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Cambio climático
El deshielo de la Antártida Occidental ya es «inevitable»
Es demasiado tarde para controlar el nivel del mar: reducir las emisiones solo puede prevenir el peor pronóstico, según los científicos
La capa de hielo de la Antártida Occidental seguirá aumentando su ritmo de deshielo en lo que queda de siglo, por mucho que reduzcamos el uso de combustibles fósiles, según una investigación del British Antarctic Survey (BAS), publicada esta semana en la revista Nature Climate Change. Es probable que ya no pueda evitarse esta situación, lo que implica que la contribución de la Antártida a la subida del nivel del mar podría aumentar rápidamente en las próximas décadas, según los resultados del equipo liderado por Kaitlin Naughten.
Los científicos realizaron simulaciones en el superordenador nacional del Reino Unido para estudiar el deshielo de la capa de hielo de la Antártida Occidental provocado por las interacciones con el océano. Querían estimar cuánto es inevitable y cuánto deshielo puede evitarse aún con el control de la comunidad internacional mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La realidad que se encontraron es esta: incluso en el mejor de los casos, con un aumento de la temperatura global de 1,5 °C, el deshielo aumentará tres veces más rápido que durante el siglo XX.
Por modelos anteriores, se estimaba que este derretimiento en la región occidental del gran continente helado podría deberse al calentamiento del Océano Antártico, especialmente en el Mar de Amundsen. En conjunto, la capa de hielo de la Antártida Occidental contiene hielo suficiente para elevar el nivel medio del mar hasta cinco metros.
En todo el mundo, millones de personas viven cerca de la costa y estas comunidades se verán muy afectadas por la subida del nivel del mar, advierten los científicos. Una mejor comprensión de los cambios futuros permitirá a los responsables políticos planificar con antelación y adaptarse más fácilmente. Kaitlin Naughten, autora principal del estudio e investigadora del BAS lo expone de esta manera: «Parece que hemos perdido el control del derretimiento de la capa de hielo de la Antártida Occidental».
Y continúa: «Si quisiéramos conservarlo en su estado histórico, tendríamos que haber actuado contra el cambio climático hace décadas. El lado positivo es que, al reconocer esta situación con antelación, el mundo tendrá más tiempo para adaptarse a la subida del nivel del mar que se avecina. Si hay que abandonar o remodelar sustancialmente una región costera, contar con 50 años de antelación va a marcar la diferencia».
El equipo examinó cuatro escenarios futuros. Todas las simulaciones dieron lugar a un calentamiento significativo y generalizado del Mar de Amundsen y a un mayor deshielo de sus capas. Incluso en el mejor de los casos, el calentamiento del Amundsen se aceleró el triple y se produjo el deshielo de las plataformas congeladas flotantes que estabilizan los glaciares interiores. En el peor de los casos, las plataformas de hielo se derritieron más que en los demás, pero solo después de 2045. Además, los autores advierten que se considera improbable que se produzca este escenario de alto consumo de combustibles fósiles.
Naughten recomienda no dejar de trabajar para reducirlos: «Lo que hagamos ahora contribuirá a ralentizar el ritmo de subida del nivel del mar a largo plazo. Cuanto más despacio cambie el nivel del mar, más fácil será para los gobiernos y la sociedad adaptarse a él, aunque no se pueda detener».
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