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Medio Ambiente

Ucrania: el granero de trigo y maíz para 600 millones de personas

Ucrania es el segundo país del mundo por tierra agrícola productiva y es el quinto exportador de grano del mundo. Además cuenta con minerales tan importantes como el paladio, el manganeso y el hierro. Un conflicto largo podría provocar problemas de desabastecimiento de cereal para consumo humano y retrasar la recuperación económica

Cereales, trigo
Cereales, trigoDreamstime

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) cifraba en un millón de personas el número de refugiados que ha provocado la guerra de Ucrania en la primera semana. El organismo también alerta de que si el conflicto se recrudece, Europa puede estar a las puertas de la crisis de refugiados más grande del siglo.

Sin olvidar que las peores consecuencias de la guerra las vive la población dentro del territorio y cerca de las fronteras, lo cierto es que con el pasar de los días, es más que probable que el número de personas afectadas no se suscriba solo a esta región del mundo. Desde que Rusia invadió Ucrania, las bolsas concentran caídas que no se veían desde hace meses y el precio del barril Brent ha subido hasta los 105 dólares, por lo que llenar un depósito ya supone un gasto un 30% mayor que hace un año. Muchos sectores productivos han dado la voz de alarma ante posibles desabastecimientos y una parálisis de la recuperación económica. «Aparte de que el precio del gas y la energía se ha disparado en los últimos días, la inflación que ya estaba en 7,4% en España, puede llegar a los dos dígitos. En cualquier caso, ya estamos en el peor de los datos de IPC en 30 años. El Colegio de Economistas prevé una falta de crecimiento del PIB de hasta 0,4 puntos. Se pensaba que este año se recuperaría la producción perdida con la Covid, pero esto va a ralentizar todo. Estamos ante una situación catastrófica; la que ha buscado Putin. Lo más deseable es que fructifiquen las negociaciones», explica José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea.

Uno de los sectores que ha dado la voz de alarma es el agrícola. Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) recuerdan que España importa una cantidad considerable de cereales de Ucrania; un 42% del total en 2020 y un 25% del total de aceite de girasol. Ucrania es el principal productor de cereal del territorio europeo, actividad que le ha valido el sobrenombre de granero de Europa. Según datos de la entidad pública ICEX España Exportaciones e Inversiones, en 2019 el 10% del PIB de Ucrania provenía de la agricultura. La superficie agrícola ocupa el 70% del total del país. Por superficie cultivable es el segundo mayor del mundo, después de Dinamarca. «Es un país muy llano, tiene un clima generoso, suelos muy productivos y los costes de producción son muy bajos. De hecho, es el quinto mayor exportador de trigo del mundo; exporta 20 millones de toneladas al año solo de este cereal. Para hacerse una idea, en España la producción anual de todos los cereales está en 15-16 millones de toneladas», detalla José Manuel Roche, secretario de Relaciones Internacionales de UPA.

Hasta nuestro país se trae cada año más de dos millones y medios de toneladas de cereal, lo que nos convierte en el primer importador de cereal de Europa. Por detrás está Italia que compra la mitad que nosotros, 1.228.625 toneladas. España compra 197.000 toneladas de trigo, 64.800 toneladas de trigo duro y de cebada, 56.100. Todo lo demás, es decir, más de dos millones de toneladas, es maíz que se destina a fabricar pienso. «Somos un país deficitario en producción de cereal y fabricamos mucho pienso para ganadería. Esta guerra, con el cierre de puertos de Ucrania entre otras cosas, va a tensionar todavía más los precios y puede generar desabastecimiento para nuestra ganadería. Hemos pedido un plan de contingencia agrícola urgente a la Comisión para que se puedan poner a disposición ayudas económicas. Además, a nivel mundial se puede crear un problema para el abastecimiento humano; los países árabes, por ejemplo, dependen mucho de Rusia y Ucrania », continúa Roche. Y es que se calcula que con su producción, el campo ucraniano puede alimentar a 600 millones de personas. Países como Líbano o Yemen se nutren gracias a sus cereales.

Hay que recordar que el sector primario (y otros) ya arrastran una situación delicada desde hace dos años debido a la pandemia, la crisis de materias primas y el precio al alza de los combustibles fósiles. «El precio del abono nitrogenado costaba hace un año 380 euros ahora una esa misma tonelada cuesta 900», comenta Roche. De hecho, solo debido a las subidas del precio del gas natural algunas empresas europeas dedicadas a la fabricación de fertilizantes han tenido que parar su producción. Es lo que ha ocurrido en Reino Unido con dos plantas de fertilizantes de CF Industries o lo que ha sucedido en España con Fertiberia que ha tenido que reducir su carga productiva de amoniaco y urea al 50% en otoño.

La tonelada de cebada que hace un año estaba en 145 euros la tonelada a día de hoy cuesta 261; el trigo en 2021 estaba 170 euros la tonelada y a día de hoy cuesta 304; el trigo duro para alimentación humana costaba 350 euros la tonelada y ahora están 520; el girasol que estaba en 300 euros la tonelada ahora está 597, y el maíz, que se estaba vendiendo a 140 euros, ahora está en 280.

Ucrania también es un país rico en recursos minerales. Según los datos de ICEX, en el año 2018, Ucrania fue el cuarto país exportador de hierro del mundo y el décimo primer país exportador de acero. Además, es el segundo mayor país por reservas de manganeso y tiene capacidad para producir 800 toneladas de uranio al año; reservas suficientes para cubrir el consumo durante 100 años. «También cuenta con 3.200 t de reservas de oro y es el décimo productor mundial y el tercero de Europa de acero».

«Las exportaciones de acero de Ucrania suponen el 10% del total de las importaciones en Europa. Los precios de este metal son ya muy altos debido a que no se puede cumplir con el ritmo que marca la demanda y, obviamente, la situación de conflicto no va a ayudar. El suministro de paladio también puede verse afectado ya que Rusia tiene el 40% de la producción minera del mundo. El paladio, que se utiliza para fabricar los convertidores catalíticos de los automóviles, se transporta fundamentalmente por vía aérea y, a día de hoy, con la mayor parte del espacio europeo cerrado a los vuelos desde y hacia Rusia, a menos que la situación se relaje, los precios de este metal probablemente seguirán subiendo», explica Raquel Herrero, analista de metales preciosos de Coininvest, portal online especializado en comprar y vender metales preciosos.

Desde la Asociación de las empresas productoras de acero y de productos de primera transformación del acero de España (Unesid) han querido lanzar un mensaje estos días. «La UE está bastante expuesta a las importaciones desde Rusia y Ucrania de productos en la parte inicial de la cadena de valor del acero y que son, en su mayoría, transformados después. Importa 16,5 y 10,5 millones de toneladas anuales de mineral de hierro desde Ucrania y Rusia, el 29% del total de importaciones. También 1,6 millones de toneladas de prerreducidos de Rusia, el 57% del total. Aquí, España apenas importa mineral de hierro ruso, pero sí el 85% de sus necesidades exteriores de prerreducidos. En España la dependencia es mucho menor, pero el carácter global de nuestro sector hará que los movimientos del mercado se noten también aquí, en nuestro país. Sin embargo, al existir capacidad suficiente en el mundo y ser de poco valor añadido, será posible sustituirlos, pero desde luego con dificultades en la fase inicial», dicen.

Habrá que esperar a ver qué ocurre con las negociaciones y las consecuencias que dejan las diferentes sanciones. «Esta situación recuerda mucho a la Guerra Fría. No hemos terminado de salir de la pandemia y nos encontramos con una guerra que provoca un daño terrible. Cuánto durará este conflicto, a día de hoy parece que solo lo sabe Putin», concluye el investigador de la Universidad Europea.

El oro y el bitcoin se disparan

El oro y la plata han sido de manera tradicional claros activos refugio en tiempos de crisis. Lo vimos durante el verano de 2020, «como consecuencia de la pandemia de la Covid-19 – otro momento de pánico en los mercados- y ahora las compras de oro se han disparado de nuevo. Si el conflicto entre

Ucrania y Rusia se relaja, quizá el precio del oro se corrija algo a la baja, pero sigue habiendo muchos factores que lo hacen terriblemente atractivo a la hora de proteger el capital; la inflación está al alza, entre otras razones por el encarecimiento de la energía y las materias primas, los niveles de desempleo siguen siendo altos y la economía no se está recuperando tan rápidamente como se esperaba tras dos años de pandemia», dicen desde Coininvest.

Por otro lado, y según informan varios medios, las donaciones hechas en criptomonedas está disparando el volumen de transacciones en el mundo virtual. Aunque, en general, las cripto están registrando una fuerte volatilidad por la guerra y las sanciones, entre ellas la expulsión de los bancos rusos del sistema Swift.