Repensando la Puerta del Sol

El Ayuntamiento de Madrid presenta hoy, en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), las líneas generales del proyecto para la definitiva peatonalización de la Puerta del Sol anunciada por el alcalde en septiembre del año pasado.

Así, José Luis Martínez-Almeida junto a la vicealcaldesa, Begoña Villacís, y la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, el concejal de Centro, José Fernández, junto al COAM, detallará cómo se pretende llevar a cabo la peatonalización del «kilómetro cero», la zona más reformada de la capital.

Según se anunció el año pasado –y a expensas de lo que se detalle hoy en la presentación– el equipo de Cibeles, con la ayuda del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, lanzará un concurso de ideas internacional y cuyo plazo de ejecución será el presente mandato y que podría incluir el tramo de la calle Mayor entre Sol y Esparteros, la calle de Alcalá hasta la de Sevilla y la Carrera de San Jerónimo hasta la plaza de Canalejas. «Junto con Canalejas –el proyecto hotelero con residencias de lujo y zona gastrómica y comercial de alto nivel que la cadena canadiense Four Seasons inaugurará antes del verano– va a ser una de las grandes zona urbanas que va a tener cualquier capital europea», afirmó Martínez-Almeida.

Pero la Puerta del Sol no es ajena a este «concurso de ideas». Ya en 2013, el Ayuntamiento, encabezado entonces por Ana Botella, ante el desorden de elementos y usos del entorno de Sol, decidió convocar también un concurso internacional de ideas con el objetivo, en ese caso, de definir una estrategia de intervención para poner orden en este espacio público en base a varios criterios. Como rezaban las bases de la convocatoria, «no tratando únicamente de resolver una foto fija sino de proponer las posibles evoluciones de la plaza, otorgando a Sol una solución unitaria y de futuro».

«El sol del membrillo»

Dentro de esta intención de revisar las estrategias de ordenación y actividad de la plaza, se incluía la implantación de un «quiosco de hostelería con terraza de veladores, siendo uno de sus objetivos primordiales al plantear la propuesta». A la convocatoria de este concurso que se llamó «Piensa Sol», llegaron a presentarse 145 propuestas. Tras varias rondas selectivas, finalmente se eligió un ganador, un segundo premio y tres menciones. El tercer premio quedó desierto. El proyecto «El sol del membrillo», del estudio Linazasoro&Sánchez Arquitectura, SLP, fue designado ganador. El segundo premio fue para Luis Martínez Santa-María, que presentó sus ideas bajo el lema «No es fácil establecer cuándo debe el poeta detenerse». Sin un tercer ganador, como establecían las bases, se destacaron tres menciones, sin dotación económica.

«El sol del membrillo», resolvía las cuestiones que planteaba el concurso «sin renunciar a ninguna de las conquistas que este lugar ha adquirido a lo largo de la historia en cuanto a su significación colectiva, histórica y urbana», rezaba el acta del jurado. Con ese fin, la propuesta «organiza las diversas piezas, monumentos incluidos, y los usos estables en los bordes generando pequeños espacios estanciales», de forma que se organiza el espacio buscando «una plaza capaz de admitir usos cambiantes sin modificar sustancialmente su diseño cada vez».

Es decir, se logra un espacio despejado para uso público, poniendo orden en «el actual caos que domina» la plaza con sus múltiples elementos dispersos, como quioscos de prensa y lotería, parterres y estatuas.

Tres elementos básicos: un eje de circulación de vehículos entre la calle Mayor y la carrera de San Jerónimo, llamado Eje lineal E-O; un Arco Norte que describe la actual arquitectura radial de los edificios; y un vacío central de la plaza. En el arco norte se sitúa una zona estancial formada por amplios bancos de piedra que miran a ambos lados y delimitan la zona comercial del vacío de la plaza, que a su vez integran las salidas de Metro, colocando en los extremos las estatuas del Oso y el Madroño y la Mariblanca.

En paralelo al eje E-O y junto a él, se sitúan los elementos que estaban dispersos. Una doble fuente rectangular frente a la Casa del Correo en el punto central del eje, con una tribuna para conciertos y otros actos. Igualmente la estatua de Carlos III, se sitúa en este eje lineal focalizando la fachada. Se proyectan dos pabellones contenedores en ambos extremo, situando en ellos las salidas de Metro y Cercanías, los ascensores, quioscos y los bares y terrazas con veladores, quedando éstas últimas orientadas hacia las calles Arenal y Alcalá. A su vez, integrando en estos pabellones los quioscos, dejan de ser un obstáculo para el orden y la visibilidad. Y durante la noche, se proponía una iluminación bajo los bancos, los pabellones y las esculturas. Igualmente en la fuente y mediante farolas situadas en el perímetro de las fachadas de los edificios.

En definitiva, de haberse llevado a cabo esta propuesta, se habría puesto orden reforzando las líneas compositivas de la reforma del siglo XIX y del diseño original de la Puerta del Sol, sin perder su capacidad para los nuevos usos que la sociedad demanda y aún ha de demandar.