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Medio Ambiente

Pensamientos en Nochevieja

Ramón Tamames
Ramón Tamames Cristina BejaranoLa Razón

En la intención de encontrar respuestas a preguntas siempre aporéticas, en la víspera de la Nochevieja, releí algunas ideas de mi libro « Buscando a Dios en el universo», sobre el origen y la ulterior evolución del Cosmos, a partir de Galileo Galilei (1564/1642) quien fue el primero en plantear las claves más significativas de la creación, no porque propusiera el sistema heliocéntrico en sustitución del modelo geocéntrico ptolemaico, difundiendo así las ideas renovadoras de Copérnico.

En una oscura noche de enero de 1610, Galileo descubrió Ganímedes, el primero en conocerse de los satélites de Júpiter. Con un telescopio elemental, amplió la luz de los astros más cercanos de nuestro sistema, detectando el brillo de ese y otros cuatro cuerpos hasta entonces desconocidos, las lunas que giraban alrededor del gigantesco planeta Júpiter.

Con descubrimiento tan novedoso –los planetas giraban en torno al Sol–, se enfrentó a la sacrosanta doctrina de la Iglesia, con su órgano más virulento, la Inquisición. Un choque que ya había ejecutado a un pionero excepcional, Giordano Bruno. En 1600, Bruno se pronunció por el heliocentrismo y la infinitud del universo, provocando su persecución por los inquisidores, que le llevaron a prisión, donde permaneció por ocho años, acusado de blasfemia, falta a la ortodoxia, e inmoralidad pública. Finalmente, Giordano fue condenado: al tan «herético, impenitente, pertinaz y obstinado personaje» se le llevó a la hoguera, en la que murió quemado vivo el 17 de febrero de 1600, en el Campo dei Fiori de Roma.

Galileo se retractó para sobrevivir y, con su «eppur si muove», se salvó para la ciencia.