Deportistas

Ceballos marcó dos goles en Mendizorroza y el destino que Zidane maneja lo difuminó hasta los «29 segundos», una cifra que contiene, sin embargo, el acto de contrición del entrenador, tan buena gente que se disculpó en privado y en público con el futbolista por esa ridícula alineación que no llegó al medio minuto. Con Modric y Kroos lesionados, el Alavés se ofrecía de nuevo como rampa de lanzamiento para Ceballos. Jugó los últimos 20 minutos y el Madrid ganó 4-0.

Ceballos ha sido noticia por aceptar sumiso la decisión que Zizou reconoció equivocada. Y ha sido noticia Inocencio Alonso, el ertzaina a quien se le rompió el corazón cuando acudía a separar a dos facciones de tunantes que utilizan el fútbol para sembrar el caos. Que la UEFA y la FIFA no lo olviden. Como no se olvida la afición del Atlético de Torres, despedido por Simeone con antelación y ahora más cerca del Wanda Dalian chino que del Wanda Metropolitano.

La actualidad en el fútbol gira más veces y más rápido que el balón mientras la vida pasa. Y la de los Juegos de PyeongChang consume las últimas horas, agitadas por el descaro de dos deportistas rusos. Ella, Nadezhda Sergeeva, que se atrevió a posar con una camiseta donde se leía «yo no me dopo» y ha dado positivo; como él, Aleksandr Krushelhitskii. Una de bobsleigh, otro de curling y ambos, pruebas de que, por mucho que lo niegue Putin, hay algo en el deporte ruso que huele a podrido.