «El voto libre de los andaluces nunca será para bloquear los instituciones porque bloquear conlleva inestabilidad y la inestabilidad, retroceso», señaló la presidenta, molesta por que líderes nacionales –Casado y Rivera– fijen la mirada en Andalucía, algo que por otra parte es su obligación, porque a su juicio la comunidad merece un debate propio.

La confluencia de Podemos e IU en Adelante Andalucía parte de dos premisas claras. Primero, su primer objetivo es «frenar a las derechas»; y segundo, nunca formará Gobierno con el PSOE. «Los andaluces no verán a Teresa Rodríguez –su candidata– sentada en el Consejo de Gobierno con Susana Díaz», aseguró el secretario Político y de Comunicación de Podemos Andalucía, Pablo Pérez Ganfornina. Este planteamiento abre la opción de que el votante de izquierda, hastiado del PSOE, directamente no vote o se vea persuadido por Cs como opción «moderada» de un cambio que muchos ven imposible.

Preguntada en varias ocasiones sobre si vuelve a ser la lista más votada en las elecciones estaría más cerca de un acuerdo con Adelante Andalucía o con Ciudadanos, la presidenta rehusó contestar, apuntando que ella va a sellar su pacto con los andaluces y que estará dispuesta a hablar con todo el mundo. Otra cuestión es quién quiera hacerlo con ella.