Comunidad de Madrid
Ni sangría ni cerveza: esta es la bebida típica de Madrid que está en peligro de extinción
Ahora mismo solo se puede tomar en algunos bares y kioscos 'de toda la vida'
Al igual que ahora es impensable salir de fiesta y no beber nada, también lo era entre 1700 y 1900 en las verbenas y romerías de la capital. Si algo gustaba a los jovenes de entonces era tomar un refresco mientras se echaban un baile y buscaban el amor. Pero no servía un refrigerio cualquiera, en aquella época era impensable renunciar al famoso agua de cebada.
Se trataba de una bebida muy refrescante elaborada a partir de granos de cebada tostada cocidos y macerados mezclados con azúcar moreno de caña y un chorro de limón granizado. Una opción también ideal para tomar en los días mas calurosos.
Sin embargo, se ha ido perdiendo con el tiempo y hoy en día solo se puede conseguir en contados lugares de Madrid. Uno de los muy pocos que quedan, según informan desde la cuenta de Instagram @pasea_madrid, es el kiosco de Miguel y José en la calle Narváez.
Historia del agua de cebada
La bebida tiene sus raíces en las "aguas olorosas" del Siglo de Oro, precursoras de los refrescos modernos. Su popularidad comenzó en el siglo XVIII y alcanzó su apogeo a finales del siglo XIX y principios del XX. Aunque hoy en día es difícil encontrar en la capital, se puede tomar en cafeterías y horchaterías de la costa mediterránea, especialmente en el sur de Alicante.
El agua de cebada también es conocida en otros países como México 'aguas frescas', Perú y Gran Bretaña. En Costa Rica, se llama 'maximalta'. La preparación consiste en una infusión de granos de cebada (Hordeum vulgare) cocidos a fuego lento durante unos 45 minutos. La bebida resultante se cuela y se endulza ligeramente con azúcar o miel, adquiriendo un color ligeramente lechoso y oscuro si se ha puesto azúcar moreno. Se sirve bien fría, convirtiéndose en una bebida típica del verano.
Propiedades y beneficios del agua de cebada
El agua de cebada, una bebida tradicional y refrescante, no solo es deliciosa, sino que también posee numerosas propiedades beneficiosas para la salud debido a su ingrediente principal: la cebada.
Composición nutricional de la cebada
La cebada es uno de los cereales más ligeros. Una porción de 60 gramos aporta 175 calorías, comparado con las 216 del arroz blanco o las 230 de la avena. Contiene un 58% de carbohidratos, siendo comparable a la avena y el centeno, aunque inferior al arroz (48 g frente a 35 g por cada 60 g de cebada). Aporta un 11% de proteínas (6 g por cada 60 g), más que el arroz (4 g) y el centeno (5 g), pero menos que la avena (8 g). Contiene un 10% de fibra y aunque tiene más grasas que el arroz y el centeno (2,1 g por cada 60 g frente a 0,6 g y 1,7 g respectivamente), su contenido es inferior al de la avena (7 g).
La cebada es rica en vitamina E (0,6 mg) y varias del grupo B, como la tiamina (25% de la ingesta diaria recomendada en 60 g), niacina (28%) y vitamina B6 (33%) y es una excelente fuente de fósforo (205 mg), hierro (2 mg) y magnesio (68 mg).
La cebada destaca por su alto contenido en oligoelementos como el yodo, zinc, manganeso, cobre y cromo. Y tiene selenio, un potente antioxidante que protege contra enfermedades degenerativas.
Los beneficios para la salud
- Remineralizante y tónico: ideal para etapas de crecimiento debido a su alto contenido en minerales.
- Refrescante y calmante: el agua de cebada es refrescante y calma el sistema nervioso.
- Diurética y depurativa: ayuda a eliminar toxinas del cuerpo.
- Febrífuga: puede reducir la fiebre.
- Digestiva y Colagoga: mejora la digestión y la producción de bilis.
- Expectorante: beneficia al sistema respiratorio al actuar como un expectorante.
- Anti-Diarreica y Cardiotónica: la hordenina, un alcaloide presente en la cebada, tiene propiedades similares a la adrenalina.
- Prevención de la Arteriosclerosis: el aceite del germen de cebada contiene ácidos grasos insaturados (oleico y linoleico), que previenen la arteriosclerosis y reducen los lípidos en la sangre.
- Cataplasma: su harina, diluida en agua y usada como cataplasma, puede tratar abscesos y reducir la inflamación muscular y los dolores óseos y articulares.
¿Quiénes no pueden tomar esta bebida?
No es apta para personas con intolerancia al gluten o celiacas y puede causar alergias por inhalación en panaderos y dermatitis o urticaria en personas sensibles.
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