
Sin Perdón
La lengua de Óscar López
«La sentencia del Supremo no es una broma de mal gusto sino la constatación de una grave actuación delictiva de un funcionario del Estado»
Hace muy bien el ministro y líder de los socialistas madrileños, todo ello a tiempo parcial, mordiéndose la lengua, aunque espero que no se haga daño. A diferencia de los sanchistas políticos y mediáticos, no les deseo ningún mal personal, aunque sí en sus bolsillos. A muchos les irá muy bien abandonar los chollos y buscar trabajo. En un nuevo ataque del Poder Ejecutivo al Judicial, algo insólito en una democracia y que no tiene precedentes con una magnitud tan impresionante, ha decidido que el fiscal general es inocente, a pesar de lo que diga el Supremo. Por supuesto, si hubiera sido exonerado, hubiera dicho justo lo contrario. No entiendo muy bien que haga referencia a que siente indefensión. En los países de la UE, supongo que leerá los informes sobre esta materia, nadie está indefenso, incluidos los delincuentes. Las cosas que dijo este viernes son de aurora boreal, aunque reflejan muy bien la inquietante deriva autoritaria del gobierno socialista comunista. Esta falta de respeto a los jueces y fiscales, así como los intentos de amedrentarlos utilizando a la pocera de las cloacas, Leire Díez, es la constatación de que López, incluyo también a Patxi, y sus colegas quieren acabar con la independencia judicial y no respetan el imperio de la ley. Hablar de que «hay gente que está utilizando la justicia para hacer política» es un insulto a la inteligencia, salvo que se refiera a Conde-Pumpido y sus mariachis o los nombramientos políticos para órganos constitucionales, como sucedió con la fiscal Delgado. La corte de aduladores del sanchismo no tiene límites. Hasta puedo entender que quieran sobrevivir e intenten no convocar elecciones, a pesar de no contar con una mayoría parlamentaria y atropellar la Constitución no presentando el proyecto de Presupuestos, pero nunca al precio de la crispación, el frentismo, el guerracivilismo y los ataques al Estado de Derecho. La sentencia del Supremo no es una broma de mal gusto, sino la constatación de una grave actuación delictiva de un funcionario del Estado. Por ello, es cierto que López se chupa el dedo, como dijo este viernes, porque no se entera. Un ciudadano español fue objeto de una brutal campaña de La Moncloa por el único hecho de ser el novio de Ayuso. Lo sucedido debería provocar la dimisión de Sánchez.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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