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Al volante de un mito: Aston Martin Vantage

Nosotros hemos tenido la excepcional oportunidad de probar el último de los conocidos por algunos como "ferraris ingleses"

El Aston Martin Vantage es un precioso coupé dos plazas de líneas muy elegantes/Fotos: J. Fdez.-Largo
El Aston Martin Vantage es un precioso coupé dos plazas de líneas muy elegantes/Fotos: J. Fdez.-Largolarazon

Aston Martin es una de las marcas de deportivos más emblemáticas del mundo, definida por algunos como "los Ferrari ingleses". Sus triunfos en Le Mans y su gama de productos, tan exclusivos como apasionantes, le han colocado en una posición de privilegio entre los aficionados, que sueñan con ponerse al volante de uno de los coches del escudo alado.

Nosotros hemos tenido la excepcional oportunidad de probar el último Vantage. Un precioso coupé dos plazas de líneas muy elegantes y una figura que no pasa desapercibida en el tráfico urbano. Bajo su capot delantero se esconde un corazón fuerte y potente. Un motor Mercedes especialmente preparado por el departamento de altas prestaciones de la firma de Stutgart, AMG. Un V-8 alimentado por un doble turbo compresor que rinde una potencia de 510 caballos. Suficientes como para catapultar a este vehículo de 0 a 100 en sólo 3,6 segundos y lanzarlo a 250 kilómetros por hora, que podrían ser más si no estuviera autolimitado en esta cifra.

El interior responde a las características que uno puede esperar de un deportivo de esta categoría. Dos asientos muy ergonómicos que se adaptan al cuerpo para sujetarlo de la inercia en las curvas, tapizados en piel alcántara negra de alta calidad. El cuadro de mandos frente al conductor es claro y simple en su funcionamiento. El cambio automático se rige por medio de varios botones, aunque el conductor, si así lo desea, puede pasar a modo manual accionando las levas situadas en el volante. El resto de las funciones son gobernadas bien por pulsadores en la consola central o a través de la pantalla que surge a la derecha de nuestros ojos.

Apretando el botón central empieza la melodía: se pone en marcha el motor. Un toque al acelerador y todo comienza a pasar más rápidamente de lo esperado. El piloto puede elegir tres tipo de conducción. Uno para el tráfico urbano, rápido pero civilizado, otro en la versión S de sport, para los que gusten de la conducción deportiva y finalmente, la posición T en la que el sonido se dispara para llevarnos a otra dimensión de sensaciones.

Las impresiones en carretera son impresionantes, con una estabilidad a toda prueba y un comportamiento típico sobrevirador, como corresponde a un tracción trasera. Y sobre todo, nos aporta la sensación de conducir un Aston Martin. Un mundo diferente a lo habitual.