Madrid

La pandemia solidaria del diputado Corral

El escritor dona al Banco de Alimentos los beneficios de una novela que gira en torno a una misteriosa enfermedad: «Me emociona que las víctimas de una epidemia de ficción puedan ayudar a las víctimas de una epidemia real»

Pedro Corral, periodista, escritor y diputado del PP en la Asamblea de Madrid
Pedro Corral, periodista, escritor y diputado del PP en la Asamblea de MadridCipriano Pastrano DelgadoLa Razón

Esta historia arranca en el momento en el que un anciano inglés llega a Castroro de Campos, un pueblo perdido de Castilla. Con su visita, se desencadena una sucesión de calamidades que lo destrozan todo. Es el inicio de «La última partida», una novela escrita por el diputado autonómico Pedro Corral. La trama, ambientada a finales de los sesenta y principios de los setenta del pasado siglo, gira en torno al estallido de una epidemia del pan del diablo.

La novela –que fue una de las diez finalistas del Premio Planeta de 2015– llevaba seis años guardada en un cajón. Ahora, con motivo de otra epidemia, la del coronavirus, su autor ha querido rescatarla con un fin solidario: «Estuve a punto de enviarla a una editorial en estos meses. Pero el mismo día que establecí un contacto con una editora, le escribí un correo diciéndole que no, que no iba a hacerlo así y que la iba a dedicar a ayudar a combatir los efectos de la pandemia. Y se me ocurrió la idea de dedicar mis ingresos en Amazon al Banco de Alimentos». Dicho y hecho. Corral firmó un convenio con esta institución: «Les he cedido todos los beneficios que me reporte la novela hasta 2023. En el Banco de Alimentos están encantados. Se trata de poner mi minúsculo granito de arena y llamar la atención de un problema que tenemos en nuestras ciudades y pueblos, lo que llamamos las colas del hambre, gente que no tiene recursos y que tiene que presentarse a pedir lo básico para subsistir».

«La última partida» tiene de todo: novela fantástica, histórica, policíaca y romántica. Una «mixtura de géneros, y todo con un cierto clima delibesiano, en una Castilla despoblada», añade Corral. Y en el centro de todo, un ajuste de cuentas que tiene su punto de partida un siglo antes. Justo en el momento en el que la historia familiar del autor se cruza con la de la novela: «Castrotoro de Campos es una traslación literaria de Castroverde de Campos en Zamora, el pueblo origen de mi familia». A un tatarabuelo del escritor que nació allí le pilló la primera guerra carlista haciendo la mili en el Levante. «Y en el sitio de Benicarló», explica, «le hizo prisionero el general Cabrera, que tuvo buen ''feeling'' con mi tatarabuelo. Se cayeron bien y Cabrera le incorporó a su cuerpo de ordenanzas que eran sus cien mejores jinetes y tiradores, le servían de escolta y de estado mayor, su cuerpo de élite. Estuvo en el sitio de Morella y todo esto lo conocemos en la familia por catorce cuartillas mecanografiadas por mi bisabuelo León, que recogen el testimonio oral de su padre en la primera guerra carlista». Y esas catorce cuartillas cruzadas con la epidemia que sacude Castrotoro conforman la estructura de la novela.

Las páginas que ahora el escritor ha puesto al servicio del Banco de Alimentos guardan más historias fascinantes. Porque el encargado de dar forma a esas cuartillas que han ido pasando de generación en generación de los Corral también tuvo que enfrentarse a otra epidemia: «Combatió el cólera a finales del siglo pasado jugándose la vida porque también enfermó». Preguntado por los posibles paralelismos existentes entre la epidemia de ficción que narra en su novela y la situación a la que nos enfrentamos ahora, Corral señala muchas coincidencias: «Las sospechas de la epidemia crean un absoluto caos en la vida del pueblo, lo cambia todo. Afloran los miedos de las personas y también los gestos solidarios. La gente que ayuda a otra a sobrellevar la tragedia». Ejemplos de entrega que el autor también ha vivido de cerca en estos meses: «He conocido de primera mano el sacrificio y la entrega de nuestros profesionales sanitarios, que ponen su vida al tablero por ayudar a los demás en los hospitales y los centros de salud. Un sobrino mío, recién aprobado el MIR, se presentó voluntario en un hospital para luchar en la planta covid. Quería ayudar. Me impresiona mucho y en un tuit lo vinculé con este bisabuelo de las cuartillas de la guerra carlista, que fue médico. Fue su tatarabuelo y se hubiera sentido orgullosísimo de él».

Respecto a la arena política, el diputado lamenta que el presidente Sánchez se haya escondido detrás del burladero: «Se concedió un poder absoluto, el mando único bajo el estado de alarma. Parece que el mando único lo hubiéramos repartido en sorteo y no es así, se lo arrogó él con un decreto. Luego va y se esconde. Ha sido una sensación terrible». Frente a la actitud de Sánchez, elogia a quienes «han dado la cara» y pone como ejemplo a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: «No se ha escondido jamás».

Y Pedro Corral ha querido también dar la cara y contribuir con su novela a paliar los peores efectos de la actual crisis: «Me emociona que las víctimas de una epidemia de ficción puedan ayudar a las víctimas de una epidemia real. El libro se quedó en un cajón seis años y parecía que su destino era este».

«La última partida»

Algunos de los habitantes de un pueblo de Castilla empiezan a sufrir extraños accidentes envueltos en terribles alucinaciones coincidiendo con la llegada de un enigmático personaje. Una médico de de un pueblo cercano sospecha de que pueda ser una epidemia provocada por el cornezuelo del centeno. Una historia que se entrelaza con un ajuste de cuentas y una trama con tintes de novela fantástica y policíaca.
El autor donará toda la recaudación de esta edición a la atención de las necesidades sociales provocadas por la actual pandemia de coronavirus.