Becas Podium
Nil Llop: “A 60 por hora sobre unos patines piensas de todo”
El patinador de velocidad sobre hielo catalán es un ejemplo de perseverancia con 20 años. Se quedó a las puertas de los Juegos de 2022 y ya mira a los de Cortina D’Ampezzo en 2026
Inzell es un pueblecito en el sur de Baviera donde «no hay casi nada, ni fiesta de Halloween ni nada parecido. Hay mucho bosque, una pista de hielo en medio y amanecemos prontito para ir a entrenar mañana y tarde», revela Nil Llop (20-9-2002, El Prat de Llobregat). Él, patinador de velocidad sobre hielo, comparte una casa allí junto a otros siete deportistas españoles para «vivir el hielo como dicen por aquí. Nos hemos mudado hace nada y todavía no tenemos cobertura ni wifi. Estamos un poco perdidos, pero bien porque hemos progresado un montón», dice antes de ir a entrenar una mañana más.
Nil Llop disfruta de una Beca Podium de Telefónica y es una de las grandes realidades del deporte invernal español. Empezó a patinar sobre ruedas con cuatro años. «Hacía fútbol y me cansé así que me escapaba de los entrenamientos para patinar con mis hermanas. Sobre el hielo empecé hace unos siete años con un proyecto de transición de las ruedas al hielo impulsado por la Federación porque las ruedas no son olímpicas. Y hoy sigo con las dos modalidades», comenta.
Apenas 40 licencias
En un país que apenas cuenta con 40 licencias de patinaje de velocidad sobre hielo, Nil es un pionero. «Es difícil llegar hasta aquí porque en España no hay ninguna instalación y nos tenemos que ir fuera. Hemos avanzado. Ahora estamos mejor porque pasamos todo el invierno aquí en Alemania, pero antes estábamos una semana en Italia, otra en Alemania, nos íbamos buscando la vida como podíamos. En España no hay nada ni parecido a lo que necesitamos. Cuesta mucho dinero no ya hacer la pista, sino mantenerla», asegura.
Para hacerle más llevadera la vida, hace tres años apareció la Beca Podium. «Hubo un tiempo en que patinar me costaba dinero, pero con la Beca Podium y el apoyo de las Federaciones han llegado los resultados», afirma. Y eso después de haber sufrido un accidente que estuvo a punto de acabar con su carrera. Fue en Sant Boi, el 1 de junio de 2018, cuando para evitar a un niño que venía en dirección contraria terminó estrellándose contra un árbol. El fémur, la tibia, la mandíbula... «Fue muy complicado, pero saque cosas positivas. Aquel accidente me hizo mejor deportista. Doblé entrenamientos, fisio, piscina... me recuperé más rápido de lo que todos pensaban», relata.
Subcampeón del mundo junior en 500 y en Team Sprint –prueba en equipo en la que fueron plata siendo la primera vez que corrían–, subcampeón en 500 en los Juegos de Invierno de la Juventud, Nil se quedó a las puertas de los Juegos de Pekín por rozar un cono, pero eso no le ha frenado.
Su siguiente reto es clasificarse para el Mundial absoluto que se disputará en la primera semana de marzo en Holanda. «Si bajo mis mínimas, los resultados van a ser buenos», dice. El reto es patinar los 500, donde alcanza los 60 kilómetros por hora, en algo más de 34 segundos. «Se piensa en muchas cosas cuando vas a 60 por hora sobre patines y más al principio de temporada cuando no vas del todo fino, hay dudas, el afilado, la posición en la curva, es difícil, pero para eso entreno cada día. Las pistas más rápidas del mundo son las de Calgary y Salt Lake City y allí es donde podré rebajar mis marcas. Me queda camino y años de trabajo para patinar como los mejores a nivel técnico y en la salida. No soy lento, pero...», asegura.
A medio plazo la mirada está puesta en los Juegos de Invierno de 2026. «Desde que me levanto hasta que me acuesto sueño con los Juegos. A 2026, en Cortina D’Ampezzo, llegaré madurito y con experiencia. Y también en 2030 quiero estar peleando por las medallas. Mucha gente lo intenta y se queda en el camino, pero yo soy de los que luchan hasta el final», dice convencido Nil.
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