Espiritualidad

El barrio de Salamanca: epicentro del esoterismo

En estas históricas calles de la capital han proliferado, en los últimos años, centros en los que se exploran nuevas formas de espiritualidad

“La Orden de Ayala” cadena de tiendas esotéricas, terapias alternativas y escuela mas grande de Europa. Tarot, astrología, magia, Reiki Usui, quirología, constelaciones,bach.
“La Orden de Ayala” cadena de tiendas esotéricas, terapias alternativas y escuela mas grande de Europa. Tarot, astrología, magia, Reiki Usui, quirología, constelaciones,bach.Alberto R. RoldánLa Razón

Bien conocido es el barrio Salamanca de Madrid, y no solo por ser el hogar de las tiendas más exclusivas o los restaurantes más refinados de la capital. Por sus calles han pasado y vivido, históricamente, ilustres personalidades del mundo de la política, las artes y la aristocracia. Un barrio, también, asociado a la tradición, también en religión y materia de espiritualidad. Sin embargo, no deja de ser llamativa la proliferación, en los locales de sus centenarios edificios, de negocios que hablan de la apertura a nuevas formas de espiritualidad, desde la filosofía y el bienestar traído desde Asia hasta el esoterismo.

En la calle Alcalá, 78 el escaparate del Almazén Natural está coronado por un cartel que lo define como una tienda de alimentación ecológica y librería. Detrás del cristal se atisban títulos que abarcan desde manuales de meditación hasta registros akáshicos, acupuntura y psicoterapia. Muy cerca, a menos de 200 metros, en la calle Francisca Moreno, se puede encontrar, puerta con puerta, otra librería similar, Rerum Natura, y un local especializado en masaje tailandés tradicional. Fernando es el propietario de Rerum Natura. Esta librería, especializada en terapias alternativas, acupuntura, yoga, plantas medicinales, meditación y espiritualidad lleva instalada en el barrio desde hace 26 años.

En el museo de "La Orden de Ayala”, situada en la calle Hermosilla, 95, tienen la baraja de tarot más antigua de España, datada de 1848
En el museo de "La Orden de Ayala”, situada en la calle Hermosilla, 95, tienen la baraja de tarot más antigua de España, datada de 1848Alberto R. RoldánLa Razón

«Siempre hemos tenido clientes», asegura Fernando, «o bien profesionales de la salud que ya nos conocen o gente que busca alternativas a que puedan paliar sus dolencias». Sin embargo, para él, en los últimos años ha habido cierta «persecución» a este tipo de negocios. Pero, Jose, su vecino de local y dueño de Zazen Thai Massage, no lo ha vivido así. Abrió hace siete años, con personal formado y traído desde Tailandia para ofrecer el masaje tailandés tradicional –que se aplica con ropa, por medio de presión en los puntos energéticos del cuerpo–, ayurveda y siatsu, entre otros. «Hay una gran aceptación», dice Jose, con un tono de voz muy suave, acorde al espacio donde estamos, entre un hilo musical marcado por el agua e imágenes de Buda. «El abrir en este barrio fue previendo un poco los temas de crisis, ya que, al ser una zona de alto poder adquisitivo es más fácil mantenerse», explica. En cuanto a sus clientes, asegura que «hay de todo», desde «niños hasta personas muy mayores».

Jose coincide con lo que han observado en Tierra Índigo, en Lope de Rueda, 4: lo que va buscando la gente es liberarse de los problemas emocionales. Sobre todo, del estrés. «Al masaje tailandés tradicional le sumamos distintas técnicas para trabajar, sobre todo, la ansiedad», explica Federico, de Tierra Índigo. «Hacemos puntos energéticos, chakras… y todo con sesiones de masajes relajantes», añade, reconociendo que «hay mucho estrés en este barrio». «Sobre todo, hemos notado que las mujeres jóvenes tienen mucha ansiedad, la cual se concentra en el plexo solar. Con una parte de meditación, les enseñamos a ser conscientes de la respiración y, luego, con una técnica de masaje tai, liberamos la zona del plexo solar».

Parece que la espiritualidad oriental ha tenido una gran aceptación entre los vecinos. Varios estudios de yoga y reiki –una técnica de sanación a través de la imposición de manos en puntos energéticos del cuerpo– se han ido abriendo camino hasta llegar a la calle Hermosilla, 95, donde hace más de una década se instaló La Orden de Ayala. El local, desde fuera, parece sencillo. Uno debe pararse a leer lo que pone en el rótulo naranja: brujería, tarot, esoterismo, terapias alternativas... «Por entonces, nadie se había atrevido a ser tan evidente por aquí», dice Victoria Braojos, dueña de la tienda. «Cuando estábamos instalando el cartel, salí fuera para ver cómo estaba quedando y dos señoras que pasaban por la puerta se escandalizaron», recuerda. Y, si bien está convencida de que han hecho «un trabajo muy bueno» en el barrio –tanto, que han abierto un nuevo local con escuela incluida unas calles más arriba, en José Ortega y Gasset–, sabe que no todo ha sido mérito suyo. El terreno, en realidad, estaba ya sembrado. «No nos engañemos», dice, «tenemos constancia de que en Madrid se llevan echando las cartas desde el siglo XVII, y eso es algo que se hacía casi exclusivamente entre las clases más nobles».

Y es que el trabajo que hacen en La Orden de Ayala tiene mucho de histórico e investigador. «Nosotros venimos de la magia ceremonial principalmente», señala Victoria, haciendo referencia a su marido Javier, que es anticuario y comparte con ella una pasión tan grande por la tradición mágica, que les ha llevado a crear un museo en la planta baja de la tienda. En él hay desde un auténtico muñeco de vudú traído de África por un misionero hasta un espejo negro de adivinación, amuletos egipcios, barajas de tarot históricas, etc. En la tienda, a la que no deja de entrar gente en todo el tiempo que hablamos con Victoria, se pueden encontrar desde figuras de santos hasta libros de espiritualidad, mística, aceites esenciales, material para rituales, velas... «Muchas veces se habla de estas cosas con total desconocimiento», afirma Victoria, a quien no le gustan nada «las magufadas». «Cuando nosotros abrimos, el boom de los 806 había intoxicado el trabajo del curanderismo tradicional», explica. Además, ahora, «con la llegada desde Sudamérica de santería, el vudú, etc., me he empapado de esa cultura porque la gente se iba metiendo en líos con cosas que no conocía».

Muñeco de vudú de "La Orden de Ayala", traído a Madrid por un misionero desde África
Muñeco de vudú de "La Orden de Ayala", traído a Madrid por un misionero desde ÁfricaAlberto R. RoldánLa Razón

De hecho, ella, que además estudia psicología, no solo tira las cartas. «He estudiado el tarot como lo que es: una obra renacentista con un enorme poder simbólico que servía para que la persona comunicase lo que sentía», explica. «Con los rituales las personas se abren de una manera distinta, al igual que lo hacen al explicar lo que ven en un test de Rochard», afirma. Por eso, Victoria entiende el tarot como un medio de proyección más, incluso, que de adivinación. Tal vez este sea el punto esencial que une desde el masaje tailandés hasta esta visión del tarot: que «lo realmente importante es que la persona pueda establecer puentes consigo misma», como señala Victoria. «Ya sea a través de una vela, de una bola de cristal o de una baraja, lo que se busca es que cada uno conecte con lo esencial, con su subconsciente, para que cambie las cosas en su vida». Eso sí, esto siempre ha de estar «guiado por un experto», advierte Victoria.

Pero, ¿cómo se enmarca todo esto en un lugar como el barrio Salamanca? Rafael Ruíz Andrés, profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y autor del libro «La secularización en España», considera que es algo «realmente representativo». «Tradicionalmente, la secularización ha sido interpretada como una situación de declive religioso», dice. «Actualmente, esa concepción ha cambiado. Tal como la entendemos hoy, incluye precisamente ese proceso de, cuando la presencia de la religión dominante pierde peso, aparezcan nuevas espiritualidades e, incluso, se de una metamorfosis de las religiones tradicionales, como es el caso del catolicismo», añade, subrayando que «el barrio Salamanca no está exento de esa secularización, porque también vivimos en un mundo global en el que se tiene más conocimiento de otras culturas y espiritualidades».

En este sentido, a priori, podría parecer que hay una cierta confrontación entre esos valores católicos tradicionales y la aparición de nuevas espiritualidades. Pero, tal como señala Ruíz Andrés, «no hay tal dilema». «En cierto modo, esta secularización se ha dado en paralelo a la era de la subjetivización y la individualidad, en la que predomina la propia percepción del mundo», afirma. Con ello, también los valores individuales predominan por encima de los de la comunidad. «El yo es la fuente última de elección. Por eso, el propio individuo puede combinar en sí mismo sin caer en contradicción unos valores tradicionales y católicos en este caso, con otras formas de espiritualidad», explica. «La representatividad del barrio Salamanca en todo esto es algo realmente significativo», concluye el investigador, ya que es una clara muestra «de hasta dónde ha llegado el proceso de secularización, el cual se ha asentado, incluso en los barrios más tradicionales». «En cierto modo, esto muestra que el proceso de secularización está avanzado en todos los estratos de la sociedad española, que no ha afectado únicamente a aquellos que no van a misa o que no se declaran religiosos. No es así. Estas tendencias han llegado también a personas que no han dejado de declararse católicas y que a priori pensamos que no se han secularizado, pero lo cierto es que sí lo han hecho».

Un encuentro alrededor de la baraja
Tan representativo es el barrio Salamanca y La Orden de Ayala en el mundo del esoterismo que, entre el 23 y el 25 de septiembre, en ella se celebra el IV Congreso Internacional de Baraja y Tarot, el cual reúne cada año a varios centenares de personas. «El año pasado fuimos 200, y esta vez prevemos que superemos esta cifra», señala Victoria Braojos. En esta ocasión, el congreso dará un importante espacio a la cartomancia en España, y en él se presentará la baraja de cartas del tarot más antigua de nuestro país, datada de 1848, así como documentos que acreditan la presencia de estas prácticas en nuestro país incluso antes que en Francia, donde, hasta ahora, se ha localizado su origen. Además, durante los tres días que durará el congreso, se llevará a cabo un detallado recorrido por las múltiples facetas del tarot desde la perspectiva artística, psicológica, espiritual, histórica y simbólica del mismo. Para ello, el evento contará con la presencia como ponentes, entre otros, de diseñadores gráficos e ilustradores, filósofos, historiadores, profesores de yoga y psicólogos.