Opinión

De traca

El Sevilla viaja a Mánchester para jugarse con el United la supervivencia en Liga de Campeones. Como acude parapetado en el frágil empate a cero del Sánchez Pizjuán, Mourinho le muestra tanto respeto como desprecio a Frank de Boer, de quien ha dicho que es el peor entrenador que ha pasado por la Premier en toda su historia. Perdió cuatro partidos de cuatro con el Crystal Palace y le despidieron. Mou dispara con bala en unas fechas en que al fútbol le arriman un fósforo y estalla. El fin de semana ha sido de traca, y no por las Fallas. Hubo invasión de campo en Lille y en el Olímpico de Londres, donde juega el Wets Ham, y el presidente del Paok de Salónica bajó del palco de La Tumba al campo para amedrentar al árbitro acompañado por cuatro guardaespaldas y con un revólver en el costado. Ivan Savvidis, georgiano con doble nacionalidad rusa y griega, tiene el dinero por castigo, fue miembro de la Duma y con Vladimir Putin se lleva a partir un piñón. Seguro que a Petros Márkaris el suceso le serviría para enredar al comisario Kostas Jaritos en una de sus múltiples aventuras. Dinero, poder, amistades peligrosas y, por último, amenazas que terminaron con el confinamiento del trencilla Kominis en su vestuario durante dos horas, hasta que dio validez al gol en fuera de juego de Varela, cuando el partido iba a concluir con un empate a cero que aupaba al AEK a la cima de la clasificación. El escándalo es de tal magnitud que ha intervenido el gobierno griego, ha suspendido la liga y ha detenido al ricachón. A las puertas del Mundial de Rusia, tras las refriegas de Bilbao entre radicales del Athletic y del Spartak, la violencia crece y el susto precede a la muerte. Una novela que aterroriza a la FIFA.