Madrileño de Pinar de Chamartín
Jaime Nava: «Almeida sería un buen medio melé del rugby por su inteligencia y locura»
El excapitán de la selección española de rugby ahora juega en Club Alcalá, ha escrito «TEAM» e interpreta al agente Cañizo en la «Casa de Papel»
En un lugar de Alcalá de Henares, a las puertas de la cuna de Cervantes, el excapitán de la selección española de rugby, Jaime Nava, sigue marcando «ensayos», placajes y melés. Llegó allí tras colgar las botas «por poco tiempo» y, aunque ahora viste el uniforme militar interpretando al agente Cañizo en la última temporada de «La Casa de Papel» o es Geo en «La Unidad», también ha seguido los pasos del autor del Quijote y, junto a Juan Tinoco, ha escrito «TEAM» con el propósito de llevar los valores del rugby a la vida un libro que este jueves escenificarán en un acto con un efecto de «coaching indirecto».
Dice que Alcalá de Henares fue para él uno de sus «descubrimientos» porque «estuve muchos años viviendo fuera de España jugando en ligas de Inglaterra y Francia, y nunca había estado antes. Lo conocí haciendo alguna excursión y también he venido a descubrir la fiesta medieval». Fue de nuevo el oval quien le trajo hasta aquí. Dice que, por el físico se siente más Sancho Panza; «me representa, porque tenía esa dualidad de ser el apoderado, el compañero del caballero que está tronado, pero se le enciende una luz de consciencia y conciencia y le frena un poquito los pies a su jefe».
Aunque la figura del Quijote, que quiere luchar contra una realidad que no le satisface, sabiendo que la batalla está perdida, «es un lado romántico que mola. Su convencimiento a veces puede desencadenar acciones detrás que te lleven al sitio que estás buscando». Jaime Nava no sabe ahora dónde está su Ítaca, pero «no creo que tengamos que llegar a un sitio donde dejar las maletas. Soy muy fiel defensor de que en la vida hay que tener un propósito. Pero no podemos perder de vista que, también, hay que disfrutar de los procesos que nos conducen a intentar lograrlos. En una vida, nos da tiempo a plantearnos objetivos casi a diario, pero es más interesante perseguir propósitos. No sé todavía hacia dónde me dirijo, pero sin duda estoy disfrutando de lo que hago”.
Aunque los balones del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida van siempre a la cabeza, cuando de fútbol se trata, Nava asegura que lo ficharía para el rugby. «Los tíos como Almeida son muy necesarios. En todo equipo se necesita una cabeza pensante que a la vez sepa combinar locura e inteligencia. Sería un fantástico medio melé y director de juego».
El Madrid que atesora el corazón de quien durante años llamaron “el Rey León” -símbolo de la selección española de rugby- es el de una capital abarrotada, con miles de luces navideñas que llegaban al cielo, y a su padre, -recientemente fallecido-, cargando con una escalera para que él pudiera ver la cabalgata de Reyes desde las alturas. «Me crié en el Madrid de extrarradio y esas eran las quedadas que nos hacían ir al centro, a la Plaza Mayor...».
Le gusta lo castizo, pero «no sé bailar el chotis», También, le «apasiona» cantar en los garajes porque «la acústica es buena y ahí me creo que canto bien». «Soy especialista en cantar jotas aragonesas». Confiesa que siempre fue «muy de cantar», le viene por parte de su madre, burgalesa, y de origen vasco, pero la réplica solo se la han dado en el terreno de juego. Dice que haría una de sus arengas en la tribuna de oradores del Congreso, pero no para animar a sus señorías sino «para contarles que se están desviando mucho del camino. Sería una arenga para la sociedad».
También es embajador de Coloso con Pies de Barro, una asociación nacida para combatir los abusos en el deporte con la que de momento están tratando concienciar, educar y visualizar lo que ocurre ayudando a liberar la palabra: «Nos estamos encontrando con muchos casos».
¿Y alguna vez tuvo que parar como Simone Biles? “Yo no he llegado a ese extremo de Biles, pero me ha parecido una decisión muy valiente, normalizar una situación que es verdad que se da mucho en el deporte profesional y está llevando cada vez a más extremos. Cuando los ídolos hablan tiene un efecto inmediato sobre la sociedad, sirve como un altavoz muy importante. Los deportistas no somos máquina perfectas”.
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