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Entrevista de la Contra

«La movilidad sostenible será por fin un derecho»

May López

Profesora en la OBS Business School y directora de Empresas por la Movilidad Sostenible

May López, profesora de la OBS Bussiness School
May López, profesora de la OBS Bussiness School José BareaJosé Barea

A May López no le gustan las frases vacías. Prefiere las cosas medibles. En 2006, cuando el concepto «huella de carbono» no formaba parte de las conversaciones cotidianas, ella ya estaba automatizando el cálculo de los gases que emitía una famosa multinacional de transporte junto a un equipo internacional («éramos el inglés, la francesa y la española, como el chiste»). Durante más de una década estuvo al frente de la responsabilidad social corporativa de esa misma organización. «Muchas empresas sacaban negocios a raíz de mis trabajos, así que me pica el gusanillo de emprender». Confunda BeWeGo, una app de movilidad compartida para trabajadores. La Comisión Europea se fija en ella y, desde 2019, forma parte de su grupo de expertos. El mismo año, presentan la plataforma de Empresas por la Movilidad Sostenible, con ella como directora de Desarrollo.

Tras una vida dedicada a la movilidad sostenible, ¿qué cambios percibe?

Antes, cuando hablabas de movilidad la gente pensaba en un coche. Si te fijas, los actos era todos sobre motor. Ahora, la movilidad es un derecho y es esencial. Lo tenemos aún más claro desde la pandemia, cuando empezamos a darnos cuenta de que la movilidad es el termómetro económico de un país. No solo eso. La movilidad decide diariamente sobre nuestra calidad de vida. Yo elijo cómo me muevo y puedo decir cómo quiero que otros se muevan por mí. ¿Deberían venir 8 furgonetas distintas a mi barrio para entregarnos un pedido a la puerta de nuestras casa o una sola? Las personas estamos demandando sostenibilidad y las empresas están trabajando en minimizar, ya sea «por amor o por temor».

¿Qué destaca de la Ley de Movilidad Sostenible, a aprobarse para 2023?

Que, por primera vez, la movilidad sostenible será recogida como un derecho. Eso es tremendo porque va a garantizar que esa movilidad sea accesible y asequible. Muchas veces se diseña pensando en un usuario medio que realmente no existe: el varón de 50 años. Y mucha movilidad está digitalizada. Ahora bien, si es un derecho, lo es para todos los colectivos: personas mayores, menores de edad, etcétera.

Otro avance se da en la medición de la huella de carbono.

Yo vengo del mundo de la Calidad. Medir es clave. Con la nueva Ley, cualquier empresa de transporte público que trabaje para la Administración medirá su huella y la comunicará en el billete de compra. Esto es: Correos nos va a tener que decir la huella de un envío, Renfe o Iberia las de un trayecto... y, ojo, que si Madrid nos da la opción de ir en metro, bús o bici, también. Eso permitirá tomar decisiones con información en la mano. Siempre digo que «lo que no se mide no puede ser mejorado». Si además lo comunicamos, garantizamos esa mejora.

Queda hablar de los planes de movilidad al trabajo.

Otra de las grandes revoluciones es que se obligará a organizaciones de más de 500 empleados y grandes áreas de gran actividad, como polígonos industriales, a tener un plan de movilidad sostenible. Y es que, muchas empresas están presumiendo de ser sostenibles: ahora veremos si es papel mojado o realmente vienen con iniciativas que ya miden su impacto ambiental y lo reducen.

Los municipios también tendrán sus obligaciones...

Son 149 los municipios que van a implantar Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Esto para mí es una revolución, porque van a medir la distancia que sus ciudadanos recorren en transporte público, el tiempo que pasan en él, el grado de intermodalidad, cuál es la calidad el aire de la ciudad... indicadores que nos van a permitir medir la gestión de nuestros responsables. Decidir en base a qué han hecho en la ciudad para que mi hija (12 años) no respire aire tóxico todos los días. Y eso no había pasado nunca.

La ley no está exenta de criticismo por parte de ecologistas y sindicatos.

Hay una frase que dice: «Lo excelente es enemigo de lo bueno». Y aquí se cumple. Tenemos que reconocer que por primera vez tenemos una estrategia de movilidad estatal. Que por primera vez tenemos una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que obliga a introducir 149 ZBE. Que por primera vez tenemos una Ley de Movilidad. Cuando criticamos algo, muchas veces lo paralizamos. Avancemos. La ley va a tener un gran impacto, un efecto dominó interesante para el cambio climático, para la salud y para nuestra calidad de vida. Hay que reconocer el esfuerzo que se está haciendo, sabiendo que todo es mejorable y que no hay que conformarse.