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Guitarricadelafuente, un “millennial” con alma de antiguo

Con apenas siete canciones autoeditadas, este joven de 22 años es una de las revelaciones inesperadas: canciones folk pop con influencias latinas y flamencas y una voz rota que ha seducido a miles de fans

MADRID. 25/11/2019Entrevista con el Cantante Alvaro de la Fuente, (Guitarricadelafuente) / © Alberto R. Roldan
MADRID. 25/11/2019Entrevista con el Cantante Alvaro de la Fuente, (Guitarricadelafuente) / © Alberto R. RoldanAlberto R. RoldanLa Razon

Tiene la melena muy rubia y la voz oscura casi negra. Álvaro Lafuente (Benicàssim, 1997) solo ha compuesto siete canciones pero ya han sido suficientes para llamar la atención de miles de jóvenes y de varias discográficas que han intentado su fichaje. Hoy, en el ciclo Momentos Alhambra, presenta sus virtudes en medio de bastante expectación. Guitarrica, de procedencia aragonesa, se ganó el apodo en el pueblo, con sus abuelos, y comenzó a escribir canciones a la vez que descubría cómo hacerlo. Las colgó en Instagram, después en YouTube, luego en Spotify... y se ha convertido en un pequeño fenómeno inesperado. Guitarricadelafuente, que es su nombre artístico, está componiendo su primer disco mientras le llueven las ofertas y él se encoje de hombros: «Solo puedo estar agradecido, pero quiero seguir haciendo las cosas por mí mismo, a mi ritmo. No soy bueno trabajando bajo presión ni con demanda».

Su madre le decía cuando le veía tocar en el garaje solo: «Alvarito, ¿tú sabes que no te vas a poder dedicar a la música, no? ¿sabes que vas a tener que seguir estudiando, verdad?». «Y yo, la verdad es que me deprimía un poco. Ya había dejado arquitectura y diseño, y hacía algún trabajo de camarero... y no encontraba nada que me emocionase. Pero bueno, en cuanto vieron que sí tenía opciones de dedicarme a esto me apoyaron completamente», explica el artista, que ha conseguido de imberbe lo que algunas bandas se pasan buscando 20 años: llegar a miles de personas. Todo empezó, como decíamos, en el pueblo de la familia, Cuevas de Cañart, en Teruel. Su bisabuelo era jotero y sus abuelos le transmitieron la vena musical («me siento muy arraigado a Aragón, de allí es mi familia y mis amigos de siempre»). Ese aguijón de los veranos lo seguía cultivando de vuelta en casa, en Benicàssim («amo la paella y amo Valencia también»).

Con micrófono de «gamer»

Los primeros temas los grabó con un micrófono de «gamer», de esos que se usan para jugar a videojuegos por internet. «Era una mierda. Y luego probé con el micrófono del ‘‘Sing Star’’ (un videojuego de karaoke) y así fue como grabé las primeras canciones». Nada de Abbey Road, ni «grabado en Los Ángeles», ni el menor parecido a un estudio. «Es que no hace falta complicarse... tienes que hacer lo que te sale del corazón con los medios a tu alcance», dice Lafuente. El estilo es «el que he mamado». «Me decían que sonaba aflamencado y yo no sabía, no lo veía. No hay ninguna decisión consciente». En su casa se escuchaba a los Bee Gees o a Elton John y el «Lágrimas negras». «Lo latino siempre me ha parecido muy inspirador» dice Guitarrica, que ha grabado un tema llamado «Guantanamera». Una osadía. «Tienes razón, pero fue algo que me surgió y que no sé explicar. Uní en mi mente La Habana que es bonita y colorida pero está en decadencia y me pareció como mi pueblo. No sé explicarlo de otra manera, es una canción dedicada a mi pueblo». La voz es, claro, uno de los factores que llaman la atención sobre el artista. «Aprendí a cantar en la ducha –ríe–.La verdad es que me gustaría saber cantar y no destrozarme la voz constantemente. Entre lo que fumo y no duermo, a veces me levanto afónico». Si sigue fumando y saliendo acabará como Sabina. «Salgo menos que él», ríe. En uno de sus temas dice que hace falta valor, no dinero: «Sí, fue algo que escribí para decir que hay que echarle valor a la vida». ¿Cómo se da un concierto con 7 canciones? «(Risas) Bueno, toco de las nuevas que saldrán en el disco el año que viene y hablo en medio, cuento cosas, explico los temas...». El tiempo va muy rápido: «Todo es vertiginoso y cada dos días tengo una crisis, porque no estoy contento con lo que hago o quiero cosas nuevas, pero al tener pocas canciones me gustaría tener tiempo para trabajar más a fondo en el disco, sentirme más agusto, buscar y disfrutarlo más».