Coronavirus

Mantener los espacios, hacer videollamadas, recibir luz natural 20 minutos diarios... El decálogo de los psicólogos para los padres durante la cuarentena

La Comunidad de Madrid ha difundido las recomendaciones a todos los directores de centros educativos

La "milimétrica" cuarentena de una familia con doce hijos
Miembros de la familia Dorrio Cuadrado posan en el salón de su casa en Ferrol. Esta familia es una de las pocas familias de España con más de diez hijoskiko delgadoEFE

Se trata de diez recomendaciones que pueden paliar los efectos del aislamiento durante la crisis del coronavirus. Especialmente en aquellos hogares con niños en edad escolar. La Comunidad de Madrid ha difundido a todos los directores de los centros educativos un decálogo sobre Orientaciones para la gestión psicológica de la cuarentena por el virus, elaborado por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Estas orientaciones se han puesto a disposición -a través de la plataforma EducaMadrid. Repasamos los diez puntos de los que consta.

Comprender la realidad: La realidad lamentablemente es la que es. Es imprescindible que colaboremos permaneciendo en casa. Procurar salir lo menos posible a la calle es la recomendación más segura y eficaz para que salgamos pronto de esta situación.

Vamos a hacer lo correcto: Entender que permanecer en casa es imprescindible. Debe ser una idea constante, también en las conversaciones con quienes nos acompañan. La situación depende de nosotros mismos. Ser honestos y cumplir con las recomendaciones es ahora, casi, nuestra principal responsabilidad.

Planifica la nueva situación: Piensa en actividades para realizar solo, si es el caso, o en compañía. No lo dejes a la improvisación. Procura escribir todas las ideas que se te ocurran para estar tiempo en casa sin salir. Es imprescindible organizar alguna actividad y respetar espacios y tiempos diferenciados.

Infórmate adecuadamente: Busquemos la información oficial y necesaria, pero evitemos la sobreinformación. Ésta puede ser muy nociva y provocar sensaciones de desasosiego contraproducentes. Información sí, pero la justa. Cuidemos el consumo de las redes sociales.

Mantengamos los contactos: Mantengámonos conectados con familiares, amigos, compañeros de trabajo y especialmente con los mayores. Conversar con ellos sobre cómo estamos afrontando la situación nos ayudará, evitando, eso sí, alimentar miedos e inquietudes. Utilicemos cuando sea posible las videollamadas.

Aprovecha el momento: Son muchas las actividades de las que nos podemos aprovechar. Puede que nos resulte raro. Al no formar parte de nuestras rutinas, podemos llegar a pensar que no podemos o no sabemos vivirlas. Pero esto no tiene por qué ser así. Espacios para estar juntos, leer, también para trabajar. Para jugar con nuestros hijos. Juegos de mesa, interactivos on-line en familia, selección de vídeos de música, tutoriales o películas para compartir… Busca la complicidad de quien te acompaña.

Tiempo para la creatividad: Puede ser el tiempo perfecto para la creatividad. En solitario o en compañía. Para cocinar, por ejemplo, para hacer pequeños arreglos, que siempre dejas para otro momento o para decorar la casa. Organiza por ejemplo un concurso de ideas para decorar la casa, o preparar comidas diferentes. Organiza también tus armarios, desecha ropa que ya no utilizas, piensa en quién puede aprovecharse de ella. Un taller de cuentos, relatos breves, o pequeñas historias puede ser muy divertido.

Tiempo para hacer deporte en casa: Podemos encontrar nuevas aplicaciones o tutoriales para diferentes edades. Además de divertido, nos mantendrá en forma y aumentará las sustancias estimulantes de nuestro cuerpo que nos hacen sentir bien. Reduce los síntomas de depresión y ansiedad.

Observa el estado de salud de quienes te rodean: Valora el estado salud en el que os encontráis. Procede como informan las autoridades si detectas alguna situación que te preocupe. Debemos dar importancia del autocuidado: recibir luz natural 20 minutos al día, dieta equilibrada, dormir un número de horas adecuadas, y, muy importante, no perder el sentido del humor.

Cuida especialmente tu estado de ánimo, lo que dices y cómo lo dices. Especialmente si tenemos niños en casa, pero no solo, cuidemos mucho nuestros pensamientos y emociones, de manera que podamos construir y responder adecuadamente a momentos en los que el ánimo falla.