Opinión

Plebiscitos

A Nicholas Cage le propusieron robar cincuenta coches en unas horas y la película se llama «60 segundos» (en español). Incomprensible. Casi tan absurdo como el guión; tan inconcebible como que Zidane metiera en el campo a Ceballos cuando sólo restaban ¡29 segundos! para la conclusión del partido en Butarque. Opiniones sobre la decisión, para todos los gustos: «Zizou le tiene gato a Ceballos; como a Marcos Llorente», «A Zidane se le fue la pinza», «Con 3-1 a favor, inaudito, ¿lo hizo para que se lesionara?». Lo hizo, y punto. No tocó el balón. Entrar y salir. Ni una gota de sudor perló su frente. ¿Y el gesto? Torcido, con la lengua doblada entre los dientes. Hay ocasiones en que cuesta entender a un entrenador, incluso a uno tan templado como Zidane, cuyos mensajes cifrados son transparentes: Bale pasa más tiempo en la reserva que los indios. No se fía de su condición física, tan frágil, y lo guarda entre algodones para la batalla que anuncia Emery en el Parque de los Príncipes. ¿Y Simeone? Ha utilizado el horario de guardia para expedir el pasaporte a Fernando Torres sin utilizar el certificado de buena conducta. «El Niño» no habla mal del Cholo, es correcto; en cambio su entorno le cruje, y el técnico lo paga con él. Le ha despedido tres meses antes de que termine la temporada. Le recibió con los brazos abiertos y lo despacha con una patada en el trasero. Quizá Torres no se la merezca; quizá el Cholo se ha excedido; quizá debió indicarle la puerta de salida en un despacho en lugar de hacerlo en la plaza pública con luz, redes sociales y taquígrafos. Horas después le alineó contra el Copenhague. El Metropolitano ovacionó a Torres... y a Simeone. Empate en el plebiscito y 1-0 en el marcador.