
Canela fina
A la atención de Salvador Illa
«Salvador Illa debe recordar tanto a ERC como a Junts el contenido del artículo 168 de la Constitución de 1978»
José Ortega y Gasset, primera inteligencia del siglo XX español, advirtió en los años treinta que las concesiones a los secesionistas catalanes de la II República carecían de utilidad porque eran insaciables. Parece claro que tanto ERC como Junts acosarán a Salvador Illa, nuevo presidente de la Generalidad, para que despedace a España. Competirán, en fin, para ver quién presiona más. El veterano socialista, líder del Gobierno catalán, tiene la respuesta fácil. Ha prometido cumplir y hacer cumplir la Constitución. Está en la obligación, por consiguiente, de recordar a los independentistas el artículo 168 de nuestra Carta Magna, aprobada en 1978 de forma abrumadora por la inmensa mayoría del pueblo español, y de forma singular por el pueblo catalán, a través de la voluntad general libremente expresada.
Los secesionistas están en su derecho de llevar a las Cortes una propuesta en favor de la independencia de Cataluña. Para su aprobación, deberán obtener al menos los dos tercios del Congreso de los Diputados, es decir, 234 escaños. Si la votación les fuera favorable, tendrán que alcanzar también los dos tercios del Senado. A continuación, y de forma inmediata, convocatoria de elecciones generales. Los secesionistas tendrían que obtener, para aprobar su propuesta, los dos tercios del nuevo Congreso de los Diputados y los dos tercios del nuevo Senado.
En el caso de que todas estas votaciones les resultaran favorables, se convocaría referéndum nacional para que todos los españoles, no sólo los catalanes, libres e iguales ante la ley, decidieran si Cataluña quedaría escindida de España.
Los constituyentes que establecieron mayorías cualificadas para varios asuntos cuidaron de forma especial algunas cuestiones como la unidad territorial de España, tras cinco siglos de Historia. En una democracia pluralista plena como la española, la independencia de una de sus regiones, de una de sus provincias, sería viable constitucionalmente si cumpliera todo lo establecido en el artículo 168 de la Carta Magna. No se puede pedir mayor libertad democrática. Y Salvador Illa, que ha prometido cumplir y hacer cumplir la Constitución, en lugar de chalanear, debe dejar las cosas bien claras desde el primer momento a los partidos secesionistas, tanto a ERC como a Junts.
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