Illa, el ministro a tiempo parcial, cumple un año de desaguisados

El miércoles, Salvador Illa cumplirá un año al frente del Ministerio de Sanidad. El 13 de enero de 2020 el filósofo catalán tomaba posesión de un departamento troceado por Pedro Sánchez para entregar Consumo y Derechos Sociales a Alberto Garzón y Pablo Iglesias como pago por su apoyo parlamentario. A los 11 días de jurar el cargo se produjo un hecho que describe a la perfección cómo ha sido su gestión en este tiempo: un auténtico desastre. El viernes 24 de enero técnicos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) hicieron público un documento técnico sobre la grave amenaza de salud pública que se cernía sobre España. Se trataba del nuevo coronavirus y recomendaban investigar la infección de «cualquier persona con síntomas clínicos compatibles con una infección respiratoria aguda grave». En él, alertaban de que dicho patógeno se transmitía por las gotas respiratorias de más de cinco micras y por el contacto directo con las secreciones infectadas. ¿Qué hizo Illa con este informe? Nada. Dejó pasar los días hasta que, superado ya el 8-M, su departamento comenzó por fin a actuar.

El balance que dejará Illa cuando salga del Ministerio para concurrir a las elecciones a la Generalitat como cabeza de lista del Partido Socialista Catalán es el que todos ya conocen: después de sufrir uno de los confinamientos más severos del planeta, España encabeza la lista de mortalidad y la de sanitarios infectados por Covid-19. Somos también uno de los países en los que más se hunde la economía. No contento con el destrozo causado, Illa se permite aún el lujo de ser ministro a tiempo parcial hasta que haga las maletas. ¡Váyase ya, por el bien de todos!