
Madrid
La Galería de Cristal del Palacio de Cibeles abre al público
Será de uso peatonal de 10:00 a 20:00 horas de lunes a viernes

Será de uso peatonal de 10:00 a 20:00 horas de lunes a viernes
La antigua calle denominada Ruiz de Alarcón se encuentra entre los dos edificios que conforman el Edificio de Correos y la sede del Ayuntamiento de Madrid. Durante la época en la que el edificio tuvo las funciones de Palacio de Correos y Telecomunicaciones, esta vía dejó de ser de uso público. En el año 2008 se hicieron las obras de restauración del Palacio de Cibeles y se procedió a techar este paso que conecta la calle Moltalban con Alcalá. Desde entonces sólo estaba abierto al público los fines de semana y festivos en horario de 10:00 a 15:00 horas. Pero estas restricciones acabaron ayer.
El Ayuntamiento ha abierto este pasillo a la ciudadanía todos los días del año –salvo que se reserve el espacio para actos protocolarios del consistorio– en horario de 10:00 a 20:00 de la tarde. Madrileños y visitantes podrán conocer este rinconcito de Madrid de forma gratuita y cualquier día del año. Desde el Consistorio explican que se implantarán medidas de seguridad, aunque todavía no se conoce en qué consistirán. La apertura coincidió ayer con un día lluvioso en Madrid. Esto, unido a que mucha gente no conocía aún que ya se podía pasear provocó que la conocida como galería del Palacio de Telecomunicaciones no contara ayer con demasiadas visitas. «Sí conocía este paso, me parece muy bien que se abra para que la gente pueda pasar cualquier día. Es muy útil y es un sitio bonito para hacer una paradita y descansar», explicaba ayer allí Marisa. Algunas personas que visitaban la ciudad se encontraron con la novedad de la apertura al público. Es el caso de Javier, que aprovechó su paseo por Madrid para acercarse: «Para la gente que viene de visita sí me parece curioso; no sé si para los que sois de aquí tiene tanto encanto», se preguntaba.
En general, ayer, los peatones que paseaban por allí se detenían y dudaban si se podía pasar o se cobraba por entrar, por lo que sólo los pocos viandantes que se atrevieron a preguntar pudieron disfrutar de este pequeño lujo que desde ayer está al alcance de todos.
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