País Vasco

La curiosa manera con la que los vascos llaman al mes de junio: su origen es muy diferente al español

La lengua vasca, rica en simbolismo y conexión con la naturaleza, tiene una forma especialmente reveladora de referirse al mes que comienza el verano

La curiosa manera con la que los vascos llaman al mes de junio: su origen es muy diferente al español
La curiosa manera con la que los vascos llaman al mes de junio: su origen es muy diferente al españolLa Razón

El euskera, lengua ancestral sin parentescos conocidos con ningún otro idioma europeo, ha construido una relación profunda entre el lenguaje y la naturaleza. Cada mes del calendario no sólo tiene su equivalente en euskera, sino que muchos de estos nombres cuentan con significados ligados a fenómenos naturales, prácticas agrícolas o animales propios de la estación. Y entre todos ellos, junio, ekain en euskera, destaca por su carácter simbólico y astronómico: es el mes del solsticio.

Esta explicación tan poética y precisa proviene de un vídeo publicado por Guk Green, creador de contenido en redes sociales especializado en cultura vasca. En él, repasa uno a uno los nombres de los meses en euskera y los significados ocultos que arrastran. Así, nos enteramos de que ekain, que da nombre a junio, se refiere al momento en que el sol alcanza su punto más alto en el cielo: el solsticio de verano. Etimológicamente, eka- significa "sol", mientras que -in hace referencia a "cima" o "altura". De esta forma, ekain es literalmente la cima del sol.

Un lenguaje vinculado a la tierra

La elección de nombres como ekain no es anecdótica. A diferencia del calendario gregoriano, que toma prestados nombres latinos con referencias mitológicas o imperiales, el calendario vasco, al menos en su versión más tradicional, se ha ido formando a partir de la observación de la naturaleza y de las actividades humanas asociadas a cada época del año.

Por ejemplo, enero se llama urtarril, que se traduce como “mes del nuevo año”; febrero es otsail, el “mes del lobo”, quizás por la mayor actividad de estos animales durante el invierno; y julio, uztail, es “el mes de la cosecha”, cuando el campo ofrece sus frutos.

Los nombres más antiguos del calendario vasco no siempre han sido los más usados, pues muchos de ellos han coexistido con formas latinizadas adoptadas por la normalización lingüística moderna. Sin embargo, el valor cultural de estos nombres tradicionales sigue muy vivo en algunos lugares del País Vasco y sobre todo en el imaginario colectivo que recupera la conexión entre el lenguaje, la tierra y el cielo.

Ekain: un mes con nombre de cueva

Curiosamente, el nombre ekain también está presente en uno de los enclaves prehistóricos más importantes del País Vasco: la cueva de Ekain, en Deba (Gipuzkoa), declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008. Esta cueva alberga unas de las mejores representaciones de arte rupestre de Europa, especialmente sus famosos caballos, considerados comparables a los de Lascaux o Altamira.

Aunque no está claro si el topónimo Ekain de la cueva tiene exactamente el mismo origen semántico que el mes de junio, la coincidencia es significativa. En ambos casos, el término evoca una relación ancestral con la luz, el tiempo y el conocimiento antiguo.

Cueva de Ekain, Guipúzcoa
Cueva de Ekain, GuipúzcoaWikimedia Commons

En la tradición vasca, junio es también un mes de celebraciones solares. La noche de San Juan, el 23 de junio, marca un rito de paso estacional que en muchas culturas europeas está ligado al fuego purificador y al renacimiento de la naturaleza. En el País Vasco, esta festividad, con sus hogueras y saltos rituales, se vive con especial intensidad en pueblos y barrios rurales. Aunque se trata de una fiesta cristianizada, su origen pagano y su relación con el solsticio son innegables.

De esta manera, el nombre ekain no sólo refleja una posición astronómica, sino también una vivencia colectiva y ritual del tiempo. Para los hablantes de euskera, el idioma no es una simple herramienta de comunicación: es un canal de transmisión cultural que guarda en sus palabras la memoria de los ciclos naturales y humanos.

Como bien apunta Guk Green en su vídeo, conocer el significado de los meses en euskera es adentrarse en una forma de ver el mundo. No se trata sólo de traducir junio por ekain, sino de entender por qué junio es el “mes del solsticio” y cómo eso condicionaba la vida agrícola, ganadera y festiva de una sociedad profundamente ligada a su entorno.